Del secuestro a la raqueta

Para llegar a la raqueta hay que superar un secuestro, la pistola que amenaza o el padre que se juega la vida atrapado bajo los restos de un terremoto. Para llegar a la primera ronda del torneo de Miami, donde logra su segunda victoria profesional a los 17 a?os (7-6 y 6-4 ante Hlavackova), Victoria Duval se refugia en el trabajo, la pista y en el rezo, con los que espanta el recuerdo de su padre con dos piernas rotas, cinco costillas astilladas y un pulm¨®n perforado. Para empezar a hacerse un hueco en el circuito, otra estadounidense luchando por ser la heredera de las hermanas Williams, la chica nacida en Florida siempre tiene que volver a un sitio: Hait¨ª. La tierra de sus padres. Su residencia hasta los ocho a?os. El lugar en la que la retuvieron a punta de pistola unos ladrones cuando era una ni?a. El sitio en el que su padre casi muri¨® engullido por el brutal terremoto de 2010. La isla desde la que lleg¨® al tenis.

¡°Todo eso ha ayudado a mi juego¡±, explica ahora a los periodistas. ¡°Hemos superado todas esas circunstancias, lo que me ha dado el convencimiento de que superar¨¦ cualquier cosa. En la pista, b¨¢sicamente, me muevo bas¨¢ndome en esa idea¡±, a?ade. ¡°Mi padre va mejor ahora, esperamos que emocional y f¨ªsicamente se recupere totalmente con el tiempo. Est¨¢ un poco roto mentalmente, pero rezamos cada d¨ªa por ¨¦l¡±, recordaba en 2011.

Todo lo que me ha pasado ha ayudado a mi juego

Para el padre de Duval fue una experiencia traum¨¢tica. Esto es lo que ocurre: el se?or Duval, pese a todos los huesos rotos, consigue arrastrase fuera del desastre en el que se ha convertido su casa. Coge el m¨®vil y pide ayuda. Llega un amigo doctor. Sin anestesia, le clava un tubo en el pecho para que respire mejor. Pasan los d¨ªas, los hospitales est¨¢n atestados, y llega la infecci¨®n. El tenis salva al padre de la jugadora. Se moviliza su entrenador, que est¨¢ en Australia acompa?ando a Melanie Oudin, por entonces gran promesa del tenis estadounidense. Dos miembros del club inician las gestiones para salvarle. No hay forma de entrar en el Hait¨ª de despu¨¦s del terremoto, pero su tarjeta de cr¨¦dito obra el milagro: pagan 18.000 d¨®lares, se suben a un avi¨®n y consiguen el rescate. De vuelta en Estados Unidos, ahora la carrera de la tenista es el centro de todo.

¡°Intento aprender de Venus¡±, cuenta en una rueda de prensa la tenista, la n¨²mero 376 hasta esta semana, alta, pegadora, por hacer todav¨ªa, siempre viendo los v¨ªdeos de la campeon¨ªsima de Wimbledon. Duval es una m¨¢s de las ni?as negras llegadas al tenis al reclamo del efecto de las hermanas Williams. Las dos exn¨²mero uno alcanzaron ¨¦xitos nunca vistos en su deporte. Tras sus pasos se iniciaron las tenistas que ahora buscan ocupar su hueco: Sloane Stephens, que es la n¨²mero 16 del mundo; Madison Keys, que es la 76; Sacha Vickery, la 332, ¨ªntima de la familia del baloncestista LeBron James; o Asia Muhammed, la 428. Duval sigue en todo los pasos de sus hero¨ªnas. Tambi¨¦n en el contexto de violencia. Las Williams, confirm¨® Serena en una entrevista con este diario, empezaron a entrenarse entre los silbidos de balas que recorr¨ªan su barrio. Ella, despu¨¦s de que un ladr¨®n la apuntara con una pistola, la retuviera y amenazara con secuestrarla. Ahora compite en Miami, donde David Ferrer pas¨® ronda sin jugar y Garbi?e Muguruza y Carla Su¨¢rez ya est¨¢n en tercera ronda.