El Deportivo ve la luz y deja en tiniebla al Mallorca

El f¨²tbol moderno ha cambiado la competici¨®n. Anta?o, no hace tanto tiempo, casi todos los partidos se jugaban el domingo a las cinco, en un carrusel en el que las noticias transitaban de campo en campo y modelaban partidos te?idos por el encanto de lo espont¨¢neo e imprevisto. Desde que no se juegan siquiera dos partidos a la misma hora, los equipos var¨ªan el libreto antes de salir al campo. Ocurri¨® esta jornada en Palma. En la v¨ªspera Zaragoza y Celta hab¨ªan ara?ado sendos empates ante los dos grandes, por la ma?ana Osasuna sac¨® los tres puntos en su visita a Valladolid. El desparrame en la cola de la tabla obligaba a Mallorca y a Deportivo todav¨ªa m¨¢s de lo que intuyeron durante los ¨²ltimos quince d¨ªas a la espera de su duelo. Ganaron los coru?eses, que siguen colistas, pero se quedan a un punto de Mallorca y Celta y a cuatro del Zaragoza, que marca la salvaci¨®n y al que recibir¨¢n el s¨¢bado en Riazor.

La tensi¨®n atenaza, la responsabilidad abruma porque las aficiones se vuelcan, apoyan pero a la vez exigen, hacen ver a los futbolistas que en juego est¨¢n algo m¨¢s que unos puntos, que se dilucidan muchos futuros, intangibles como el orgullo de una ciudad o incluso tangibles como puestos de trabajo. Bajo ese tejado el f¨²tbol se convierte en un ejercicio doliente en el que cualquier vuelco adquiere caracter¨ªsticas dram¨¢ticas. Incluso aquellos que favorecen. Le ocurri¨® al Mallorca, que lleg¨® al gol apenas pasado el cuarto de hora y acab¨® padeciendo un calvario, perdi¨® la leve iniciativa que hab¨ªa adquirido sobre el c¨¦sped y en el marcador y lament¨® una derrota que puede acarrearle funestas consecuencias .

Marcaron los locales en una acci¨®n en la que les sonri¨® la fortuna, en la que se sucedi¨® un error may¨²sculo en el despeje de Marchena para habilitar a V¨ªctor ante la frontal. Su disparo, timorato, toc¨® en Silvio y entr¨® manso hasta la red, pero el Mallorca se derrumb¨®, cedi¨® la pelota. La recogi¨® el Deportivo. Habr¨ªa que ver que mecanismos se activan en los equipos y en sus integrantes en estas situaciones, quiz¨¢s tengan que ver con que la desesperaci¨®n desinhibe. Tambi¨¦n con la fortaleza de quienes ya se han visto en guerras similares, como Valer¨®n, al que encontraron sus compa?eros cuando m¨¢s lo necesitaban.

El Depor mejor¨® con el gol en contra, pero el empate estuvo lejos de ser una acci¨®n colectiva, fue un arrebato de Silvio, que animado por la inacci¨®n mallorquinista encontr¨® un pasillo para engatillar un disparo colocado que desbord¨® a Aoaute. Sin mayores exhibiciones, el colista fue m¨¢s que el Mallorca, se acomod¨® sin mayor sobresalto que un libre directo de Giovani que se fue junto al palo al filo del descanso, un nuevo error de Marchena, que se redimi¨® al regresar del receso con un gol en el que tres jugadores del Deportivo tocaron la pelota en el ¨¢rea tras centro de Pizzi. Entonces la desesperaci¨®n cambi¨® de barrio y se tamiz¨® con la prisa. El Mallorca se destap¨® en medio campo y concedi¨® una contra de Pizzi que acab¨® en gol de Riki, fruto de otro rechace afortunado. Carg¨® el Mallorca con todo, con Hemed, sorprendente suplente de inicio, y el Deportivo se mantuvo alerta para dar respuesta, pero top¨® con Ayza G¨¢mez, que obvi¨® una mano de Hutton al filo del ¨¢rea local y acab¨® por permitir un gol en flagrante fuera de juego de Nsue.

Para entonces el equipo coru?¨¦s hab¨ªa crecido tanto que se permit¨ªa hasta alg¨²n rondo, dotado como estaba por Fernando V¨¢zquez por peloteros como Valer¨®n, Juan Dom¨ªnguez o el propio Abel Aguilar, colosal tambi¨¦n en la resta. Pero el equipo arbitral convirti¨® el final en un drama en el que el Mallorca, que estaba descosido y derrotado, olfate¨® la igualada. M¨¢s junto, algo m¨¢s recio de lo acostumbrado en defensa, tras encontrar la justa mezcla que con Oltra sobraba y con Domingos faltaba, el Deportivo toc¨® un cielo que tampoco estaba tan alto: sum¨® por primera vez en la Liga su segunda victoria consecutiva y tras 24 visitas infructuosas volvi¨® a ganar en un campo de Primera Divisi¨®n.