El Betis se exhibe en Granada

El Betis sigue escribiendo cap¨ªtulos muy hermosos, aun a costa de destrozar en una exhibici¨®n al Granada, que se asoma al abismo despu¨¦s del impulso que le dio su t¨¦cnico, Lucas Alcaraz. No queda un ¨¢pice de ese equipo que gan¨® al Madrid y al Deportivo. Anda desfondado y sin gol, con una defensa d¨¦bil, lo que alimenta sus problemas. Mientras el Granada sirve de anzuelo para los rivales en zona de descenso, el Betis crece y crece, impulsado por un Rub¨¦n Castro soberbio, bien acompa?ado por Pab¨®n, dos delanteros de talla que consolidaron las opciones europeas de los sevillanos.

Adem¨¢s de su monumental pegada, virtud necesaria en las alturas, convendr¨ªa tambi¨¦n destacar el manejo de la plantilla que hace su entrenador, Pepe Mel. La competitividad entre los jugadores verdiblancos provoca que el Betis ofrezca un recital en Granada contando con las importantes bajas de Amaya, Be?at y Campbell. Un grupo comprometido y con hambre, bien aleccionado por Mel, que llega al derbi ante el Sevilla disparado. Enorme en el trabajo constructivo y soberbio en la definici¨®n, el Betis pas¨® por encima de este triste Granada, lleno de nombres rutilantes pero sin alma. Una carencia de esp¨ªritu colectivo que le hace ser presa de la ansiedad.

El mal momento del Granada le vino de perlas al Betis. El plan de Mel se cumpli¨® a la perfecci¨®n. Primero, contener la previsible salida en tromba del rival, tan necesitado como gafado ante la porter¨ªa. Pasados los minutos de la explosi¨®n granadina, el Betis se hizo el due?o y se?or del partido. Para ello apost¨® por el valor fundamental que le tiene peleando por Europa: la pegada.

Nosa, un futbolista at¨ªpico, con poco aire de jugador de ¨¦lite, capaz de lo mejor y peor, pifi¨® un remate en un centro al ¨¢rea de Chica. Donde el nigeriano le dio al aire encontr¨® Rub¨¦n Castro su en¨¦sima demostraci¨®n de delantero nato. Control, amago y perfecta definici¨®n. Encaj¨® el Granada el golpe, atascado en el medio, con Nolito y Torje impotentes. En medio de su desconcierto, Vadillo, otro talento emergente de la cantera b¨¦tica, filtr¨® un magn¨ªfico pase a Pab¨®n. La vaselina del colombiano dio en el larguero y bot¨® sobre la l¨ªnea. Rub¨¦n, con su instinto insaciable, corri¨® y anot¨®. Volvi¨® Vadillo, curiosamente, al estadio donde debut¨® en Primera. Al Granada, un manojo de nervios, le fall¨® hasta uno de sus valores b¨¢sicos. Una salida alocada de To?i permiti¨® a Paulao rematar a placer. En el colmo de la mala suerte, el bal¨®n rebot¨® en ??igo L¨®pez y se meti¨® en la porter¨ªa. El Betis goleaba al descanso gracias a su fant¨¢stica pegada.

Con todo perdido, el Granada se lanz¨® en plan suicida a por el gol. Lo que propici¨® fue la exhibici¨®n del Betis, endiablado al contragolpe, mortal en la definici¨®n de Rub¨¦n y su compa?ero Pab¨®n, un colombiano con mucho gol. Un triunfo de peso. El Granada, tras su temprana resurrecci¨®n, debe volver a mirar al abismo.