Punto seguido en Riazor

Suman, y no les queda m¨¢s remedio que seguir, Deportivo y Athletic, que empataron y se acercan a su objetivo de la permanencia, seguramente no a tanta velocidad como desear¨ªan tras un duelo pleno de matices sobre el que una visi¨®n global no puede ofrecer dudas. O s¨ª. El Deportivo fue inferior al Athletic durante bastantes tramos de la primera parte. Lo fue incluso manifiestamente en la media hora inicial de la segunda y acab¨® con la sensaci¨®n de que el partido termin¨® demasiado pronto para sus intereses.

As¨ª de intrincado puede ser un partido de f¨²tbol. Solo as¨ª puede entenderse que la inferioridad del Deportivo no conllevara que el equipo de Bielsa impartiera un recital. Tampoco que el partido estuviera mal jugado. Quiz¨¢s lo que hubo fue un f¨²tbol mal resuelto, peleado, con retazos de peloteros de estimable entidad como Herrera o Valer¨®n, pero sin capacidad para distinguirse en las ¨¢reas. All¨ª emergieron los zagueros. A alguno como Kak¨¢, una aportaci¨®n del interregno de Domingos, apenas se le hab¨ªa visto en Riazor. Fernando V¨¢zquez recurri¨® a ¨¦l para suplir al lesionado Marchena y se mostr¨® como un central fuerte y r¨¢pido, caracter¨ªsticas necesarias para lidiar con Llorente, que le someti¨® a duras pruebas. Por primera vez en la temporada con continuidad, el pr¨®ximo delantero del Juventus aplic¨® su m¨¦todo y se convirti¨® en la indudable referencia de su equipo, que le busc¨® por tierra y aire. En ese rol de p¨ªvot en el que triunf¨® tantas veces, el ariete fue un dolor para la defensa del Deportivo, que la ¨²nica vez que le concedi¨® un metro lo pag¨® con un gol.

Con Llorente y su alineaci¨®n volvi¨® algo de la esencia del Athletic m¨¢s reconocible. Tambi¨¦n con la de Muniain, o con la de Iraola o De Marcos, sendas novedades respecto al once inicial que cay¨® hace una semana ante el Real Madrid. Con ellos quiso regresar Bielsa a las fuentes, a ese grupo (solo variaban los centrales, donde Ekiza tom¨® el lugar de Amorebieta y Gurpegi el del irremplazable Javi Mart¨ªnez) que el a?o pasado casi le lleva a la cumbre y que todos los aficionados recitaban de memoria. Apurado por la clasificaci¨®n, por la necesidad de cerrar cuanto antes una temporada decepcionante, el Athletic busc¨® el aroma que le engrandeci¨® no hace tanto y baj¨® la pelota al piso para jugarla. Le falt¨® el punto de claridad que ten¨ªa anta?o, pero con solo eso le bast¨® para someter al Deportivo. Corri¨® demasiado tras la pelota el equipo de V¨¢zquez y cuando la recuper¨® la querencia de tipos como Pizzi, Bruno Gama o Riki le empujan a querer resolver con rapidez. Y vuelta a empezar, a perseguir rivales.

El Deportivo s¨®lo encontr¨® alivio cuando Valer¨®n sujetaba el caballo, cuando giraba sobre s¨ª mismo y encontraba, casi siempre, un espacio. Se sostuvo pese a defender por momentos demasiado atr¨¢s y emergi¨® con un gol de codicia, el de un equipo que cree, pierde la pelota y se lanza a recuperarla en terreno peligroso para el rival. All¨ª Bruno Gama y ?lex Berganti?os encimaron a Iturraspe, que no estuvo diligente, y habilit¨® al extremo luso para que este mostrara uno de los oficios que mejor domina, el del chut. Pero el Deportivo no supo guardar la renta hasta el descanso, precioso tiempo en el que su motivador t¨¦cnico hubiera intentado poner las velas para aprovechar el viento de un resultado favorable. Justo cuando parec¨ªa golpeado lleg¨® al gol el Athletic, lleg¨® el inevitable Llorente, que resolvi¨® como los grandes delanteros un caramelo de Iraola, un centro bien templado, que ten¨ªa la dificultad de llegar casi frontal. A¨²n as¨ª resolvi¨® el punta internacional con un buen escorzo en el aire para enfilar el cabezazo.

Reparado el marcador inicial, nada cambi¨® tras el descanso. Y si lo hizo fue a peor para el Deportivo porque se cerraron los caminos hacia Valer¨®n y a nadie se le encendi¨® la luz para saber c¨®mo gestionar la pelota. Esta era del Athletic, que comenz¨® premioso en el manejo, pero en apenas un cuarto de hora encontr¨® velocidad de crucero, ritmo, permutas, llegadas a la l¨ªnea de fondo y hasta un bal¨®n al palo de Llorente jalonaron un suplicio para el Deportivo, hu¨¦rfano adem¨¢s de la jerarqu¨ªa del lesionado Abel Aguilar por delante de la zaga. Justo ah¨ª se arm¨® V¨¢zquez con Assun?ao cuando sinti¨® que el partido ya no estaba para Valer¨®n. Restaban 20 minutos y el Athletic estaba desatado hacia los tres puntos. Fue entonces cuando Bielsa tom¨® una de esas decisiones que sit¨²an a los entrenadores en el centro del debate: retir¨® del campo a Llorente, que daba la sensaci¨®n de tener la llave del triunfo, que en el ¨²ltimo bal¨®n que toc¨® regal¨® a Herrera una clar¨ªsima ocasi¨®n de gol tras un nuevo ejercicio de p¨ªvot. La tribuna de Riazor aplaudi¨® el cambio y casi sin que hubiera tiempo a parpadear el Athletic se qued¨® con diez tras expulsi¨®n de Iturraspe. El asedio cambi¨® entonces de vereda. El Deportivo, que llevaba media hora larga sin pasar de medio campo, se lanz¨® a por la victoria. La grada bram¨® el consabido ¡°?s¨ª se puede!¡±. Y Bielsa retir¨® del campo a Aduriz, el sustituto de Llorente, para blindarse con San Jos¨¦ y firmar como bueno un empate que le supo a poco durante toda la tarde.