La ley del m¨¢s fuerte
Murray, que remonta dos sets de desventaja, y Del Potro, con una lesi¨®n en la rodilla, derrotan en cuartos a Verdasco y Ferrer
Ni el tronar de la central de Wimbledon parec¨ªa poder rescatar a su h¨¦roe. En los cuartos, Fernando Verdasco dominaba 6-4 y 6-3 a Andy Murray, que se quejaba de la cadera y sufr¨ªa sus embestidas, propulsadas por su servicio. El partido estaba en las manos del n¨²mero 54, que por momentos record¨® al tenista que lleg¨® a ser el siete del mundo. Como entonces, sus aciertos y sus fallos escribieron el guion del duelo. Murray sufr¨ªa delante de los suyos. Atrincherado en la l¨ªnea de fondo, fue un espectador privilegiado de lo bueno y lo malo que hac¨ªa Verdasco. El espa?ol, sin embargo, llevaba tiempo sin dejar huella en el circuito, y nadie recobra de la noche a la ma?ana la consistencia que exigen los mejores. En cuanto baj¨® su nivel al saque (11 acesy nueve dobles faltas), Murray remont¨® (6-4, 6-3, 1-6, 4-6 y 5-7) y se cit¨® en semifinales con Jerzy Janowicz. Novak Djokovic jugar¨¢ con Juan Mart¨ªn Del Potro, renqueante de una rodilla durante su victoria (6-2, 6-4 y 7-6) sobre David Ferrer, dolido en un tobillo.
El ambiente era el¨¦ctrico. Cada vez que el n¨²mero dos se apuntaba un tanto, se erizaba de pu?os la grada, temblaban los viejos pilares de cemento de la central de Wimbledon y pateaban los pies patriotas contra el suelo. Las gargantas que animaban al campe¨®n ol¨ªmpico invadieron los peloteos, sin hacer caso de la etiqueta, olvidando la ley del silencio durante los puntos, intentando llevar en volandas a su chico. El juez de silla tuvo que pedir ¡°respeto¡±.
Verdasco vivi¨® el espect¨¢culo sin torcer el gesto. ?l, que siempre fue propenso a los aspavientos, apenas abri¨® la boca, compiti¨® en la burbuja de sus pensamientos. Cada uno de los parciales se decidi¨® por una misma estad¨ªstica. Quien gobern¨® el segundo saque del contrario y se apunt¨® ah¨ª m¨¢s puntos es quien domin¨® el partido. Como en las dos primeras mangas fue Verdasco quien se impuso en el apartado, el arranque de la tercera manga le puso el partido en bandeja.
El madrile?o se qued¨® a dos puntos de sacar por estar en las semifinales
Ah¨ª, el madrile?o vio c¨®mo su contrario parec¨ªa dispuesto a entregar la cuchara con una ristra de errores impropia de su alcurnia. Fue un juego bisagra. Verdasco lo perdi¨® e inmediatamente cedi¨® su servicio. En un suspiro, se march¨® un set que ya pod¨ªa haber sido definitivo.
En cuando se dio cuenta, Murray estaba de vuelta en el partido. El brit¨¢nico, que a¨²n se llev¨® un buen susto en la cuarta manga (Verdasco desaprovech¨® cuatro bolas de rotura), pronto le explic¨® al espa?ol las razones que han hecho de ¨¦l uno de los mejores restadores del mundo: manos r¨¢pidas e intuici¨®n asesina para anotarse el 55% de los peloteos sobre su segundo servicio. Minimizado el saque del madrile?o, el pulso cambi¨® de sentido.
Seg¨²n creci¨® el brit¨¢nico, el espa?ol mengu¨®, aunque siguieron siendo sus aciertos (45 ganadores por los 36 de su contrario) y sus errores (otros 45 por 27) los que definieron el marcador. Lo vio todo el legendario Rod Laver en el palco real, donde tambi¨¦n se sent¨® Sir Alex Ferguson. A los 29 a?os, Verdasco, que estuvo a dos puntos de sacar por el encuentro, se qued¨® seco. Finalmente, por sexto grande de los ¨²ltimos siete, se despidi¨® en una quinta manga, el reino de los mejores.
Por quinto a?o seguido, Murray pisar¨¢ las semifinales. Ah¨ª no estar¨¢ Ferrer, superado por la maza y el talento de Del Potro, estupendo al saque en un encuentro marcado por los dolores de los dos rivales. Murray remont¨® por s¨¦ptima vez en su carrera dos sets de desventaja. Delpo super¨® los dolores de su rodilla aparatosamente vendada, adem¨¢s de un resbal¨®n a los cuatro minutos de partido que, seg¨²n confes¨® luego, le dej¨® al borde de la retirada. Ocurri¨® sobre la hierba de Londres. En Wimbledon, como en todos los grandes, se impuso la ley del m¨¢s fuerte.
¡°Murray te obliga a arriesgar¡±
Las derrotas de los espa?oles en cuartos no llegaron por caminos rectos. David Ferrer no pudo calentar para su partido, tanto le dol¨ªa el esguince que tiene en el tobillo izquierdo, y compiti¨® contra Juan Mart¨ªn Del Potro tras infiltrarse. Con ventaja de dos sets a cero, Fernando Verdasco se vio ganador ante Andy Murray, con cuatro puntos de break en la cuarta manga, y se top¨® con los cuatro mejores saques del brit¨¢nico.
¡°Necesito descansar tres o cuatro semanas¡±, explic¨® Ferrer, que no jugar¨¢ la cita de Bastad, en la que se hab¨ªa alistado. ¡°Tengo 31 a?os y necesito tomarme este tiempo. La sensaci¨®n de jugar (infiltrado) es diferente. Al plantar el pie, a la hora de apoyar, no lo sent¨ªa. Ya es dif¨ªcil ganarle a Del Potro jugando a un grand¨ªsimo nivel, as¨ª que a la m¨ªnima que bajas un poco la guardia, lo pagas caro, porque es un jugador muy bueno¡±, a?adi¨®. ¡°?l fue mejor en todo. Lo tiene todo para ganar otro grande¡±, cerr¨®, sin quererse escudar en el tobillo y tras ver c¨®mo su contrario sufr¨ªa de la rodilla izquierda.
¡°Estuve muy cerca de retirarme, sent¨ª much¨ªsimo dolor al principio del partido, pero el doctor me dio unas p¨ªldoras m¨¢gicas¡±, dijo Del Potro, que se da?¨® la articulaci¨®n en tercera ronda y luego se volvi¨® a caer a los cuatro minutos de su cruce con Ferrer. ¡°He ganado a un oponente muy duro. De nuevo estoy en la lucha con los top¡±.
Ah¨ª, en la lucha con un top, propin¨¢ndole un 5-0 a Andy Murray (de 1-3 a 6-3 en la segunda manga), se encontr¨® Fernando Verdasco tras ganar solo nueve partidos en 2013. ¡°Se me ha escapado por poco. Yo soy un jugador de ataque y Murray te obliga a arriesgar¡±, dijo sobre sus fallos (45, tantos como ganadores) el madrile?o, que pudo hacer suyo el partido en el segundo y el sexto juego del cuarto set (bolas de break en ambos), y en el octavo del quinto (3-4 y 0-30). ¡°?l ha estado muy acertado ah¨ª¡±, radiografi¨® Verdasco tras pedir el Ojo de Halc¨®n en el ¨²ltimo punto, cuando ya hab¨ªa perdido. ¡°Ha metido todos los primeros saques. Es una pena. No he tenido ni una oportunidad de jugar una de esas bolas. Estoy dolido y triste por la derrota¡±.
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