A Nadal le sobran colmillos

La victoria se decide en un par de fogonazos, apenas en unos pocos peloteos. Cuando Rafael Nadal celebra 7-6 y 7-6 el t¨ªtulo del Masters 1000 de Cincinnati ante John Isner acaba de domar un partido angustioso. El estadounidense compite con una precisi¨®n rob¨®tica y una cadencia de saque alienante ¡ªace, saque ganador, ace¡ª; y tiene dos pelotas de set al resto en la primera manga que marcan el partido a fuego. El espa?ol las supera empu?ando el bast¨®n de mando, atacando, y entonces se dedica a aplicar el plan que finalmente le lleva hasta la victoria. Pese a que en todo el duelo no goza de una sola bola de break, Nadal se acula contra la valla y gana tiempo y espacio para observar la trayectoria de las bombas de Isner. Pone muchos saques en juego. Obliga a su contrario a un esfuerzo tras otro y le desgasta hasta que el mallorqu¨ªn canta el gordo: en el primer saque de Isner en el tie-break de la segunda manga, coloca un resto cortado, ¨¤ la Ferrer, gana el punto y ya nunca mira atr¨¢s.

Fue m¨¢s que otro t¨ªtulo. Fue m¨¢s que la vuelta al n¨²mero dos del mundo, lo que le permitir¨¢ evitar a Novak Djokovic hasta una hipot¨¦tica final del Abierto de Estados Unidos, que comienza el pr¨®ximo lunes 26. Fue un golpe en la mesa, un mensaje gritado a los cuatro vientos: al d¨ªa de hoy, Nadal, el rey del ritmo, no le teme a nada sobre cemento. Tampoco a los sacadores. Para celebrar en dos semanas los trofeos de Montreal y Cincinnati, su quinto Masters 1000 del curso, igualando el r¨¦cord de Novak Djokovic en 2011, el espa?ol desarbol¨® a los dos bombarderos m¨¢s prestigiosos del circuito, Isner (Cincinnati) y Raonic (Montreal).

Estas son las credenciales de los dos norteamericanos, estos los datos que fotograf¨ªan lo inspirado que ha estado el espa?ol al resto durante su verano de fuego.

Isner, de fluida y pl¨¢stica t¨¦cnica, es el tenista del circuito que m¨¢s aces produce, el que m¨¢s puntos de break salva (71%) y el segundo en puntos ganados con primer servicio (79%). Raonic, menos est¨¦tico, m¨¢s violento en el golpeo, es el que m¨¢s suma en esa ¨²ltima estad¨ªstica (80%) y el que lidera la de juegos ganados al saque (90%), seguido por¡­ Isner (89%). Ninguno de los dos fue capaz de ganarle un set al espa?ol o de hacerle un break en sus respectivas finales. El canadiense, adem¨¢s, perdi¨® cuatro servicios.

?C¨®mo se enfrent¨® el espa?ol a esos partidos que le negaron el ritmo? ?C¨®mo afront¨® la final ante Isner tras dos semanas agotadoras que fueron consumiendo sus reservas emocionales y exigiendo hasta el l¨ªmite a su mente de hierro?

¡°Puse mi mejor actitud¡±, dijo el campe¨®n de 12 grandes. ¡°Fui paciente a la espera de mis oportunidades y estuve concentrado para intentar no darle oportunidades con mi saque¡±, continu¨®. ¡°Si John sigue sacando as¨ª y golpeando derechas como esas, tendr¨¢ la oportunidad de ganar torneos como este¡±.

Una vez m¨¢s, Isner demostr¨® que es m¨¢s que un saque. En la mejor tradici¨®n estadounidense, el gigant¨®n es un competidor nato, que maximiza sus virtudes y minimiza sus debilidades. Al chico le gustan los partidos calientes y las emociones fuertes. Capaz de tumbar durante la semana al n¨²mero uno (Djokovic) y el n¨²mero siete (Del Potro, tras superar punto de partido), Isner demostr¨® ante Nadal que tambi¨¦n tiene mucho que decir con la pelota en juego. De derechazo en derechazo, el n¨²mero 22 del mundo hizo mucho m¨¢s que dejar algunos pelotazos llameantes. Ense?¨® que su juego est¨¢ en constante evoluci¨®n, que su rev¨¦s ya no es de plastilina, y que puede visitar con asiduidad la red para cerrar los puntos que lanza con la ventaja de su tremendo servicio. Incluso dej¨® algunas defensas impensables en un hombre con su percha (2,08m), como la que a punto estuvo de darle el break en el 3-3 de la segunda manga.

Frente a eso, Nadal sali¨® con la lecci¨®n aprendida. Pelotas cortadas para doblar el espinazo del gigante, obligado a agacharse. Control de los puntos desde el fondo de la pista. Capacidad de ajuste sobre la marcha: viendo que Isner aprovechaba su insistente ataque al rev¨¦s para rodear la pelota y golpear la derecha, Nadal atac¨® por el otro flanco. En seguida supo observar que su contrario se apoyaba hacia la izquierda para defenderse, lo que dejaba descubierta la orilla de su drive. Como un corsario, el espa?ol se lanz¨® al abordaje y castig¨® a su contrario. A Isner le falt¨® malicia. El espa?ol tuvo que jugar un par de segundos saques en momentos cr¨ªticos. El estadounidense, esperando que le atacara el rev¨¦s, cedi¨® pista para golpear con la derecha. Solo encontr¨® el aire: inalcanzable, la pelota de Nadal, uno al que s¨ª le sobra colmillo retorcido, vol¨® hacia donde no estaba.

El espa?ol llegar¨¢ al Abierto de EE UU (desde el 26 de agosto), en una situaci¨®n inmejorable. Nunca hab¨ªa ganado los dos masters 1000 de la gira estadounidense de verano, porque jam¨¢s se hab¨ªa impuesto en Cincinnati. Jam¨¢s so?¨® con estar en esta posici¨®n cuando perdi¨® a la primera en Wimbledon y empez¨® el verano con un aparatoso vendaje rodeando su rodilla izquierda. En el camino hacia sus tres t¨ªtulos sobre cemento de 2013 (Indian Wells, Montreal y Cincinnati) han ca¨ªdo Novak Djokovic, Roger Federer, Juan Mart¨ªn del Potro o Tomas Berdych, lo que le sit¨²a como m¨¢ximo favorito a ganar el ¨²ltimo grande del a?o, donde podr¨ªa recuperar el n¨²mero uno. Con ese peso sobre los hombros, las piernas carcomidas por m¨¢s partidos que nunca y el ¨¢nimo espoleado por dos triunfos gloriosos llegar¨¢ Nadal a la gran manzana, donde no compiti¨® en 2012 por lesi¨®n. En la ciudad que nunca duerme, un espa?ol puebla las pesadillas del resto de favoritos.