Matthews reina en el lago de los sprinters
El velocista australiano se impone en Sanabria tras medir adecuadamente la en¨¦sima fuga
Se supon¨ªa que los sprinters, pocos, hab¨ªan venido para algo. Se sab¨ªa que los sprinters son una clase media en per¨ªodo de extinci¨®n en las grandes Vueltas y que su presencia es m¨¢s celebrada y mejor acogida en carreras de un d¨ªa, en circunstancias m¨¢s tranquilas, en aquellas en las que se sigue el protocolo y a cada etapa llana, le corresponde un sprint seguro. El espect¨¢culo hace algunos a?os que dej¨® a los velocistas en actores secundarios. Y en esto, en Puebla de Sanabria, se conjuran las circunstancias y entre el Garmin y el Orica dicen que cada cual a los suyo y que lo suyo era la etapa, tras un final sinuoso, pero suave como una maquinilla de afeitar. Y que tonter¨ªas las justas. Asi que a apretar los dientes, ajustar la mand¨ªbula al manillar y tirar de corva y de zancajo para que el pedal ruede a m¨¢s velocidad, mientras los ri?ones hacen el resto.
Y ah¨ª apareci¨® un australiano, Matthews, que prefiri¨® irse de lejos, sorprendiendo el trabajo colectivo del Garmin, confiando en su golpe de pedal y dejando por detr¨¢s un reguero de los pocos sprinters que hay en esta Vuelta. Por all¨ª cayeron Meersman, Arndt, Farrar, Boasson Hagen o Henderson, sorprendidos por un australiano impetuoso que vol¨® como una ola australiana en zona de secano (aunque la playa de Los Enanos incite al mar artificial, pero m¨¢s agradecido que la piscina).
CLASIFICACIONES
Etapa:
1. Michael Matthews (AUS/Orica-GreenEdge) 4h 28:22
2. Maximiliano Ariel Richeze (ARG/Lampre-Merida) m.t.
3. Gianni Meersman (BEL/Omega Pharma-Quick Step) m.t.
4. Niklas Arndt (ALE/Argos-Shimano) m.t.
5. Tyler Farrar (USA) Garmin-Sharp) m.t.
6. Edvald Boasson Hagen (NOR/Sky Procycling) m.t.
7. Anthony Roux (FRA/FDJ) m.t.
8. Greg Henderson (NZL/Lotto Belisol) m.t.
9. Daniele Ratto (ITA/Cannondale Pro Cycling) m.t.
10. Grega Bole (SVN/Vacansoleil-DCM Pro Cycling Team) m.t.
General:
1. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) 18h 43:52
2. Christopher Horner (USA/RadioShack) a 03
3. Nicolas Roche (IRL/Saxo Tinkoff) a 08
4. Haimar Zubeldia (ESP/RadioShack) a 16
5. Alejandro Valverde (ESP/Movistar) a 21
6. Robert Kiserlovski (CRO/RadioShack) a 26
7. Rigoberto Ur¨¢n (COL/Sky) a 28
8. Daniel Moreno (ESP/Katusha) a 31
9. Rafal Majka (POL/Saxo Tinkoff) a 38
10 Roman Kreuziger (RCH/Saxo Tinkoff) a 42
No, no hay sprinters de post¨ªn en la Vuelta, salvo los que preparan el Mundial por si el discurso quiere que se resuelva en la ¨²ltima palabra. Quiz¨¢s eso hace m¨¢s sorprendente la resoluci¨®n del crucigrama de la ¨²ltima pedalada, aunque ayer Matthews la dej¨® dicha unos metros antes, cuando ya no escuchaba el soplido de Richeze o Meersman, que rumiaban su impotencia.
Se supon¨ªa que los sprinters, fueran quienes fuera, hab¨ªan venido para algo. Y se sab¨ªa que los fuguistas iban a chupar c¨¢mara o buscar la caja de Pandora desde el primer al ¨²ltimo d¨ªa. Nadie sabe cu¨¢ndo el pelot¨®n decide apagar el foco y dejar que el preso salte la valla. Bueno, en cierto modo s¨ª se sabe: o es al final, o es antes de una contrarreloj o despu¨¦s de una etapa reina. O cuando hace un calor de esos que espantan a los p¨¢jaros y excita a los mosquitos. Nada de eso ha llegado. As¨ª que los fuguistas viven los avatares del pelot¨®n sin saber muy bien por qu¨¦ a unos les dejan huir al minuto cero y a otros les esperan 10 minutos. Cuesti¨®n de la clasificaci¨®n por equipos. Piedra, Van de Walle, Courteille, Anacona y Edet tuvieron libertad vigilada desde el kil¨®metro 8 hasta el 170, cuando por momentos parec¨ªa que podr¨ªan intentar llegar. Y cuando Courteille hizo el ¨²ltimo esfuerzo (al que se a?adi¨® Van de Walle) para dejar a los compa?eros en la condici¨®n de hacer dudar al pelot¨®n.
Pero el Garmin y el Orica estaban ciegos de ¨¦xito y con lo ojos bien abiertos para evitar despistes, que a veces se miden en segundos. Y midieron las diferencias. Y para abortar el desesperado ataque de Urtasun a dos kil¨®metros, por si empezaban los de atr¨¢s a mirarse y a no verse. Y el amago de Gilbert, por si sonaba la flauta o por si alguno de sus amigos del BMC se asomaba al balc¨®n.
Todo muri¨® en instantes de un kil¨®metro o menos, devorados por los velocistas que ol¨ªan la meta como un veraneante el salitre u olor a hierba. Y ah¨ª apareci¨® Matthews para reivindicar el sprint, para demostrar la variedad del ciclismo, las distintas artes de la carrera. No todo es echar el pie a tierra en ?zaro, y el bofe por un costado; todo es tambi¨¦n dejarse la planta de los pies y jugarse la mand¨ªbula en el contoneo del manillar cuando huele a meta. Es decir a ¨¦xito. El placer del lago de los sprinters.
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