Los d¨ªas malos ahora se pagan
Teniendo Espa?a un ideario de juego tan claro, era esperable que Eslovenia pusiese trampas por el camino
Una de las grandes diferencias entre la Espa?a de este Europeo con respecto a la de a?os anteriores es que necesita jugar bien para ganar. Hasta ahora, la variedad de recursos y la concentraci¨®n de talento era tan grande que nos pod¨ªamos permitir triunfos con rendimientos diversos. Ahora ya no. Si jugamos mal, sobre todo ante equipos aspirantes como Eslovenia, perdemos. Y Espa?a jug¨® mal, sin paliativos, pues se mostr¨® deficiente en dos de los aspectos capitales de su ideario. Defendi¨® discretamente, yendo su eficacia de m¨¢s a menos hasta encajar 53 puntos en los dos ¨²ltimos cuartos, donde los hermanos Dragic y Nachbar resultaron imparables y su habitual y vertiginosa transici¨®n defensa-ataque brill¨® por su ausencia, hasta el punto que la primera canasta en contraataque tuvo lugar a falta de pocos minutos para el final. Si a eso se le suma una sorprendente falta de acierto en la l¨ªnea de tiros libres (hasta ocho se escaparon) se entiende mucho mejor el resultado final, que dej¨® en anecd¨®tica la superioridad en el rebote (38 por 26).
Teniendo el equipo espa?ol un ideario de juego tan claro, era esperable que Maljkovic pusiese trampas por el camino. La primera, controlar el ritmo del partido, lo que consigui¨®; nunca cogi¨® el vuelo suficiente para que Espa?a se sintiese c¨®moda, lo que alcanz¨® con una defensa al l¨ªmite y peleando los rebotes ofensivos m¨¢s all¨¢ de lo legal. Las faltas personales no ten¨ªan importancia si con ellas se consegu¨ªa lo deseado, que no era otra cosa que un partido trabado y dif¨ªcil de masticar. Si alguien corri¨® hacia delante con decisi¨®n estos fueron los eslovenos. La segunda tuvo como objetivo Marc Gasol. Encabezados por Vidmar, que le dio hasta en el carnet de identidad, el veterano t¨¦cnico dispuso una constante rotaci¨®n de guardianes de Gasol. El desgaste f¨ªsico al que se vio sometido Marc, unido a la necesidad de tenerle en cancha casi todo el partido por la falta de un relevo consistente (cuando tuvo que tomarse un respiro el equipo lo not¨®) provoc¨® que llegase falto de fuerzas a los momentos decisivos. Sin un interior sobre el que bascular y cada vez m¨¢s apremiado por el ambiente y el paso adelante de algunos jugadores eslovenos, el equipo espa?ol naufrag¨® en los ¨²ltimos cinco minutos, donde solo consigui¨® dos canastas. Escaso bagaje para resolver un partido tan exigente.
Total, que Espa?a termin¨® perdiendo hasta con claridad. Estamos en la primera fase, por lo que la derrota tiene m¨¢s importancia por las problem¨¢ticas no superadas que por el efecto clasificatorio. La t¨¢ctica empleada por Eslovenia no ser¨¢ la primera vez que la veamos: el equipo deber¨¢ tomar buena nota. Dominados en el ritmo, maniatados para correr, con una defensa mucho m¨¢s blanda que la de su rival y demasiado err¨¢ticos en el ataque, los partidos se pueden convertir en un martirio. Ya no hay colch¨®n de rendimiento y los d¨ªas malos se pagan. Todos.
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