Djokovic desencanta a Nadal
El espa?ol estrena el n¨²mero uno perdiendo 3-6 y 4-6 la final de Pek¨ªn contra el serbio, su predecesor en el trono ¡ñ Es la primera derrota del mallorqu¨ªn en cemento en 2013 (26-1)
Fue un amargo estreno del n¨²mero uno. Novak Djokovic, que acaba de perder el trono, derrot¨® 6-3 y 6-4 en la final de Pek¨ªn a Rafael Nadal, el hombre que le ha arrebatado el puesto. El partido solo tuvo una direcci¨®n. Nole lo domin¨® desde que logr¨® romper el saque del mallorqu¨ªn en su primer servicio y ya no mir¨® atr¨¢s. Aceler¨® hacia el t¨ªtulo haciendo de su saque una fortaleza inabordable: hasta el 5-2 gan¨® 16 puntos de 17 (tres juegos en blanco) y en total sum¨® el 86% (?Solo perdi¨® seis!). El espa?ol no tuvo una sola bola de break y as¨ª cedi¨® su primer partido en cemento en lo que va de curso (26-1).
"Novak ha jugado mucho mejor que yo hoy, se merece el triunfo", resumi¨® Nadal sobre la pista, descartando cuando le preguntaron que hubiera mediado ning¨²n problema f¨ªsico o que le hubiera molestado la rodilla izquierda, que se golpe¨® contra el cemento tras un extra?o movimiento en cuartos. "Te mereces el n¨²mero uno. Has sido el mejor en lo que va 2013. Nadie puede dudar de eso", le felicit¨® Djokovic, tetracampe¨®n en la capital china.
Pocas veces tuvo Nadal la iniciativa. Menos activo de piernas que durante la final del Abierto de EE UU, en la que se impuso, el mallorqu¨ªn no golpe¨® en posiciones que le permitieran llevar el dictado de los intercambios. Los peloteos murieron demasiado pronto y ¨¦l se decidi¨® a disparar demasiado tarde. Djokovic gobern¨® desde el fondo. El serbio, intratable, hizo del encuentro una reivindicaci¨®n: defenestrado del puesto que distingue al mejor competidor del mundo, aprovech¨® la ocasi¨®n de dejar claro lo mismo que ha explicado una y otra vez Nadal a quien ha querido o¨ªrle. Lo importante son los t¨ªtulos, no el r¨¢nking, que se quedar¨¢ como est¨¢ como est¨¢ al menos cuatro semanas.
El de Pek¨ªn fue para Nole porque el campe¨®n de 13 grandes apenas pes¨® en el encuentro. Djokovic deshilach¨® su rev¨¦s con ataques fulgurantes. Favorecido por la r¨¢pida superficie china, que ya le hab¨ªa dado problemas a Nadal durante la semana (no hay m¨¢s que recordar sus dificultades para defenderse frente a Fognini en cuartos), el serbio consigui¨® evitar que el espa?ol se acomodara en los intercambios, acort¨¢ndolos al m¨¢ximo. Djokovic, con un tenis muy limpio,? no ofreci¨® resquicios que esperanzaran a Nadal. En un pu?ado de puntos, el espa?ol prepar¨® con acierto los intercambios para rematarlos con sus derechazos planos, pero la pelota le comi¨® el espacio como el fuego devora un campo de trigo: r¨¢pido, a toda mecha, sin tiempo para que armara el tiro con posibilidades de ¨¦xito.
Los dos contrarios, que forman la pareja con m¨¢s veces se ha enfrentado en la historia (38), podr¨ªan volver a cruzar sus caminos de nuevo tan pronto como la semana que viene, en la final del Masters 1000 de Shangh¨¢i. No para el circuito, ni lo hacen sus protagonistas: dos titanes en su mejor momento siguen persigui¨¦ndose por todo el planeta.
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