La mentira se come al f¨²tbol internacional
Los ingleses andan desesperados por encontrar futbolistas que ofrezcan posibilidades a su selecci¨®n de ganar algo tras casi 50 a?os sin trofeos. Por eso cuando un chico joven marc¨® dos goles para el Manchester United el fin de semana pasado en una ajustada victoria contra el ¨²ltimo de la Premier League, el Sunderland, se emocionaron. A los cinco minutos de finalizar el partido se oy¨® un clamor: ¡°Adnan Januzaj, ?selecci¨®n!¡±
El problema es que Januzaj no es a primera vista, como indica el nombre, precisamente ingl¨¦s. Naci¨® en B¨¦lgica, pero por parentesco podr¨ªa tambi¨¦n vestir las camisetas de Albania, Kosovo, Serbia o Turqu¨ªa. Por residencia a¨²n no puede representar a Inglaterra pero si estuviera dispuesto a esperar unos a?os podr¨ªa hacerlo en el Mundial de 2018. O sea, es un caso que recuerda al de Diego Costa, el jugador del Atl¨¦tico de Madrid nacido en la localidad de Lagarto, Brasil, del que se ha hablado mucho en los ¨²ltimos d¨ªas como posible seleccionado espa?ol.
Lo que a todo esto conduce es a lo que ya nos est¨¢ llevando la FIFA con sus absurdas o corruptas elecciones de sedes mundialistas: a la lenta destrucci¨®n del f¨²tbol internacional.
- "Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad".
H.G. Wells, novelista ingl¨¦s
Januzaj tiene 18 a?os, los mismos que ten¨ªa Diego Costa cuando lleg¨® a Espa?a, y la verdad es que s¨ª, tiene pinta de crack. Tanta que no sorprender¨ªa que el Real Madrid ofreciera 100 millones por ¨¦l en el mercado de invierno, lo que abrir¨ªa las puertas a que Espa?a se sumase a la larga lista de pa¨ªses que el belga-albano-kosovar-serbio-turco-medio ingl¨¦s podr¨ªa representar a nivel internacional.
Lo simp¨¢tico ser¨ªa que Januzaj optara por Albania pero, en cualquier caso, la decisi¨®n ser¨¢ enteramente suya. Costa lo tiene un poco m¨¢s complicado, entre otras cosas porque ya ha disputado un partido amistoso con la selecci¨®n de Brasil. Pero al final ¨¦l tendr¨¢ que tomar la decisi¨®n y, como ha dicho: ¡°Jugar¨¦ donde me sienta mejor¡±.
Es un l¨ªo. Y si Januzaj acaba jugando con Inglaterra o Costa con Espa?a habr¨¢ m¨¢s. Mucho depender¨¢ de las leyes de cada pa¨ªs en cuanto a la nacionalizaci¨®n. No es inconcebible que determinadas naciones cambien sus leyes para poder tener a los mejores jugadores en sus filas. Ya es mucho m¨¢s f¨¢cil conseguir la ciudadan¨ªa espa?ola si uno es un jugador de primera que si uno es un extranjero sin especial talento para el balompi¨¦. Para una personal normal el tr¨¢mite dura dos a?os; para un futbolista que milita en la Liga BBVA, dos minutos. Lo que faltar¨ªa ahora ser¨ªa que en vez de haber residido en Espa?a ¡ªo en Inglaterra, o donde sea¡ª cinco a?os, el tiempo necesario de residencia en un pa¨ªs para que un futbolista pueda cambiar de nacionalidad se rebajara a uno.
En resumen, la cuesti¨®n se reduce a legalismos o a d¨®nde nacieron los antepasados de determinado jugador. Lo cual da lugar a muchas posibilidades de debate, como hemos visto en Espa?a con el caso Costa, y en Inglaterra con el de Januzaj. Uno que lo tiene muy claro es Jack Wilshere, joven jugador del Arsenal y de la selecci¨®n inglesa. ¡°Los ¨²nicos que deber¨ªan jugar para Inglaterra son los ingleses¡±, declar¨® esta semana. ¡°El haber vivido cinco a?os en Inglaterra no te convierte en ingl¨¦s¡±.
Que Lionel Messi jugase para Espa?a ser¨ªa una mentira, como lo fue en su d¨ªa que lo hiciera Alfredo di St¨¦fano en la ¨¦poca de Franco
Lo que quer¨ªa decir Wilshere es que la nacionalidad no depende de circunstancias legales sino de sentimientos subjetivos. Si cualquiera puede jugar para cualquier pa¨ªs con un simple cambio de domicilio, o porque descubre que tiene una abuela nacida en qui¨¦n sabe d¨®nde, lo que nos espera en el ¨¢mbito del f¨²tbol internacional es la anarqu¨ªa. Representar a un pa¨ªs ser¨¢ casi lo mismo que representar a un club. Todo depender¨¢ de los caprichos de una directiva o, como dice Costa, del equipo en que cada jugador ¡°se sienta mejor¡±.
Lo que distingue a una selecci¨®n de un club es que la selecci¨®n es donde los pueblos invierten su orgullo patrio, sus sensaciones de lealtad a una misma bandera. Si las culturas nacionales de los seguidores y los jugadores de una selecci¨®n no se corresponden nos convertimos en c¨®mplices de un gran autoenga?o colectivo.
?Januzaj es ingl¨¦s??Costa es espa?ol? Sobre el papel lo podr¨ªan ser. Pero de veras, seg¨²n el sencillo pero honesto punto de vista articulado por Jack Wilshere, ?lo son? ?Qu¨¦ va! Y menos si admitimos que el idioma es, ante todo, lo que define la identidad nacional. Januzaj habla el ingl¨¦s con acento extranjero, y Costa el espa?ol tambi¨¦n. Su lengua aut¨¦ntica, la que hablan en cada caso con sus familias, es otra. Y vayamos m¨¢s lejos: el acento con el que se habla un idioma tambi¨¦n es determinante. Que Lionel Messi jugase para Espa?a ser¨ªa una mentira, como lo fue en su d¨ªa que lo hiciera Alfredo di St¨¦fano en la ¨¦poca de Franco.
S¨ª. Vivimos en tiempos globalizados. Cada d¨ªa nos mezclamos m¨¢s. Pero si no estamos dispuestos a cuidar los criterios que definen qui¨¦n puede jugar para qu¨¦ selecci¨®n acabemos de una vez con la broma del f¨²tbol internacional y qued¨¦monos con la identidad local o arbitrariamente tribal que nos ofrecen los clubes.
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