Bendita locura en Chamart¨ªn

Ya estar¨¢n los acad¨¦micos despotricando contra partidos alienados, medio majaretas, como el celebrado en Chamart¨ªn. Bendita locura encuentros as¨ª, descorchados en mil frentes, de los que llevan a los espectadores con la lengua fuera. Diez goles, penaltis de broma, alguno fallado, una expulsi¨®n, dos porteros con tajo. Y m¨¢s: por fin aterriz¨® Bale, Cristiano, con sorna, sald¨® cuentas con Blatter, Benzema se luci¨® y fue agradecido con su padrino Zidane, regres¨® Xabi Alonso... Y tambi¨¦n estuvo el Sevilla, con Rakitic al frente, con la cara puesta cuando se vio descarrilado en media hora y casi roz¨® el empate. Una novela intens¨ªsima, puro divertimento para los aficionados.

Nada hac¨ªa presagiar que el encuentro iba a ser de traca tras ver la primera media hora del Madrid, que parti¨® con confetis y serpentinas. Con sus alineaciones ambulantes anda Ancelotti a la b¨²squeda de su boceto. Ante el Sevilla, otra vuelta de tuerca, con Bale en una orilla, esta vez a costa de Di Mar¨ªa, uno de los mejores, si no el mejor, en el arranque del curso. Tambi¨¦n regresaron Isco, en el exilio las ¨²ltimas semanas, y Benzema, que prolong¨® en Chamart¨ªn su excelente participaci¨®n final en el Camp Nou. Las piezas en su sitio, sin extravagancias. Fue otro Madrid, que dibuj¨® media hora de altura, abrumador para el Sevilla, que ni con tres centrales pudo tirar de las riendas.

Isco y Benzema catalizaron al mejor Madrid, por mucho que Bale fuera el punto final en los dos primeros goles. Con el malague?o y el franc¨¦s, el equipo de Ancelotti tuvo ingenio en la periferia del ¨¢rea. Ninguno de los dos es un delantero convencional, los dos son productores de f¨²tbol cerca de la porter¨ªa adversaria. La mayor¨ªa de los equipos tiran de imaginaci¨®n en zonas de medio campo; Isco y Benzema trenzan el juego varios metros por delante, donde frotan la l¨¢mpara, se asocian, asisten o se ganan el espacio.

La actuaci¨®n de ambos enfil¨® al Madrid hacia una noche que parec¨ªa placentera. Sin llegar al cuarto de hora fue Benzema quien maniobr¨® de maravilla en el costado derecho del ¨¢rea visitante para poner a Bale al pie del altar. El gal¨¦s recibi¨® la pelota, a la velocidad precisa y orientada a su zurda. Su golpeo no fue un disparo, m¨¢s bien un estallido. Esa es su arma, es un revienta balones. Casi hace diana en otros dos ametrallamientos, uno desviado por Beto y otro que se fue desviado. En las dos jugadas su socio: Benzema, ese franc¨¦s que no se inmuta donde otros sufren un ataque de p¨¢nico. Sin noticias del Sevilla, lleg¨® la asistencia de Cristiano a Bale. Una falta al borde del ¨¢rea y el portugu¨¦s, generoso, cedi¨® los trastos a su compa?ero, un gesto de madurez de Ronaldo, que bien sabe que el brit¨¢nico necesita meritar. El lanzamiento de Bale fue desviado con la mano por Alberto Moreno, enclaustrado en la barrera, lo que despist¨® por completo a Beto. Un sue?o para Bale en su estreno como titular en Chamart¨ªn. Por fin aterriz¨® en el f¨²tbol del Madrid.

Isco y Benzema catalizaron la mejor versi¨®n blanca, con Bale como punto final

Un penalti inexistente de Navarro a Isco ejecutado por el comandante Cristiano ¡ªese fue su gesto con retranca por las majader¨ªas de Blatter¡ª pareci¨® despejar por completo la jornada para el Madrid. Misterioso como es, el f¨²tbol tiene desmentidos impredecibles. Otro penalti lun¨¢tico, esta vez de Ramos a Figueiras, dio paso a un partido psic¨®tico. El acierto de Rakitic y un gol inmediato de Bacca resucitaron al conjunto andaluz, que se vio en la faena cuando colgaba del precipicio. El tanto de Bacca puso a la grada de u?as con Arbeloa, al que Vitolo le sac¨® la cadena en la carrera que propici¨® el gol. El descanso soseg¨® los ¨¢nimos y la hinchada rectific¨® con Arbeloa, las broncas quedaron reservadas a Blatter y el colegiado.

El conjunto andaluz se vio de nuevo en faena cuando colgaba del precipicio con 3-0

El segundo acto fue a¨²n m¨¢s fren¨¦tico. Se parti¨® el Madrid, tan poderoso con la pelota como fr¨¢gil sin ella por la falta de apoyos defensivos de su caballer¨ªa, CR, Bale, Isco, Benzema... El Sevilla acept¨® el combate cuerpo a cuerpo, con Rakitic con el comp¨¢s, el empuje de Vitolo y la agitaci¨®n de Jairo, un prometedor extremo. La trama fue un sinvivir. No hubo un segundo de tregua, los goles ca¨ªan del cielo, segu¨ªan brotando penaltis de la nada, alg¨²n simulacro de tal ¡ªexagerado el de Bale¡ª... Con 3-2, Diego L¨®pez, con el pie, evit¨® el empate en un remate de Jairo. De la misma jugada surgi¨® el 4-2. Diego sac¨® con la mano a CR, ¨¦ste aceler¨®, conect¨® con Bale y el gal¨¦s asisti¨® a Benzema. El genuino Madrid a la carrera. Solo se fren¨® el galo, que templ¨® el bal¨®n dentro del ¨¢rea, ech¨® un vistazo a la red y emboc¨® por una rendijilla. Elocuente su abrazo a Zidane. Revelador de qui¨¦n es su div¨¢n. Tambi¨¦n CR tuvo el servicio de Bale para el 5-2.

No hab¨ªa forma de llevar la cuenta de los sucesos cuando Rakitic hizo un golazo para el 5-3. Sin respiro, ingres¨® Xabi Alonso 165 d¨ªas despu¨¦s de coger la baja... Y otra parada de Diego L¨®pez, esta vez a un tiro a bocajarro de Gameiro. La r¨¦plica, de CR (6-3); y la tuvo Rakitic, que fall¨® un penalti que solo el ¨¢rbitro fue capaz de concebir. Fue condenado a la expulsi¨®n M¡¯Bia, y volvi¨® a anotar Benzema... Una maravillosa locura. Tiempo habr¨¢ para bostezar.