No hay otro ¡®ni?o¡¯ igual
M¨¢rquez se convierte, a los 20 a?os y ante 100.000 espectadores, en el campe¨®n m¨¢s joven de la historia en MotoGP, despu¨¦s de ser tercero en Cheste en una carrera ganada por Lorenzo
La historia se rinde ante Marc M¨¢rquez, el chico que todo lo puede, el de los adelantamientos al l¨ªmite, el de las remontadas imposibles, el de la sempiterna sonrisa, el m¨¢s precoz campe¨®n en 64 a?os de carreras. Deb¨ªa terminar, al menos, en cuarto lugar y cruz¨® la meta en tercera posici¨®n, por detr¨¢s de Lorenzo y Pedrosa. No cay¨® en la trampa. No le tembl¨® el pulso. No fall¨®. Casi nunca lo hace. Quer¨ªa ser el Marc de siempre. Y lo fue. Es el m¨¢s listo, el m¨¢s r¨¢pido, el m¨¢s atrevido. Talento puro. Por eso ya nadie dir¨¢ que Freddie Spencer fue, a los 21 a?os, el campe¨®n m¨¢s joven de la categor¨ªa reina. Porque ¨¦l, a los 20, le ha arrebatado el r¨¦cord. Por eso ser¨¢ una obligaci¨®n recordar que adem¨¢s de Kenny Roberts hubo otro debutante que gan¨® el t¨ªtulo el a?o de su estreno: Marc M¨¢rquez, campe¨®n del mundo en 2013. Tres veces campe¨®n, una por categor¨ªa. Gan¨® el primero hace solo tres a?os, en el mismo escenario de Cheste en el que la p¨®lvora estall¨® en su honor esta vez ante 100.000 espectadores. Y desde entonces no ha hecho m¨¢s que asombrar al mundo con sus victorias, con su peculiar estilo, con esa alegr¨ªa con que pilota y vive.
Las l¨¢grimas de su mentor, Emilio Alzamora, antes incluso de que ondeara la bandera de cuadros, hablaban de la emoci¨®n de ver crecer a un aut¨¦ntico prodigio. El sollozo de su jefe de mec¨¢nicos, Santi Hern¨¢ndez, evocaba el sufrimiento de los ¨²ltimos d¨ªas, desde que le fallaran las cuentas en Australia y con un error el equipo pusiera en peligro el trabajo del chaval en la pista. ¡°Que no lo olviden, es el n¨²mero uno¡±, gritaba su padre, Juli¨¤, ese conductor de maquinaria pesada que cruza sus dedos en cuanto su ni?o sale a la pista el fin de semana.
El debutante supera el r¨¦cord de precocidad de Freddie Spencer
Nadie lo olvid¨®. Por eso la carrera fue as¨ª de extra?a. Hab¨ªa ideado el equipo Yamaha una estrategia p¨ªcara para su piloto, Jorge Lorenzo. No quer¨ªa el mallorqu¨ªn, campe¨®n del mundo, esperar un error del rival. No pod¨ªa conformarse solo con aguardar un fallo que no se producir¨ªa. Ten¨ªa que provocarlo. As¨ª que, adem¨¢s de lanzarse de cabeza a por la victoria desde la primera curva, se encarg¨® de ralentizar el ritmo de la carrera tanto como pudo. Funcion¨® el plan de Yamaha, pero solo al inicio, cuando el grupo era grande y bien Bautista, bien Rossi, se pegaban a M¨¢rquez en cada curva. Hasta que la insistencia de Pedrosa y la lentitud del resto del pelot¨®n acabaron con el plan. As¨ª que el campe¨®n del mundo cambi¨® de idea. Y se preocup¨® solo de ganar. Sobre todo cuando el l¨ªder se apart¨® cort¨¦smente de la pelea.
Lorenzo ralentiz¨® la carrera, pero M¨¢rquez no cometi¨® ning¨²n error, no cay¨® en la trampa
Entendi¨® pronto M¨¢rquez que lo que estaba en juego era mucho m¨¢s que una victoria, y le dej¨® pasar. Se acomod¨®, tras aquel, reprimiendo sus ganas de ganar la prueba. Lleg¨® a su altura Pedrosa, empe?ado en subir al podio, a falta de cinco giros. Y el chico de Cervera le cedi¨® el paso. Estaba d¨®nde y c¨®mo quer¨ªa, tercero. Fue tomando una curva, y otra, fueron pasando las vueltas, y la prueba fue muriendo al tiempo que nac¨ªa un fen¨®meno.
Un fen¨®meno que en 18 pruebas cuenta seis victorias, 16 podios y dos ceros. Son sus n¨²meros, las cifras que explican su ¨¦xito, las que demuestran su constancia. Ha cometido solo un error propio, en Mugello, donde cay¨® demasiadas veces, la ¨²ltima en carrera. Y suma otro del equipo, que err¨® la estrategia en Australia, lo que le cost¨® la descalificaci¨®n. Austin, Jerez o el sacacorchos de Laguna Seca son los nombres propios que remiten a sus haza?as; los triunfos en Indian¨¢polis o Brno los que le situaron en la cumbre. ¡°Recuperados de sus lesiones Lorenzo y Pedrosa les dije: ¡®Eh, que estoy aqu¨ª¡±, cuenta orgulloso.
El campeonato logrado por M¨¢rquez se explica por su talento natural, ese que le permite ir r¨¢pido en cualquier condici¨®n, desde el primer d¨ªa, conozca o no el circuito. Por su ambici¨®n, irreverencia y atrevimiento, lo que le lleva a no querer conformarse nunca, a buscar los adelantamientos m¨¢s imposibles, a querer imitar las haza?as de su ¨ªdolo Valentino Rossi, a disfrutar m¨¢s de las carreras cuanto mayor y m¨¢s dif¨ªcil es el reto, a deso¨ªr las cr¨ªticas y defender que es agresivo en la pista ¡°desde siempre¡±, a tolerar la presi¨®n como el m¨¢s experto de los deportistas. Porque su percepci¨®n de los l¨ªmites est¨¢ m¨¢s all¨¢ de d¨®nde la ven los dem¨¢s. Porque cree que solo encontrando esos l¨ªmites y d¨¢ndose de bruces contra el asfalto ser¨¢ cada d¨ªa mejor: no en vano se ha ca¨ªdo infinidad de veces este a?o, 15 en 18 grandes premios, pero solo una en carrera.
El campeonato logrado por M¨¢rquez lo adorna un estilo ¨²nico y espectacular, una nueva forma de tomar las curvas, con el codo acariciando el asfalto, de acechar cada frenada, de derrapada en derrapada. Lo viste su osad¨ªa, sus interminables r¨¦cords y la naturalidad con la que hace las cosas. No hay otro igual.
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