Suced¨¢neo azulgrana
La derrota del Barcelona en ?msterdam es un s¨ªntoma de la p¨¦rdida de identidad del equipo
La plantilla y el entrenador del Barcelona encontraron una salida para no tener que discutir sobre el estilo despu¨¦s de encajar la primera derrota en 21 partidos. Atribuyeron la ca¨ªda en ?msterdam a su falta de actitud en la primera parte y evitaron hablar de su impotencia futbol¨ªstica en la segunda, como si fueran dos cosas distintas, partidas por el descanso, cuando forman parte de un mismo problema que se arrastra desde hace ya un par de temporadas.
La falta de actitud no solo es reprobable sino sancionable en una plantilla como la del Bar?a. Los jugadores no son conscientes de la gravedad de su renuncia porque si se abandonan en un partido de Champions es f¨¢cil suponer que tambi¨¦n se dejan ir en alg¨²n que otro entrenamiento. No hay peor remedio que utilizar la autocr¨ªtica para disimular la falta de exigencia y la p¨¦rdida de la cultura del esfuerzo.
El Bar?a est¨¢ metido en una rotonda desde el ¨²ltimo curso de Guardiola. Vive del curr¨ªculo de sus futbolistas, capaces de resolver cualquier partido porque son muy buenos sin darse cuenta de que para ganar t¨ªtulos se precisa ser los mejores, que no es precisamente lo mismo. Nuevamente se equivocar¨¢n si piensan que para volver a ganar les vale con ponerse a laborar.
No hay peor remedio que la autocr¨ªtica para disimular la falta de exigencia y la p¨¦rdida de la cultura del esfuerzo
El equipo se aleja cada d¨ªa m¨¢s del campo de pr¨¢cticas y de su ideario. El deterioro es progresivo. Va perdiendo cosas por el camino que no se recuperan con voluntad. La Liga espa?ola le ha llevado al enga?o. En la Copa de Europa no alcanza con abonar las transiciones y gobernar las ¨¢reas, como se apreci¨® el a?o pasado con el Bayern y se ha visto hace poco con los veteranos del Milan y los noveles del Ajax, y menos cuando no est¨¢n dos futbolistas que marcan las diferencias como Vald¨¦s y Messi. Se necesita jugar como un equipo.
El Barcelona ha perdido identidad. Ha renunciado a los aspectos del juego que determinaban su singularidad, la mayor¨ªa inspirados en la cultura del Ajax, ninguno como el juego de posici¨®n, simbolizado en el rondo. Los azulgrana llegaron un segundo tarde y concedieron un metro de m¨¢s en cada una de las jugadas de ?msterdam.
La posesi¨®n, la presi¨®n y la circulaci¨®n dependen de la situaci¨®n de los jugadores en la cancha. No hay t¨¦rmino medio en los partidos exigentes: o funciona muy bien o resulta el sistema m¨¢s vulnerable del mundo, y de ah¨ª la importancia de automatizar los mecanismos. La diferencia entre el Ajax y el Bar?a la marc¨® la velocidad de la pelota. El juego de equipo de los holandeses contrast¨® con la guerrilla barcelonista.
Los azulgrana se partieron por la mitad, el equipo se hizo muy largo en el campo, sometido por los tri¨¢ngulos y rombos ajacieds. Desasistido, sin l¨ªnea de pase, recibiendo siempre de espaldas, Song se convirti¨® en el saco de todos los golpes como mediocentro. Y no es justo porque los interiores dejaron de ayudar en la defensa de los costados y ning¨²n delantero auxili¨® a los laterales en situaciones de dos contra uno.
No hay noticia sobre el trabajo de campo y s¨ª de la complicidad del t¨¦cnico con el plantel
No saben jugar los azulgrana cuando les roban la pelota y les atacan sin desmayo. Tampoco intervino el entrenador para corregir un partido que se le escap¨® desde que el ¨¢rbitro pit¨® el inicio. Martino respeta las jerarqu¨ªas del vestuario y se resguarda con las rotaciones para no quemar a los futbolistas. No hay noticia, sin embargo, sobre el trabajo de campo y s¨ª de la complicidad del t¨¦cnico con el plantel. El contexto abona la confusi¨®n. A d¨ªa de hoy no se sabe muy bien si cuenta o no con Sergi Roberto ni cu¨¢l es el futuro de Cesc ni si Xavi, Iniesta y Puyol juegan por lo que representan o porque son los capitanes. Al Bar?a de las celebridades le fall¨® la misma organizaci¨®n colectiva que entroniz¨® a los an¨®nimos solidarios e intensos del Ajax.
La prioridad por tanto es definir el problema para que la transici¨®n no sea a ninguna parte. Si es una cuesti¨®n de estilo, hay que cambiar a la mitad de la plantilla porque solo sabe jugar de una manera, y si es un problema de actitud se imponen los cambios estructurales aplazados: delimitar responsabilidades, revisar los roles y recuperar la pasi¨®n, el compromiso, la grandeza y el esp¨ªritu de rebeld¨ªa frente a la inercia, la rutina y la gesti¨®n administrativa. No valen suced¨¢neos. Ambas requieren personalidad y liderazgo y a d¨ªa de hoy no se sabe si hay alguien en el club que lo tenga o todos prefieren esperar a que pase algo que ya no tenga soluci¨®n.
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