¡°Todos quer¨ªamos ser como Chava¡±
Paco Mancebo, Pablo Lastras y David Navas recuerdan a Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez, muerto a los 32 a?os, el escalador m¨¢s popular de su tiempo y un personaje ¨²nico en el pelot¨®n
El Barraco como punto de encuentro para recordar a Jos¨¦ Mar¨ªa Chava Jim¨¦nez, el genial ciclista de cuya muerte se cumplen ahora 10 a?os.
El Barraco, ?vila, octubre de 1998
Est¨¢n sentados en una mesa del Pescador, el restaurante del padre de Chava. Sirve la mesa su chica, Azucena. Carlos Sastre, que tiene prisa, s¨®lo pide ensalada y, r¨¢pido, r¨¢pido, tost¨®n asado. Los otros, Chava, Mancebo, Lastras y Navas, se comen unas alubias pintas con almejas. ¡°Mi padre es el mejor cocinero del mundo¡±, farda Chava, mientras sirve otra ronda de vino fresco. ¡°Eso s¨ª, siempre que quiere¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez, Chava, gran ciclista, cuando quiere, claro, est¨¢ en la cumbre de su carrera, pocas semanas despu¨¦s de haber llegado al podio de una Vuelta a Espa?a en la que vol¨® en la monta?a dejando en evidencia, en segundo plano, al ganador final, su compa?ero de equipo en el Banesto Abraham Olano. V¨ªctor Sastre, el padre de Carlos, feliz, sonr¨ªe. Son sus chavales. Son ciclistas profesionales. Todos han salido de su escuela en El Barraco, del equipo juvenil que naci¨® como pe?a ?ngel Arroyo, otro nombre sagrado del ciclismo de ?vila, y la publicidad de su amigo Remigio Yuste, de San Mart¨ªn de Valdeiglesias. La tarde es calurosa. Inhabitual. ¡°C¨®mo no llueva, este a?o no vemos ni un n¨ªscalo¡±, se quejan todos los presentes.
El Barraco, diciembre de 2013
Han pasado 15 a?os. Los camiones siguen pasando, ruidos¨ªsimos, por la carretera que cruza el pueblo, la calle principal sigue llam¨¢ndose General Franco, los chicos alrededor de la mesa hablan de ir a coger n¨ªscalos este oto?o tan generoso por la primavera lluviosa de hace meses, y El Pescador ya no existe. Bueno, s¨ª que existe. Existe el local en la misma acera estrecha y sigue existiendo un bar-restaurante en el mismo, pero ya no se llama El Pescador, como lo hab¨ªa bautizado el padre del Chava, sino Diego¡¯s, el nombre elegido por el cocinero que se lo ha arrendado a la madre del Chava, y de primero ya no hay alubias pintas con almejas, sino ensalada con queso y micuit y anchoas de Cantabria, y tampoco asan el tost¨®n sino preparan buenas carnes rojas en la parrilla. Y tampoco est¨¢n, tampoco pueden estar, el Chava, tan buen ciclista cuando quer¨ªa, que muri¨® justo hace 10 a?os, ni su padre, tan buen cocinero, que tambi¨¦n ha muerto.
Como todas las muertes inexplicables, inaceptables para la l¨®gica que exige que la juventud debe ser inmortal, la muerte no tan inesperada pero terrible del Chava, de Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez Sastre, en una cl¨ªnica de rehabilitaci¨®n el 6 de diciembre de 2003, a los 32 a?os, abri¨® heridas que no se han cerrado, que quiz¨¢s, as¨ª es Castilla, no se cerrar¨¢n nunca. Carlos Sastre, el chaval de entonces que despu¨¦s, justo diez a?os despu¨¦s de aquella comida apresurada, gan¨® el Tour de Francia llegando solo como el Elegido a la cima del Alpe d¡¯Huez, no ten¨ªa cuerpo para juntarse 15 a?os m¨¢s tarde a recordar al Chava joven que les enamor¨® a todos (y que se convirti¨® en su cu?ado, pues se cas¨® con su hermana Piedad) con aquellos que como Lastras y Mancebo hab¨ªan aprendido a andar en bicicleta pr¨¢cticamente con ¨¦l. O con Navas, que tambi¨¦n es de El Barraco, como Chava, y hab¨ªa sido inseparable de Sastre y del Chava tambi¨¦n.
Entra ambas generaciones, la del Chava, nacido en el 71, y la de Sastre, Mancebo, Lastras y Navas, cinco a?os de diferencia, y un mundo. Sastre y Navas ya han dejado el ciclismo. Lastras sigue en el Movistar, con Eusebio Unzue, como toda su vida profesional, y Mancebo tras pasar por el Banesto, el Ag2r, la Operaci¨®n Puerto, el Relax, un equipo portugu¨¦s y dos equipos estadounidenses, alargar¨¢ su carrera un a?o m¨¢s al menos en un equipo de Dubai.
David Navas. Esta mesa es importante, ?eh? Aqu¨ª, en esta mesa, era donde com¨ªa ¨¦l siempre sus ensaladas y su chulet¨®n.
Pablo Lastras. Mi primer recuerdo del Chava ya me impact¨®. Fue en el 94. Ven¨ªamos con Mance (Mancebo) de la Vuelta a Navarra de juveniles. Y coincidi¨® la ¨²ltima etapa con la Subida a Urkiola que gan¨® Chava. Y estando en la autov¨ªa, hablando con V¨ªctor Sastre por el m¨®vil, le llam¨®, y paramos en el arc¨¦n de la autov¨ªa, llegando a Tordesillas. Y por all¨ª ven¨ªa el Chava en su Ford Escort con el trofeo y la chapela. Fue un momento impactante: imag¨ªnate, ocho juveniles que ven¨ªamos de una vuelta en dos coches, y ¨¦l ya profesional. Se baj¨® del coche y nos salud¨® a todos. Y en ese momento pens¨¦: ¡°Quiero ser como Chava. Y todos pensaron, seguro: queremos ser como Chava¡±.
D.?N. Yo conoc¨ªa a Chava de toda la vida en el pueblo. Con 14 a?os, yo era un cr¨ªo, y ¨¦l que tendr¨ªa 18, ya iba por ah¨ª con un Mini intentando atropellarnos. Y le pic¨¢bamos. No s¨¦ si tendr¨ªa carnet o no, los chavalillos le tore¨¢bamos, nos persegu¨ªa. Mi hermano era un a?o mayor que ¨¦l y corr¨ªa con ¨¦l, con V¨ªctor, el padre de Sastre. Y poco despu¨¦s yo tambi¨¦n entr¨¦ ah¨ª, en la banda del Barraco, en la banda del Chava.
Paco Mancebo. Le conoc¨ªa de cuando yo corr¨ªa en escuelas. ?l me sacaba cinco a?os y era ya juvenil. Estaba muy gordo, estaba gordito para ser ciclista y aun as¨ª ganaba las carreras. Luego, a partir del 97 es cuando m¨¢s lo he tratado, porque me dej¨® marcado en los campeonatos de Espa?a en Melilla. ?l gan¨® en profesionales, Curro Garc¨ªa, que tambi¨¦n era de la banda, en aficionados, y yo qued¨¦ subcampe¨®n contrarreloj en sub 23. Y cuando firmamos con Banesto ya est¨¢bamos todo el d¨ªa con ¨¦l, sal¨ªamos a entrenar con ¨¦l, par¨¢bamos a tomar caf¨¦ con ¨¦l, empezamos a beber vino con ¨¦l¡ Me acuerdo de un d¨ªa yendo hacia Pelayos entrenando buscamos un sitio donde parar y ¨¦l fue a sacar algo del bolsillo y se le cay¨® un billete de 1.000 pesetas, y dijo, baahh, por 1.000 pesetas no me doy la vuelta. Ya sabes que ten¨ªa sus cosas buenas y sus cosas¡ Eran sus cosas, las cosas del Chava. Y nadie se atrevi¨® a volver a por las 1.000 pesetas¡
P.?L. Me atra¨ªa de ¨¦l su cercan¨ªa, y que todo lo hac¨ªa f¨¢cil. Por ejemplo, a m¨ª me marc¨® cuando me dijo: ¡°Para qu¨¦ entrenas para ganar un Tour si no lo vas a ganar nunca, entrena para ganar una etapa del Tour¡±. Y la gan¨¦. Y lo consegu¨ª gracias a ¨¦l. Lo ten¨ªa claro. Y era supergeneroso con los j¨®venes que empez¨¢bamos y que quer¨ªamos ser ciclistas.
D.?N. Hac¨ªa agradable el trabajo. Estaba siempre feliz. Sal¨ªas a entrenar, y daba igual hacer 150 que 200 kil¨®metros. Los hac¨ªas con gusto porque te lo pasabas bien. Yo nunca he entrenado tanto como de amateur con ¨¦l. Me daba igual hacer cinco que ocho horas¡ Es que nos lo pas¨¢bamos bien.
P.?M. Creaba un ambiente especial. ?l ten¨ªa sus objetivos muy claros, pero a nosotros nos tocaba entrenarnos bastante en invierno, y ¨¦l iba m¨¢s tranquilo. Pero cuando preparaba sus carreras, la Vuelta a Espa?a sobre todo, o el Tour¡ Me acuerdo un d¨ªa comiendo en su casa, que hab¨ªamos hecho casi 200 kil¨®metros con mil puertos, y en su casa, con la Azu, su chica, y nosotros nos pusimos hasta las orejas de comer porque ven¨ªamos muertos, y ¨¦l, como le tocaba ¨¦poca de cuidarse se comi¨® una ensaladita y poco m¨¢s. Cuando ¨¦l ten¨ªa objetivos era el que m¨¢s se entrenaba y ¨¦l que m¨¢s se cuidaba, pero cuando no hac¨ªa lo que tuviera ganas de hacer...
D.?N. Como ¨¦l dec¨ªa siempre, para cuidarse hay que descuidarse primero, si no, no hace falta cuidarse.
P.?L. En una Vuelta a Burgos compart¨ª con ¨¦l habitaci¨®n todos los d¨ªas, y me mostr¨® una capacidad de cuidarse, de disciplina, de ajustarse a los horarios que no le he visto a nadie. Nadie le ganaba a eso en v¨ªsperas de la Vuelta. Hac¨ªa la etapa, la disputaba y volv¨ªa en bici al hotel. Y eso nadie lo ve¨ªa. Es el trabajo que no se ve para llegar a la Vuelta a Espa?a. Y en la Vuelta a los Puertos, en Guadarrama, hac¨ªa la carrera, se hinchaba a hacerse fotos y a firmar aut¨®grafos, mucho jij¨ª, jaj¨¢, pero luego, una hora despu¨¦s de acabar la carrera, la Azu con la bicicleta de entrenar le esperaba a las afueras y si la carrera hab¨ªan sido cuatro horas se hac¨ªa otro par de horas en la bici, hasta su casa.
P.?M. ?l podr¨ªa haber sido mucho m¨¢s como ciclista, tener m¨¢s victorias importantes, pero de todas formas quer¨ªa tambi¨¦n disfrutar de la vida.
P.?L. Prefer¨ªa cobrar menos dinero por vivir un poco mejor a cobrar m¨¢s dinero y estar m¨¢s atado. Podr¨ªa haber tenido m¨¢s palmar¨¦s, pero no hubiese sido el Chava.
D.?N. Un d¨ªa en la Dauphin¨¦, subiendo el Mont Ventoux, ¨ªbamos Pablo y yo con ¨¦l y nos pegamos una buena paliza trabajando porque ten¨ªa ganas de ganar all¨ª. Tuvimos que anular una escapada dura, en la que iban Menchov y Solaun, compa?eros nuestros a los que no respetamos porque ten¨ªa que ganar ¨¦l, y cuando llegamos a meta, emocionados, preguntamos al masajista: ¡°?qu¨¦ tal Chava, ha ganado?¡± "Pero si ha entrado delante de vosotros", nos dijo.
P.?L. Si nosotros perdimos 34 minutos, ¨¦l perdi¨® 30. La gente no entiende la falta de Chava en el pelot¨®n. La gente no hace m¨¢s que preguntarme an¨¦cdotas, detalles de su vida, c¨®mo era, qu¨¦ hac¨ªa. Y as¨ª me he dado cuenta de lo grande que ha sido, de lo dentro que le lleg¨® a los espectadores, de su carisma. Ahora mismo ese carisma no lo tiene ning¨²n ciclista. Si no hay Chavas ahora es por falta de genios. Ahora mismo, te digo, en la Vuelta a Espa?a, una carrera de la que estaba enamorado el Chava, y por eso rend¨ªa tanto, las tres ¨²ltimas ediciones, 2011, 2012 y 2013, las habr¨ªa ganado ¨¦l. Seguro. Las tres seguidas. Lo har¨ªa sobrado.
D.?N. Era muy inteligente a la hora de rematar las carreras.
P.?L. Y, sobre todo, muy divertido. Yo le he visto hacerles re¨ªr a Armstrong y a Ullrich. Eran corredores superserios, y tambi¨¦n a Alfredo S¨¢ez, el que era presidente del Banesto. Era tan genio, tan cercano¡ Elevaba lo cotidiano a la categor¨ªa de extraordinario, y por eso le quer¨ªa la gente. Gente con poder pol¨ªtico, econ¨®mico, medi¨¢tico¡ Esa era su grandeza, que le llegaba a todo el mundo por c¨®mo era.
P.?M. Siempre empezaba las conversaciones con su ?qu¨¦ paasaa, maacho? Bebe vino¡
P.?L. Una vez est¨¢bamos en la Vuelta a Murcia, en el NH, un s¨¢bado noche, con el restaurante lleno y dos reservados para los equipos que est¨¢bamos all¨ª, el US Postal, con Armstrong, Chechu, Pe?a, y hasta Sheryl Crow, la novia de Armstrong, y nosotros, el Banesto. Y entra el Chava, cierra la puerta, y ante el atril que hay en la entrada con la carta de vinos y el men¨², se puso a hacer de cura. ¡°Buenas noches, en el nombre del padre, del hijo¡¡± Y empez¨® a decir misa, y hasta ech¨® un serm¨®n. ¡°Tenemos aqu¨ª al hermano Armstrong¡¡± Y Armstrong empez¨® a re¨ªrse, y la gente empez¨® a aplaudir¡ Ca¨ªa de puta madre a todo el mundo, sin llegar a hacer el rid¨ªculo. Y otra buena, que me han contado, la mont¨® cuando sali¨® la moda de las tiritas en la nariz para respirar mejor. La ONCE empez¨® a hacer un abanico en la etapa de Albacete, y Chava, haciendo bromas a cola de pelot¨®n. ¡°A m¨ª, esto no me abre la nariz, a ver si me abre la cabeza¡¡± Y se pon¨ªa la tirita en la frente, jij¨ª, jaj¨¢, y los de amarillo todo serios delante haciendo un abanico. Le pill¨® todo el corte, evidentemente, pero llegaba al autob¨²s sin darle importancia. ¡°No pasa n¨¢, ma?ana lo arreglamos¡¡±
D. N. Creo que su problema era de debilidad. Los momentos malos los hac¨ªa demasiado malos. Ten¨ªa pocos, pero los malos los hac¨ªa muy malos¡
P. L. Era intenso, lo viv¨ªa. Y se le echa de menos. Y no solo la gente de nuestra generaci¨®n, como Arri, Txente, Solaun, sino tambi¨¦n los de ahora, como Purito, que lo conoci¨® de rival. Y Purito, que ahora es el n¨²mero uno del mundo, cuenta an¨¦cdotas de quedarse con la boca abierta viendo a Chava hacer lo que hac¨ªa. Y en temas m¨¢s serios, como las asambleas de ciclistas. Los pocos que vamos ahora somos unos michis, no van los que tienen peso, pero Chava s¨ª que iba, y hac¨ªa temblar un poco al presidente. Ve¨ªa las carencias que sufr¨ªa el colectivo. ?l ten¨ªa buen sueldo y buen calendario, pero era solidario en ese sentido tambi¨¦n.
D.?N. Ten¨ªa muchos amigos, pero ahora ya no hay amigos. Es triste, pero muy poca gente quiere acordarse de Chava. En Italia, a Pantani, un caso parecido, se le homenajea todos los d¨ªas, y hasta el Giro le dedica la carrera. Aqu¨ª en Espa?a somos gente de olvido.
P.?L. A Chava no se le puede juzgar por c¨®mo muri¨®, a lo mejor por la poca ayuda que tuvo. A Chava hay que juzgarle por el legado que nos dej¨®, por todo lo que hizo por este deporte en este pa¨ªs. Y a la gente se le olvida r¨¢pido. En vez de recordarlo con peque?os homenajes de vez en cuando¡ ?l levant¨® la Vuelta.
D.?N. Hay quien dice que su muerte, la forma en que muri¨®, sirvi¨® para sembrar la leyenda negra del ciclismo, pero cu¨¢ntos futbolistas y exfutbolistas hay que sufren los mismos problemas, o tenistas, o de otros deportes¡
P.?L. El ciclismo tiene peor fama porque estamos pagando los errores del pasado. Pero la gente no ve las cosas que se hacen para mejorar, para las generaciones venideras. Y Chava era un gran artista, ?y c¨®mo han muerto siempre los grandes artistas, c¨®mo han degenerado? M¨²sicos, pintores, modistos, toreros¡ Cu¨¢ntos han muerto j¨®venes. Es el precio que tienen que pagar por ser tan genios. Chava era un genio, un prodigio. Chava solo pensaba en vivir, cuanto m¨¢s tiempo mejor.
D.?N. No era sombr¨ªo, ni siquiera cuando sufri¨® la depresi¨®n su ¨²ltimo a?o. ?l solo con salir a buscar n¨ªscalos ya era feliz. Yo fui ciclista gracias a Chava. Empec¨¦ a coger la bici para irme con ¨¦l, para estar con ¨¦l.
P.?M. Eso, t¨², David, que era su amigo del pueblo de toda la vida. En el m¨ªo y en el de Pablo, yo creo que fimos ciclistas por ?ngel Arroyo, que era la figura de la tierra cuando ¨¦ramos ni?os. Y empezamos en la escuela que cre¨® su pe?a. En la tele empezamos siguiendo a Arroyo, luego a Perico, a Miguel, y a Chava¡ Son las ¨¦pocas.
P.?L. S¨ª, ?ngel fue nuestro referente. Pero me da grima que nos etiqueten como si somos lo que somos gracias a Chava. S¨ª, Chava fue nuestro referente tambi¨¦n, y estaba cercano, pero hemos hablado de Arroyo, de Perico, de Indurain, ciclistas diferentes de regiones diferentes. Todos con el sello Banesto, s¨ª, es su ADN y algo nos tocar¨¢. Todos pasamos como amateurs por el caser¨ªo de Mar¨ªa Luisa, en Zegama (Guip¨²zcoa), donde nos ten¨ªa el equipo en el 95 y el 96, y Chava tambi¨¦n hab¨ªa pasado por all¨ª. Y Mar¨ªa Luisa nos hablaba mucho de ¨¦l. Nos dec¨ªa que era la alegr¨ªa en persona, que llevaba luz all¨ª, al Pa¨ªs Vasco profundo, donde todos los d¨ªas llueve. Y Chava era el sol all¨ª¡
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