Una vida a saltos
Ana Peleteiro se prepara en Madrid para ser una de las grandes campeonas del atletismo espa?ol
Cuenta David Epstein en su libro sobre la influencia de la gen¨¦tica en el rendimiento que, pese a su diferencia de estatura, Michael Phelps, que mide 1,93m, e Hicham el Guerruj, y su modesto 1,76m, usan pantalones con la misma talla de largo. En ambos casos, parte de la raz¨®n de su ¨¦xito es su desproporci¨®n antropom¨¦trica: Phelps goza de un torso mucho m¨¢s largo de lo que corresponder¨ªa a una persona de su talla, lo que le beneficia para alcanzar mayor velocidad nadando al igual que una canoa de casco largo navega m¨¢s r¨¢pido que una corta; las interminables piernas fueron una de las ventajas de que goz¨® al atleta El Guerruj en la d¨¦cada de los 90 para batir los r¨¦cords del mundo de 1.500 y la milla que a¨²n posee.
Ana Peleteiro, cuenta su entrenador, Juan Carlos ?lvarez, mide 1,72m, pero tiene las piernas tan largas como las que tendr¨ªa una mujer de 1,80m, lo cual, evidentemente, no le viene nada mal para ser buena en lo suyo, que es el triple salto. Largas piernas y tambi¨¦n largos tendones de Aquiles, los muelles que la propulsan en los saltos. Siguiendo con la terminolog¨ªa de Epstein, estas caracter¨ªsticas f¨ªsicas constituir¨ªan el hardware b¨¢sico de la campeona del mundo junior de triple salto. ¡°Eso¡±, a?ade ?lvarez, el entrenador tambi¨¦n de la campeona de Europa Carlota Castrejana y ahora, adem¨¢s, de Patricia Sarrapio, ¡°y algo m¨¢s ser¨ªan su hardware¡±, algo m¨¢s como una capacidad innata para saltar bien.
Desde peque?a a Ana la t¨¦cnica de salto le ha salido de forma natural. Y, por si fuera poco, posee una calidad muscular muy alta. Todo ello le hace due?a de una saltabilidad (capacidad de salto) de tipo cubano: ¡°alcanza con facilidad mucho tiempo de vuelo, pero tambi¨¦n es r¨¢pida, lo que le permite casi un imposible, salir disparada como una pelota de golf, y la velocidad es la que da la distancia, y volar como un bal¨®n de playa, flotar casi detenida en el aire. No le falta nada para estar al m¨¢s alto nivel¡±.
El mejor hardware del mundo ser¨ªa in¨²til sin un buen software que le extrajera el m¨¢ximo rendimiento. Del software de Peleteiro, de su capacidad de trabajo, competitividad, capacidad de aprender y mejorar, de su madurez, podr¨ªa hablar tambi¨¦n ?lvarez, que la recibi¨® hace unos meses en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, a donde lleg¨® tras dejar Ribeira, el pueblo de Galicia en el que creci¨® y estudi¨® y en el que se hizo atleta con el entrenador Lardo Moure. Podr¨ªa hablar ?lvarez, pero de ella habla ella misma mejor que nadie.
Ana Peleteiro se entrena con chicos y les gana, pero hace unos d¨ªas, su entrenador le dijo que no se arriesgara en exceso porque acababa de salir de una peque?a lesi¨®n. ¡°Hice saltos con un compa?ero de longitud, al que normalmente le gano porque yo soy muy buena haciendo decasaltos alternos (10 saltos seguidos impuls¨¢ndose cada vez con un pie). ?l saltaba y yo ve¨ªa que no llegaba muy lejos. Le dije a Juancar: ¡®por favor, d¨¦jame hacer un salto bien a ver si le gano, y al final me dej¨®, y me piqu¨¦ y sin forzar mucho con la derecha le gan¨¦¡±.
As¨ª suelen ser los grandes campeones, competitivos en todo momento. Es uno de los s¨ªntomas de la grandeza que les espera, dicen, el odio a perder y la hiperactividad. As¨ª es Ana Peleteiro, que fue campeona del mundo j¨²nior a los 16 a?os, hace poco m¨¢s de 12 meses. ¡°Lo cual significa mucho y puede no significar nada¡±, contin¨²a ?lvarez. Para ser grande de verdad hay que saber crecer, un asunto del que Peleteiro, incluso, lleg¨® a dudar, cuando el oto?o y el invierno pasados, justo despu¨¦s del t¨ªtulo, contempl¨® c¨®mo su vida se convert¨ªa en una ristra de conflictos aparentemente irresolubles. ¡°Los dos-tres primeros meses fueron bastante duros porque pas¨¦ de ser una ni?a a la que conoc¨ªa solo gente que segu¨ªa mucho el atletismo, y la gente de mi pueblo, a que me conozca bastante gente, que por la calle me reconozcan algunos, que los medios se interesen m¨¢s por m¨ª, est¨¦n atentos a lo que yo digo. Al principio no lo llev¨¦ muy bien porque no estaba acostumbrada e incluso llegu¨¦ a decir cosas que en realidad no pensaba, pero es normal¡±, dice.
Se juntaron m¨¢s cosas. ¡°En la temporada al aire libre de este a?o empec¨¦ con problemas en la espalda. Descubrieron que ten¨ªa la pierna izquierda un cent¨ªmetro m¨¢s corta que la derecha y tuve que estar cuatro meses parada. Me tuvieron que poner un alza, una plantilla, y no era capaz de entrenarme. Adem¨¢s estaba terminando el bachillerato, y no me apetec¨ªa entrenar. No estaba bien ni an¨ªmica ni psicol¨®gicamente. Y como ve¨ªa que saltaba bastante sin esforzarme mucho¡¡±.
Poco despu¨¦s, Peleteiro comprob¨® que no pod¨ªa seguir en su capullo, en Galicia con Moure, que una ¨¦poca hab¨ªa terminado y hab¨ªa que volar. ¡°Ten¨ªa que dejar a mi entrenador porque yo quer¨ªa estudiar INEF y all¨ª o lo hac¨ªa en A Coru?a o me ven¨ªa a Madrid. En principio, me apetec¨ªa ir a Madrid. Pero al mismo tiempo ten¨ªa miedo a estar sin mi familia. Era el riesgo de un cambio muy radical que mi cuerpo pod¨ªa aceptar bien o mal. Pero me llev¨¦ una grata sorpresa. Nada m¨¢s llegar aqu¨ª estuve content¨ªsima. En verano me cost¨® m¨¢s, pero desde septiembre, ?wow! Incre¨ªble. Soy una ni?a muy sociable, aunque cuando llegas a un sitio nuevo y ya est¨¢n las pi?as hechas¡ pero algunos atletas de la Blume me ayudaron a meterme en sus pi?itas¡±.
Y como si los saltos (o los triples, para ser m¨¢s exactos) no solo fueran su especialidad sino su forma de evolucionar en la vida, a brincos y sopetones, Peleteiro, que cumpli¨® 18 a?os el 2 de diciembre, reconoce a la perfecci¨®n los momentos en los que su vida hizo clic. ¡°Hasta me emociono al decirlo, pero en un periodo de tiempo muy peque?o, desde Rieti, desde el Europeo j¨²nior de este a?o, cambi¨¦ much¨ªsimo, y la gente que me conoce me lo dice. Yo siempre fui una alocada, y no ten¨ªa pelos en la lengua, y hac¨ªa lo que quer¨ªa. Y me di cuenta de que as¨ª no iba a llegar a ning¨²n lado¡±, dice. ¡°El a?o pasado, al no entrenar y as¨ª, tuve un problema hormonal, porque empec¨¦ con la menstruaci¨®n a los 16 a?os. Despu¨¦s del Mundial empec¨¦ a coger grasa y a engordar, los huesos se endurecieron. Si entrenas la grasa la haces m¨²sculo, pero si est¨¢s quieta sigue siendo grasa. El problema es que de piernas estoy perfecta, pero tengo grasa en el abdomen y tengo que bajar. No es tanto comer poco como diferente. Antes me daba igual ir a un McDonald¡¯s y cebarme. Ahora no lo puedo hacer. Es un proceso largo, porque no es perder peso, sino una grasa determinada, y cuesta mucho. Pero para mi objetivo en 2014, el Mundial j¨²nior de Oreg¨®n, volver¨¦ a estar en mi peso y seguro que vuelvo a saltar m¨¢s de 14 metros¡¡±.
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