¡®H¨¦rcules¡¯ hace surf
Las tormentas invernales han convertido a la costa atl¨¢ntica europea en una inesperada meca para surfistas de olas grandes Memorables sesiones en oto?o en Nazar¨¦ (Portugal) y luego en Punta Galea (Vizcaya) y Belharra (Francia) han coincidido con malas condiciones en los 'spots' tradicionales del Pac¨ªfico
Cuando el telediario muestra estalactitas de hielo en la Quinta Avenida, la ciudad de Nueva York sitiada por tormentas y vientos g¨¦lidos, hay gente a miles de kil¨®metros de distancia que se frota las manos. Saben que la brutal borrasca cruzar¨¢ el Atl¨¢ntico, morir¨¢ hacia el norte de las islas brit¨¢nicas y formar¨¢ unas olas que ir¨¢n desplaz¨¢ndose por el oc¨¦ano y, al llegar a las costas vascas, si sopla un viento sur o suroeste que las levante y las deje perfectas, proporcionar¨¢n inolvidables d¨ªas de surf. Sesiones ¨¦picas como las que estos d¨ªas ha tra¨ªdo a las costas europeas la tormenta bautizada como H¨¦rcules.
El surf de olas grandes era hasta hace poco cosa del Pac¨ªfico, de Hawai, de la Polinesia. Algo que los aficionados europeos admiraban en revistas y en v¨ªdeos. Hablamos de olas de m¨¢s de cinco metros de altura, teniendo en cuenta que en el surf las olas se miden por detr¨¢s: en el lado que se surfea la altura puede ser el doble.
Pero en los ¨²ltimos tiempos algo est¨¢ cambiando. Lo explica Javier Am¨¦zaga, director de la revista especializada 3sesenta: ¡°Europa se ha convertido ahora en la meca mundial del surf de olas grandes, algo que antes habr¨ªa parecido sencillamente incre¨ªble¡±. El fen¨®meno se debe a la conjunci¨®n de dos factores, cuenta Am¨¦zaga: ¡°Todos los a?os, a partir de septiembre u octubre, las borrascas que se forman en el C¨ªrculo Polar ?rtico van bajando, se dirigen a la costa este de Estados Unidos y de ah¨ª a las islas brit¨¢nicas, desde donde empiezan a lanzar marejadas que llegan a nuestras costas. Pero esta temporada est¨¢ siendo espectacular. Coincide, adem¨¢s, que en el Pac¨ªfico, donde los meses de diciembre y enero suelen ser muy buenos, este a?o est¨¢n siendo muy flojos all¨ª. Aqu¨ª, en cambio, est¨¢n entrando olas con mucha fuerza. El invierno pasado ya fue bueno, pero este est¨¢ siendo a¨²n mejor¡±.
Las im¨¢genes del brasile?o Carlos Burle surfeando probablemente la ola m¨¢s grande que se ha surfeado nunca, en Nazar¨¦ (Portugal), en oto?o pasado (el v¨ªdeo de arriba), sorprendieron a todo el mundo. Desde entonces, en palabras de Am¨¦zaga, ¡°est¨¢ entrando sin parar¡±. A finales de diciembre se celebr¨® el Arnette Punta Galea Challenge en la costa de Getxo (Vizcaya), una prueba del circuito mundial de olas grandes. El a?o pasado ya hubo campeonato, pero era solo clasificatorio para el circuito. Este a?o se ha convertido en puntuable. El circuito de olas grandes tiene media docena de pruebas por todo el mundo. Los campeonatos se organizan en mangas de seis surfistas, de una hora de duraci¨®n. Se valoran las dos mejores olas (la mejor punt¨²a doble) de cada participante y pasan los tres primeros. Dada la dificultad de que se produzcan las condiciones adecuadas para que haya olas surfeables en esos spots, se da un periodo de espera de unos meses para que se pueda celebrar la prueba, que dura un par de d¨ªas. ¡°Las dos primeras paradas del circuito se hacen en el Cono Sur, en el invierno austral de Chile y Per¨²¡±, explica Am¨¦zaga, ¡°pero se han pasado los periodos de espera y no ha habido olas¡±. En Punta Galea, en cambio, si las hubo. Enormes. Y el campeonato (bajo estas l¨ªneas) se convirti¨® en el primero del circuito mundial.
El zarautztarra Adur Letamendia fue el mejor clasificado de los europeos. Qued¨® en cuarto lugar, por detr¨¢s de un sudafricano y dos californianos. Asegura que para surfear olas grandes hay que tener, ante todo, ¡°una afici¨®n desmedida¡±. ¡°Cuando vienen las olas, vienen. Y tienes que estar preparado. No es algo para lo que puedas entrenar¡±, explica. Letamendia coincide en que este a?o est¨¢ siendo excepcional. ¡°En un invierno normal, me puedo dar tres o cuatro ba?os de olas grandes. Pero este est¨¢ siendo de los de diez o quince¡±.
Seg¨²n Letamendia, ¡°olas grandes ha habido toda la vida, pero hace falta tiempo para que se formen surfistas expertos en ellas¡±. ¡°Lo bueno del surf de olas grandes es que todo el mundo lo comprende¡±, a?ade. ¡°T¨² puedes ver a un profesional surfeando en una ola peque?a hacerse un giro incre¨ªble, supert¨¦cnico, pero solo lo saben apreciar los expertos. Un t¨ªo bajando una ola gigante le impresiona hasta a mi abuela¡±.
Letamendia pertenece al peque?o grupo de surfistas vascos, casi todos crecidos en torno a la marca de tablas Pukas, de Zarautz, que se han hecho expertos en olas grandes. Est¨¢n tambi¨¦n Aritz Aranburu, Axi Muniain y el m¨¢s veterano Ibon Amatriain. El contar con un grupo es clave en un deporte de riesgo como este. ¡°No es recomendable ir solo¡±, explica Letamend¨ªa. ¡°No solo por lo obvio, que es que te rescaten en caso de accidente. Pero es importante sentirte protegido, arropado. Se trata de una camarader¨ªa que existe a nivel mundial¡±.
El australiano Jamie Mitchell es otro de esos buscadores de olas grandes, y esta semana el sobrecogedor v¨ªdeo (bajo estas l¨ªneas) de c¨®mo una ola gigante le engulle en plena bajada ha dado la vuelta al mundo en las redes sociales. Fue en Belharra, un spot del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Son muy pocos los d¨ªas en que sale esta m¨ªtica ola, y el pasado martes 7 de enero fue uno de ellos. Mitchell hab¨ªa estado en el campeonato de Punta Galea, y despu¨¦s se volvi¨® a Hawai, donde reside en invierno. Pero algo le hizo volver al remoto Pa¨ªs Vasco. ¡°Vimos las mareas y los mapas en internet y nos dimos cuenta de que las condiciones eran perfectas¡±, cuenta. ¡°As¨ª que cogimos los billetes de avi¨®n y nos plantamos aqu¨ª¡±.
Aquel d¨ªa en Belharra hab¨ªa una docena de surfistas en el agua, seis de ellos ayudados por motos acu¨¢ticas. Para coger olas gigantes hay que entrar a mucha velocidad, por eso ayuda contar con el remolque de una moto de agua. Es lo que se conoce como tow in. Pero Mitchell es partidario del paddle, que es cuando coges estos colosos de agua propulsado solo por tus propios brazos. Las posibilidades de caer en el take off, el arranque en la cresta de la ola, se multiplican. La de Belharra, explica el surfista australiano, es una ola muy dif¨ªcil. ¡°Yo cog¨ª una por la ma?ana y dos por la tarde¡±, cuenta. Recuerda la ca¨ªda como ¡°terrible¡±. ¡°Para eso entreno duro¡±, dice, ¡°pero s¨¦ que la madre naturaleza siempre tiene la ¨²ltima palabra¡±. El revolc¨®n puede durar interminables segundos, a pesar de que estos surfistas llevan trajes de neopreno que se inflan de aire para salir antes a la superficie. Despu¨¦s del susto, Mitchell proseguir¨¢ su camino en busca de la ola m¨¢s grande por todo el mundo. Un camino que le ha llevado en las ¨²ltimas semanas a Bali, California, Hawai y, por partida doble, a esta nueva meca del surf de olas grandes: las costas del Pa¨ªs Vasco.
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