Alfombra roja para Nadal
Tras el abandono de Tomic (6-4), el espa?ol llega a segunda ronda, donde le espera un adolescente: Kokkinakis, de 17 a?os y n¨²mero 570
El abucheo que despide a Bernard Tomic podr¨ªa ser la banda sonora de su vida contradictoria: cuando Rafael Nadal llega a segunda ronda por su abandono (6-4 y retirada), el p¨²blico no ofrece comprensi¨®n a la estrella local, ni le acuna en sus palmas. Al contrario. Tras ver c¨®mo el australiano, de 21 a?os, tuerce la boca desde el primer punto, quej¨¢ndose de una pierna, la grada no comprende c¨®mo es posible que el n¨²mero uno tenga tantos problemas para restar los saques de ese dolido n¨²mero 57. Pasan los minutos, y Tomic, un gran talento de vida desordenada, capaz de encadenar a Nadal con sus servicios pese a jugar a la pata coja, acaba sacando bandera blanca. Su retirada, que es la novena de la primera ronda del Abierto de Australia, lo que iguala el r¨¦cord hist¨®rico en los grandes durante la Era Abierta (desde 1968; Abierto de EEUU 2011), extiende una alfombra roja al mallorqu¨ªn, v¨ªctima a su vez de una ampolla en la mano izquierda: el australiano Kokkinakis, de 17 a?os y n¨²mero 570, le separa de tercera ronda.
La retirada del australiano, novena de la primera ronda, iguala el r¨¦cord de la Era Abierta en los grandes
¡°Para mi es muy emotivo volver aqu¨ª¡±, dice antes sobre el cemento el mallorqu¨ªn, que no compiti¨® en Melbourne 2013 por una rotura parcial de tend¨®n rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda. ¡°Incluso si perd¨ª aquel partido¡±, a?ade luego en referencia a la final de 2012, que cedi¨® en 5h 53m frente a Novak Djokovic; ¡°es uno de los mejores momentos de mi carrera, en una pista fant¨¢stica, en uno de los mejores pa¨ªses del mundo¡±, prosigue tras anotarse cinco aces en apenas 39 minutos de partido. ¡°Estoy seguro de que yo les ech¨¦ m¨¢s de menos a ustedes en 2013 que ustedes a mi¡±, a?ade, para luego explicar por qu¨¦ se toca constantemente la mano izqueirda. "Tengo una llaga un poquito peligrosa¡±, sonr¨ªe. ¡°He entrenado estos d¨ªas con un vendaje un poco aparatoso. Conf¨ªo en que no sea ning¨²n impedimento¡ porque al jugar vendado me cuesta sentir la pelota¡±.
Nadal, de siempre un tenista necesitado de rodaje para alcanzar su mejor versi¨®n, no echar¨¢ de menos los minutos de los que le priv¨® Tomic. Esta es la situaci¨®n antes del partido: mientras el p¨²blico canta a pleno pulm¨®n el himno de Australia, el term¨®metro se dispara hasta los 34 grados, pese a que ya est¨¢n cerca las nueve de la noche, y al n¨²mero uno le duele una mano. Las chicharras rebotan contra el suelo mientras el mallorqu¨ªn se prepara para sudar durante tres horas. Con un cuadro temible, que le podr¨ªa cruzar con Gael Monfils, Roger Federer, Juan Mart¨ªn del Potro o Andy Murray, el abandono de Tomic en unas circunstancias infernales es un gui?o del destino al espa?ol, que bien sabe lo que se le viene encima: un grande lleno de peligros.
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