Nadal, a cuartos con ampollas
El n¨²mero uno gana 7-5, 7-6 y 7-6 al japon¨¦s Nishikori y se cita en octavos con Dimitrov
El d¨ªa es ventoso, y para Rafael Nadal est¨¢ lleno de torbellinos. El n¨²mero uno llega a los cuartos del Abierto de Australia, donde le espera el b¨²lgaro Dimitrov (6-3, 3-6, 6-2 y 6-4 a Bautista), tras derrotar 7-6, 7-5 y 7-6 a Nishikori en un encuentro que le ve agarrarse la rodilla izquierda, caerse, romper una zapatilla y ser tratado dos veces por el fisioterapeuta de las ampollas sangrantes que tiene en la mano izquierda, que es con la que sujeta la raqueta. Perdido el filo del drive por las llagas que amenazan con abrirse, y adormecido el tacto por el vendaje que las recubre, el campe¨®n de 13 grandes compiti¨® agarrado al coraz¨®n, imponi¨¦ndose por fuerza al liviano n¨²mero 17 del mundo. El mallorqu¨ªn, que perdi¨®?breaks de ventaja en la primera y la tercera manga, por la que lleg¨® a sacar Nishikori, fue castigado en esta con la p¨¦rdida de un primer saque por tomarse m¨¢s tiempo del reglamentario (20 segundos) entre servicio y servicio. Venci¨® porque frente a las dificultades no tiembla, mientras que su contrario duda.
¡°Siempre tengo problemas de ampollas en las manos. No es doloroso, pero puede ir a peor sin protecci¨®n¡±, dijo el ganador. ?Y la sanci¨®n de la juez de silla, que lleg¨® con 40-40 y 4-4 en la tercera manga y acab¨® llev¨¢ndole a ceder un break que dej¨® a Nishikori sacando por el parcial? ¡°Suelo tener buen autocontrol¡±, contest¨® el n¨²mero uno. ¡°La decisi¨®n lleg¨® en un momento cr¨ªtico, pero la respeto¡±, a?adi¨®, antes de resumir con precisi¨®n el partido: ¡°La bola me volv¨ªa muy r¨¢pido y me costaba coger la posici¨®n dentro de la pista. Estuve muy cerca de perder los tres sets. Tuve que correr mucho".
Nishikori luch¨® como los fuertes y se diluy¨® como los d¨¦biles. En situaciones de igualdad, intent¨® aprovechar su movilidad y coordinaci¨®n, que le permiten atacar la pelota con la velocidad de un rayo. Sin tiempo para recuperar la posici¨®n, el mallorqu¨ªn sufri¨® de un lado a otro. El japon¨¦s, sin embargo, no supo gestionar las ventajas que se procur¨® en el marcador, como el break con el que se adelant¨® en la segunda manga o el que le dej¨® sacando por la tercera, ni explot¨® las se?ales de debilidad que transmit¨ªa su contrario: la mano vendada, el cuerpo rodando por el cemento tras una ca¨ªda, la zapatilla rota, el viaje al vestuario en busca de un par nuevo¡ nada de eso aprovech¨® el aspirante para consolidar su ventaja e hincarle el diente al partido.
Siempre tengo problemas de ampollas en las manos. No es doloroso, pero puede ir a peor sin protecci¨®n
A Nishikori, tambi¨¦n tratado de ampollas en un pie, le pudo la leyenda de Nadal. En desventaja, el campe¨®n de 13 grandes hizo lo que suele. Agarrarse a la pista y ense?ar los dientes. Disparar esos tiros pesados que a cada acometida llevan una tarjeta de visita en la que se lee que sigue habiendo partido. Poner la consistencia por encima de la belleza para recordarle al rival que el camino es largo, agotador y lleno de curvas. Tirar y tirar con el drive, incluso cuando le falta filo, para decirle a Nishikori una cosa: ¡®Soy el tenista que gana con sol y con lluvia, en la salud y la enfermedad, haga calor o frio¡¯.
El mensaje, telegrafiado tambi¨¦n con el saque (12 aces) y el rev¨¦s cruzado, lleg¨® alto y claro al n¨²mero 17, que solo convirti¨® cuatro de las diez bolas de break que tuvo y se ahog¨® en los errores no forzados (51). Gracias a su velocidad y a sus buenas manos, Nishikori fue capaz de dominar la pelea sobre los segundos saques y los intercambios de fondo: Nadal, que hab¨ªa ganado el 57% de esos debates en los partidos anteriores, no lleg¨® a sumar el 20%. El n¨²mero uno se impuso porque atac¨® con valent¨ªa y decisi¨®n los peloteos clave. Su actuaci¨®n, sin embargo, no tuvo la misma consistencia que en tercera ronda, ante Gael Monfils, y dej¨® una inc¨®gnita: cu¨¢nto le mediatizan esas ampollas ahora que comienzan los partidos que deciden el t¨ªtulo.
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