?A criticar que son tres d¨ªas!
¡°Nadie est¨¢ libre de decir estupideces. Lo grave es decirlas con ¨¦nfasis¡±. Montaigne.
Jordi Alba, el lateral izquierdo del Barcelona y de la selecci¨®n espa?ola, dijo un par de grandes verdades esta semana. ¡°Tras la victoria contra el City se hablaban maravillas del Tata Martino. Las cr¨ªticas no son objetivas, porque las opiniones cambian en tres d¨ªas¡±.
Fuera de las matem¨¢ticas y algunos terrenos de la ciencia, el concepto de la objetividad es absurdo en todos los casos pero m¨¢s a¨²n en el f¨²tbol, fen¨®meno que existe precisamente para que nos podamos despachar a gusto, diciendo cualquier barbaridad que se nos venga a la cabeza con la tranquilidad de saber que tiene m¨ªnimo impacto sobre el bienestar de la especie. S¨ª, puede ser que le hagamos alg¨²n da?o al amor propio de Tata Martino, el entrenador del Bar?a, o al de otras figuras de las altas esferas del f¨²tbol, pero para eso en parte les pagan. Para que aguanten las cr¨ªticas e idioteces generales que decimos de ellos aunque no los conozcamos o estemos poco enterados de los detalles de lo que hacen en su d¨ªa a d¨ªa.
En cuanto a eso de que las opiniones cambian cada tres d¨ªas: ?Por supuesto! El ¨¢mbito mental del f¨²tbol es la regresi¨®n infantil. El capricho manda.
En el f¨²tbol, el capricho manda. La realidad es que todo lo que decimos tiene fecha de caducidad
Hace diez d¨ªas, tras la victoria 0-2 al Manchester City en la Champions, hab¨ªa vuelto el gran Bar?a. Era mentira aquello del fin de ciclo. El Tata era el sabio de Rosario, digno heredero de Pep Guardiola. Tres d¨ªas despu¨¦s el Bar?a perdi¨® contra la Real Sociedad en San Sebasti¨¢n, como en su d¨ªa lo hab¨ªa hecho el equipo de Guardiola, y ya el Tata no estaba a la altura, el Bar?a ya no era, definitivamente, lo que fue. Hasta que le d¨¦ otro baile al City en el Camp Nou y otra vez resucitar¨¢ la esperanza y la luz.
O no. Porque, ?qui¨¦n sabe lo que le har¨¢ el City al Bar?a con su mejor jugador, el Kun Ag¨¹ero, de vuelta en el equipo y once hombres en el campo?
Por otra parte, grandes festejos esta semana tras la victoria 1-6 del Real Madrid al Schalke 04. De repente el Madrid es candidato claro para conquistar su famosa d¨¦cima Copa de Europa. Claro que s¨ª, pero este nuevo optimismo parte de la premisa que todos compart¨ªamos hace tres d¨ªas ¡ªo, bueno, tres meses¡ª de que el f¨²tbol alem¨¢n era la gran potencia del f¨²tbol mundial y la Bundesliga, una locomotora. No queremos aguar la fiesta madridista. Hay que vivir en el momento. Pero quiz¨¢ no sea malo pararse a reflexionar que nos equivocamos con esto de la supremac¨ªa teutona. No hay mejor ejemplo de ello que la derrota 0-5 del Manchester United al Bayer Leverkusen a finales de noviembre. Un Manchester United que va s¨¦ptimo en la Premier League y es el peor que se ha visto en un par de d¨¦cadas; un Leverkusen que va segundo en la Bundesliga, dos puestos por encima del Schalke.
En cuanto al f¨²tbol ingl¨¦s y la atroz exhibici¨®n que sus equipos han dado en la ¨²ltima serie de la Champions (tres derrotas, un empate, 7 goles en contra y uno a favor), el nuevo consenso es que la Premier League es un desastre. Mucha marca, poco f¨²tbol. Y nada que ver con la calidad de la Liga espa?ola.
Ya, pero la Real Sociedad que venci¨® al Barcelona el fin de semana pasado es la misma Real Sociedad que qued¨® ¨²ltima, con un punto, en la liguilla de Champions que el atroz, inepto, Manchester United gan¨® con 14 hace apenas un par de meses. Y el Manchester City que perdi¨® contra el Barcelona es el mismo que en diciembre gan¨® al gran favorito, Bayern Munich, 2-3 en Munich. Un Bayern mejorado tras la llegada de Guardiola, dicen, que venci¨® al Bar?a en semifinales de la Champions hace 10 meses por un agregado de 7-0.
Aceptemos, entonces, que por m¨¢s que cada vez que lanzamos una opini¨®n sobre el f¨²tbol lo hacemos creyendo que estamos hablando en t¨¦rminos universales, la realidad es que todo lo que decimos tiene fecha de caducidad. No suele tener validez, como bien observa Jordi Alba, por mucho m¨¢s de tres d¨ªas. Esta apreciaci¨®n nos deber¨ªa llevar inevitablemente a la reflexi¨®n, la humildad, la tolerancia y el perd¨®n, pero nunca ocurrir¨¢ por el simple hecho de que estas virtudes no tienen ning¨²n lugar en el f¨²tbol. Nos arruinar¨ªan la juerga.
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