Bilbao abraza a su equipo de baloncesto

Los jugadores del Bilbao Basket se reun¨ªan al t¨¦rmino del partido en el habitual corrillo en el centro de la pista con las emociones a flor de piel, llorando muchos de ellos, agradeciendo el cari?oso apoyo de su afici¨®n a un proyecto que se desvanece entre impagos, deudas, patrocinios de cart¨®n piedra y promesas incumplidas. Mientras el Madrid, que acababa de alcanzar su 24? victoria en la Liga (73-87), se organizaba para hacer pasillo a sus compa?eros del equipo rival; para mostrar su solidaridad con unos jugadores que a partir de ma?ana se pondr¨¢n en huelga indefinida a la espera de una soluci¨®n y que, en el que pudo ser el ¨²ltimo encuentro del equipo bilba¨ªno, estiraron la dignidad competitiva hasta el l¨ªmite de sus fuerzas para ofrecer un choque a la altura de su historia.

Al igual que el ep¨ªlogo, los proleg¨®menos ¨Ccon minuto de silencio a I?aki Azkuna incluido- acumularon tanta carga emotiva que los jugadores tardaron un buen rato en afinar. Los primeros minutos del partido fueron una sucesi¨®n de desatinos con un 0 de 9 en tiros de dos para los locales y un 2 de 6 en tiros libres para los visitantes. Para los de Pueyo, el ¨²nico sustento en ese tramo eran los triples del let¨®n Bertans y las segundas opciones que les ofrec¨ªa su dominio en el rebote ofensivo; en los de Laso, apenas Mirotic superaba la espesura de cara al aro. Sin embargo, un par de robos de los hombres de negro bastaron para romper la modorra. Germ¨¢n Gabriel anot¨® la primera canasta en la zona madridista a 2m 30s para el final del primer cuarto y un contragolpe culminado por Mumbr¨² sell¨® un parcial de 7-0 que motiv¨® un tenso tiempo muerto en el banquillo del Madrid. ¡°?Pens¨¢is que ellos no van a jugar? ?Pens¨¢is que no os van a pegar? Y t¨² Salah (Mejri), ?me puedes explicar por qu¨¦ dejas recibir a Germ¨¢n (Gabriel) y dar un bote, dos botes, tres botes¡­es el mejor del mundo en eso y te la va a meter¡­da igual que midas 2,20 o 2,60, te la va a meter¡­¡±, clam¨® Laso ante sus jugadores, que asum¨ªan la bronca con resignaci¨®n. La reprimenda no tuvo efecto inmediato, pero los blancos fueron recomponiendo la figura. Les ayud¨® la lesi¨®n de Hervelle que, tras ocho minutos en pista, tuvo que abandonar el partido con un esguince de rodilla. Su baja se un¨ªa a la ya conocida de Ra¨²l L¨®pez (fractura del cuarto metacarpiano de su mano izquierda) que coincidi¨® adem¨¢s con tres derrotas consecutivas que descabalgaron al Bilbao en la tabla. Toda una sucesi¨®n de problemas que sin embargo no anticiparon la rendici¨®n local.

El Bilbao dominaba claramente la pelea bajo los aros con un 16-8 a favor en rebotes y Laso decidi¨® recomponer su dique de contenci¨®n. Mejri -que hab¨ªa cometido la innecesaria frivolidad de dedicar a su banquillo un mate a una mano y con la otra mano en la nuca? a lo Karl Malone (al que respondi¨® Mumbr¨² con el mismo gesto tras un triple)- pag¨® el desbarajuste blanco en la pintura (21-15, m. 11). En contra del guion habitual, Draper y Slaughter saltaron a la pista antes del minuto 14 con la misi¨®n de tensar la cuerda y subir la intensidad defensiva del l¨ªder. Felipe Reyes se sum¨® a la causa de los especialistas en partidos enrevesados y el duelo cambi¨® de color. El acierto del capit¨¢n madridista lider¨® un contundente parcial de 5-17 (26-32, m. 17).

La intensidad del Madrid en defensa y las r¨¢fagas epis¨®dicas de Sergio Rodr¨ªguez y Rudy Fern¨¢ndez, llevaron al l¨ªder a ensayar el demarraje (39-49, m. 25). Sin embargo, cinco puntos consecutivos de Germ¨¢n Gabriel dieron aire al Bilbao que, de nuevo bajo el impulso de Bertans, volvi¨® a agarrarse al partido con un parcial de 11-4 (50-53, m. 27). No ced¨ªa en su empe?o Mumbr¨² y luc¨ªa punter¨ªa Markota estirando la resistencia hasta el final del tercer cuarto (58-63, m. 30). Pero el ¨²ltimo repecho se les hizo insuperable. Tres p¨¦rdidas consecutivas y un triple de Draper cerraron la contienda (66-78, m. 36) y dieron paso al abrazo conjunto del Bilbao con su afici¨®n en busca de la supervivencia de un proyecto, un equipo y un esp¨ªritu infinitamente m¨¢s grandes que sus gestores.