Cadel contra los inv¨¢lidos

Cuentan los bi¨®grafos de Coppi, lo escribe Brera, que il campionissimo era un animal hecho para la bicicleta, feo, deforme, torpe, como un pato fuera del agua, cuando se bajaba de la bici; hermoso, ¨²nico, m¨¢gico sobre ella, la belleza, a¨¦reo como una garza, que as¨ª es como le llamaban todos.

En la salida, todos eran Coppi. Decenas de ciclistas se acercan al podio de firmas vendados como momias y suben las escaleras como ancianos reum¨¢ticos, torpes, cojeando, doli¨¦ndose de todas las articulaciones. Cojea Malori, Nairo no puede enderezarse plenamente, Amador no gira el cuello, Ur¨¢n anda torpe, y Scarponi, Gasparotto, Kruijswijk y Samuel, y m¨¢s. Pero cuando se montan en la bici, poco despu¨¦s, se les ve ¨¢giles y elegantes, ciclistas verdaderos. Solo Evans sube entero y curiosamente con la peor cara de todos, como si una m¨¢scara de enfado permanente, de rabia, se le hubiera pegado a la piel. ¡°Solo tiene razones para estar enfadado consigo mismo¡±, dice su director, Valerio Piva. ¡°Le fastidi¨® much¨ªsimo no ganar la etapa en Montecassino, pero fue su culpa. Bien le dijimos que en los ¨²ltimos 200 metros, en curva, se pegara a la cuerda, pero termin¨® abri¨¦ndose y se le col¨® Mathews y le gan¨®¡±. Pese a todo, Piva est¨¢ feliz ¨C¡°Cadel est¨¢ en una situaci¨®n ¨®ptima, aunque a¨²n tiene muy cerca a Quintana¡±, dec¨ªa en la salida¡ªy no tiene muchas ganas de entrar en un debate moral sobre la oportunidad del ataque de su equipo cuando todos los rivales estaban rotos sobre el asfalto deslizante. ¡°El ciclismo es as¨ª. Estas situaciones son habituales. No hemos hecho nada malo. Le mand¨¦ un mensaje a Purito y ¨¦l me respondi¨® que ¨¦l habr¨ªa hecho lo mismo¡±, dice. ¡°El Giro debe construirse d¨ªa a d¨ªa, pero puede perderse en un segundo, y pensando en la tercera semana, los segundos ganados a los escaladores la primera semana son oro, aunque todo se resuelva en minutos¡±.

No teme Piva que ahora todos los dem¨¢s equipos le maltraten, dejen de ser sus amigos y le nieguen ayuda a veces necesaria. ¡°?Amigos?¡±, dice. ¡°En el ciclismo no hay amigos. Nadie regala nada¡±. Y Beppe Martinelli, el director del Astana de Scarponi, uno de los equipos perjudicados, est¨¢ de acuerdo, esc¨¦ptico. ¡°En el ciclismo de ahora, se olvida enseguida¡±, dice. ¡°Antes nos las guard¨¢bamos meses, pero ahora, a los cinco minutos ya se ha pasado el enfado. El BMC de Evans hizo su juego¡±.

M¨¢s que al tiempo perdido, que a¨²n as¨ª considera preocupante, a Nairo Quintana le preocupa el fuerte golpe que se dio en la cadera. Piensa en la tercera semana (y quiz¨¢s rece para que se acelere el deshielo que permita ascender los gigantes Gavia y Stelvio aparte de Zoncolan, Oropa, Val Martello, Plan de Montecampione y Monte Grappa), y no duda a la hora de entrar en el debate moral sobre Montecassino. ¡°Evans hizo lo que ¨¦l pensaba que deb¨ªa hacer, pero no s¨¦ si ser¨¢ un buen ejemplo para los j¨®venes que empezamos, viniendo de ¨¦l, un veterano. No solo la victoria cuenta¡±, dice el colombiano que sufri¨® en los ¨²ltimos kil¨®metros del sprint de Foligno ¨Cen la Umbria, la regi¨®n m¨¢s h¨²meda de Italia, el primer d¨ªa Giro sin lluvia- que supuso la segunda victoria del joven franc¨¦s Nacer Bouhanni.

Sin entrar en la Toscana del centenario florentino Gino Bartali, el antiCoppi, para quien el debate moral era m¨¢s importante a veces que el deportivo, el Giro llega este s¨¢bado a las monta?as de los entrenamientos de Pantani, al Cippo di Carpegna, y a Evans se le afilan los colmillos, mientras Purito regresa a Barcelona y habla de Tour y a Vicioso le operan el f¨¦mur hecho pur¨¦ en Roma.