Campe¨®n de principio a fin
El Madrid ha sido un rodillo en la Champions, con 11 victorias y 41 goles, y en la final impuso su gen ganador. Del Bosque, preocupado por las lesiones, probar¨¢ con el joven Deulofeu
La d¨¦cima Copa de Europa del Real Madrid no se discute como tampoco se cuestion¨® la semana pasada la d¨¦cima Liga del Atl¨¦tico de Madrid. El equipo de Carlo Ancelotti sostuvo la velocidad de crucero de principio a fin. Someti¨® a la Bundesliga al eliminar a tres equipos alemanes, el Schalke, el Borussia Dortmund y el Bayern de M¨²nich, los dos ¨²ltimos finalistas de la pasada edici¨®n de Champions, antes de doblegar en la final de Lisboa al irreductible l¨ªder del campeonato espa?ol, el Atl¨¦tico. Triunf¨® la vocaci¨®n europe¨ªsta del conjunto blanco y su gen ganador en la Copa de Europa: se ha impuesto en 10 de las 13 finales que ha disputado (solo ha perdido frente al Benfica en 1962, el Inter en 1964 y el Liverpool en 1981).
Ancelotti, de 54 a?os,? ha sabido relajar el ambiente y gestionar los egos de un vestuario tan complejo como el blanco
El Madrid ha sido un rodillo en esta Champions: 11 victorias, un empate (ante el Juventus en la primera fase) y una sola derrota (ante el Borussia en el Westfallen), adem¨¢s de una cascada de goles (41), casi el doble que el segundo m¨¢s anotador, el Atl¨¦tico (26), alimentado por la voracidad de Cristiano Ronaldo (17), un r¨¦cord de fertilidad que lo acerca, con 68 en total, a los 71 de otro c¨¦lebre madridista, Ra¨²l Gonz¨¢lez (71). A CR le sobr¨® el s¨¢bado la efusividad de la celebraci¨®n: era el 4-1, de penalti, y ya al final de la pr¨®rroga, tras una actuaci¨®n gris como consecuencia de las molestias en la rodilla. Los m¨¢s grandes suelen ser los m¨¢s sencillos. Y no hab¨ªa necesidad de mostrar m¨²sculo ante un rival ca¨ªdo otra vez cerca del minuto 90, otra vez por el gol de un defensa que, como Schwarzenbeck, el zaguero del Bayern hace 40 a?os, portaba el dorsal 4. La maldici¨®n del 4.
La final la decidi¨® la fortaleza salvaje de Sergio Ramos, el oportunismo de Bale y la capacidad para corregirse de Ancelotti, que encontr¨® en Marcelo e Isco la creatividad perdida en la primera hora de partido. El t¨¦cnico italiano, de 54 a?os, ha sabido relajar el ambiente y gestionar los egos de un vestuario tan complejo como el blanco, saturado de la tensi¨®n de los tres ¨²ltimos a?os de Jos¨¦ Mourinho. Hasta le dio normalidad a un asunto tan espinoso como la alternancia en la porter¨ªa de Casillas y Diego Costa.
Ancelotti cant¨® el himno de la D¨¦cima
Carletto fracas¨® en la Liga, pero ha resultado implacable en los torneos de eliminaci¨®n. Esta habilidad le ha acompa?ado siempre, ya en sus tiempos de mediocentro aguerrido (dos Copas de Europa con el Milan, 1989 y 1990) y, por supuesto, como entrenador de conjuntos de ¨¦lite (dos Champions con el Milan, en 2003 y 2007) y esta con el Madrid, igualando la colecci¨®n de t¨ªtulos de Bob Paisley, que gan¨® tres en el Liverpool (1977, 1978 y 1981).
Pese a estar a la altura de las expectativas, Isco no entra todav¨ªa en los planes del seleccionador
Isco estuvo a la altura de las expectativas generadas en julio pasado, fichado del M¨¢laga por 30 millones. El mediocampista malague?o, de 22 a?os, result¨® decisivo en los dos t¨ªtulos del Madrid: en la final de Copa ante el Bar?a cubri¨® con una determinaci¨®n inesperada la baja de Cristiano; y en la fase final de Champions sirvi¨® de revulsivo tanto en las semifinales ante el Bayern como en la final. Ha sido excluido, sin embargo, en la preselecci¨®n de 30 jugadores de Vicente del Bosque para el inminente Mundial de Brasil. Sorprende su ausencia por la lesi¨®n de Thiago Alc¨¢ntara y por las reservas sobre el estado de forma de otros centrocampistas como Xabi Alonso o Xavi.
A 19 d¨ªas de comenzar el Mundial, Del Bosque gana tiempo para estudiar la lista definitiva. Le horroriza llevarse a lesionados que, como Diego Costa en la final de Lisboa, condicionen el rendimiento de la selecci¨®n. Observar¨¢ la evoluci¨®n de los lastimados, dos de ellos entre los finalistas de la Champions (Juanfran y Diego Costa) y otro, Jes¨²s Navas, que ser¨ªa sustituido por Deulofeu en caso de duda. Ante la amenaza de una selecci¨®n envejecida, cascada por los ¨¦xitos y los a?os, Del Bosque piensa en j¨®venes que inyecten energ¨ªa y mantengan el hambre del campe¨®n.
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