El Santo Ni?o contra Arjen Robben
En una iglesia de M¨¦xico DF le piden a una figura angelical por el ¨¦xito de su selecci¨®n Este domingo Holanda espera al querub¨ªn milagrero a la vuelta de la esquina
Cuando M¨¦xico juega una competici¨®n de f¨²tbol, en la iglesia de San Gabriel Arc¨¢ngel visten al Santo Ni?o de los Milagros con el uniforme de la selecci¨®n y la gente le pide por su equipo.
El Santo Ni?o es una figura metida en una vitrina. Tiene el pelo casta?o, la tez blanca y la boquita entreabierta, como si fuese a decir algo, tal vez un presagio sobre el partido del domingo contra Holanda en octavos de final. Algo como: ¡°Frenar¨¦ las galopadas de Robben¡±, o ¡°Har¨¦ que Van Persie est¨¦ torpe en la definici¨®n¡±.
Est¨¢ sentado en un trono pero un poco incorporado hacia delante, con los brazos semiabiertos y el pie izquierdo levantado como si estuviese amortiguando la ca¨ªda de un bal¨®n. El jueves vest¨ªa la camiseta verde de M¨¦xico y a sus pies ten¨ªa la roja del segundo equipaje. Al Santo Ni?o de los Milagros lo cambian de uniforme seg¨²n la selecci¨®n juegue de local o de visitante. Dentro de la vitrina ten¨ªa regalos que le ofrecen los fieles. Un mu?eco del Hombre Ara?a, un paquete de coches enanos, una m¨¢quina retroexcavadora de juguete, un bal¨®n. Una mujer apareci¨® con su hija y quiso meterle un coche, pero no encontr¨® por d¨®nde y le dijo al sacrist¨¢n, que estaba por all¨ª:
¨CYo quisiera darle este carrito al ni?ito.
El sacrist¨¢n le pidi¨® que lo metiese en una bolsa con un papel con su nombre y que se lo diese para que ¨¦l se lo pusiera luego dentro. ¡°Pero no lo deje ah¨ª, porque se lo roban¡±. La se?ora estaba valorando la idea de dejar el coche atado con un cordel a unos globos que estaban colgados de la parte de fuera de la vitrina. Eran las seis menos veinte la tarde y en la iglesia estaban en misa.
Madre cast¨ªsima,
Madre inmaculada,
Madre virgen,
Madre admirable,
Ruega por nosotros.
No todos van a pedirle al Ni?o por la selecci¨®n. Esta mujer, por ejemplo, le quer¨ªa dar el regalo porque hab¨ªa ayudado a su hija en un examen universitario. Pero lo m¨¢s com¨²n es que vayan madres a pedirle por sus hijos enfermos.
Despu¨¦s de esa se?ora lleg¨® un hombre y se qued¨® un par de minutos mirando al Ni?o con las manos en los bolsillos. Al retirarse explic¨® que fue a pedirle por la salud de su madre y que tambi¨¦n ten¨ªa curiosidad por saber si el uniforme que le hab¨ªan puesto era el oficial de la marca Adidas.
¨C?Y es el oficial?
¨CPues me voy con dudas, porque el escudo se me hace simple. Ya es tiempo de que lo vista la firma que viste a la selecci¨®n, porque siempre le ponen ropa muy sencilla, lo que le llamamos nosotros ropa hechiza.
Unos minutos m¨¢s tarde hubo ocasi¨®n de preguntarle a un cura de la iglesia si el uniforme era una copia.
¨C?Chafita? ¨Crespondi¨® sonriendo¨C. La verdad no sabr¨ªa yo decirte.
Pedro Ram¨ªrez, de 38 a?os, es vicario de San Gabriel Arc¨¢ngel, aunque su servicio en este templo termina el domingo, justo el d¨ªa del Holanda-M¨¦xico. Antes de entrar a dar la misa de seis explic¨® que lo de vestir al Ni?o de futbolista viene desde el Mundial de M¨¦xico 86, y que la idea es que sirva al mismo tiempo para reforzar la esperanza de los que les gusta el f¨²tbol y para atraer gente a la iglesia. De la trayectoria del Ni?o como milagrero de la selecci¨®n, Ram¨ªrez destac¨® la medalla de oro lograda por el equipo ol¨ªmpico en los Juegos de Londres 2012.
¨C?Y a usted le gusta el f¨²tbol?
¨CClaro, ahora lo practico poco pero siempre he sido futbolero. Yo jugaba de medio-contenci¨®n o de delantero.
¨C?Cu¨¢l era su especialidad como delantero?
¨CEra como un repartidor, como un poste para repartir; aunque parezca que no, porque estoy chaparrito.
¨C?Y qu¨¦ opina de la Mano de Dios de Maradona en 1986?
¨CYo creo que en cualquier actividad se debe practicar la rectitud y la sinceridad, pero Dios nos hizo personas libres y desgraciadamente a veces uno se deja llevar por el libertinaje. El ¨¢rbitro no marc¨® la mano y fueron campeones del mundo por una infidelidad.
A continuaci¨®n, Pedro Ram¨ªrez sali¨® al altar y comenz¨® la misa.
Nos diste Se?or el pan del cieeelo¡
Mientras el cura oficiaba, el sacrist¨¢n aport¨® m¨¢s informaci¨®n sobre el rito futbolero del Santo Ni?o de los Milagros. Dijo que el d¨ªa que hay partido la gente llega a pedir por la ma?ana, antes del encuentro, y que luego algunos vuelven por la tarde a dar las gracias si todo fue bien. Esta tarde en la vitrina hab¨ªan dejado un papel que pon¨ªa: Gracias ni?ito del Pueblo de M¨¦xico, y al lado el resultado del partido que clasific¨® a la selecci¨®n para octavos: M¨¦xico 3 - Croacia 1.
Gregorio Ram¨®n Ram¨ªrez, el sacrist¨¢n, de 55 a?os, cont¨® mientras met¨ªa las ostias en el cop¨®n para el siguiente oficio ¨C¡°por lo general, 45 por cada misa¡±¨C que de peque?o tuvo el sue?o de ser profesional del f¨²tbol, pero que a los 16 a?os se fractur¨® el pie izquierdo en un accidente trabajando de alba?il: ¡°Me cay¨® una madera pesada¡±. Gregorio Ram¨®n Ram¨ªrez, un hombre de bigote con cinco hijos, relat¨® que empez¨® a jugar al f¨²tbol en el Botafogo, el equipo de su pueblo, y que despu¨¦s se vino a la ciudad de M¨¦xico y aqu¨ª fue donde se trunc¨® su carrera jugando en el Santos.
¨C?Recuerda cu¨¢l fue el mejor gol de su vida?
¨CAh, s¨ª... Bueno, hay dos goles. Los dos fueron en el Botafogo. En el primero, un compa?ero me pone un centro desde la media cancha, tomo el bal¨®n, ten¨ªa como seis defensas y me lo llev¨¦ a todos. Y el otro¡ ?Ese ya no se lo cuento, verdad?
¨CS¨ª, adelante.
¨CEl otro anot¨¦ un gol como los que anotaba el Hugo S¨¢nchez. Un compa?ero me manda un centro desde la derecha y la agarr¨¦ as¨ª como ven¨ªa con la izquierda, con el pie malo, y el portero no vio ni por d¨®nde le entr¨®.
Cuando termin¨®, el sacrist¨¢n dijo: ¡°Esos fueron mis mejores goles. Tengo que ir a dar las campanadas¡±.
A la salida de una de las puertas de la iglesia hay un puesto de souvenirs, y venden una estampita en la que el Santo Ni?o aparece sentado en su trono en un jard¨ªn, con la misma cara de futbolista angelical, y pisando con delicadeza un esf¨¦rico. Robben, Van Persie y el met¨®dico seleccionador Louis Van Gaal lo esperan a la vuelta de la esquina.
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