Robben deshidrata a M¨¦xico
La selecci¨®n azteca se olvida del bal¨®n tras un gol de Giovani y sucumbe al delantero oranje, tan imparable como liante
El f¨²tbol fue tan cruel con M¨¦xico como infieles con la pelota fueron los mexicanos cuando le hicieron un desplante tras ponerse por delante en el marcador. La selecci¨®n azteca, que hab¨ªa gobernado el duelo con el bal¨®n por bandera, se olvid¨® de ¨¦l, se puso al resguardo de su imponente portero y Holanda se lo hizo pagar. Media hora final con Robben en combusti¨®n acab¨® por deshidratar a los del Piojo Herrera en los ¨²ltimos cinco minutos. El t¨¦cnico mexicano ya hab¨ªa lanzado un mensaje con el relevo de Giovani tras su gol. Sus jugadores interpretaron el toque de corneta y atrincherados quisieron resistir lo que muchas veces resulta irresistible cuando se tiene a la vista a futbolistas como Robben, tan imparable como liante.
M¨¦xico pas¨® de blindarse de maravilla con la pelota a entregarse a los milagros de su asombroso portero. Ochoa, del que apenas hubo migas antes del tanto de los suyos, ya las hab¨ªa parado con la cabeza, las manos, la entrepierna y hasta los juanetes, cuando Sneijder, en el minuto 88, caz¨® un remate en la frontera del ¨¢rea con los mexicanos defendiendo como murci¨¦lagos cerca de su larguero. A M¨¦xico se le derrumb¨® el andamio. Y luego se le vino el mundo encima cuando Robben hizo un salto de trampol¨ªn al sentir el obst¨¢culo de un pie de M¨¢rquez. Puede que el capit¨¢n mexicano apurara demasiado en el cruce, pero con sus sobreactuaciones el holand¨¦s tiende a desvirtuar este tipo de jugadas. El penalti lanzado por Huntelaar fue el ¨²nico imposible para Ochoa. Era el descuento de un partido sofocante en el que los mexicanos estaban a punto de cruzar una frontera hist¨®rica: jam¨¢s hab¨ªan alcanzado unos cuartos de final fuera de su casa, lo que s¨ª hicieron en 1970 y 1986.
El caso de Holanda merece un div¨¢n. Necesita que los partidos comiencen con un marcador adverso. No tiene forma de activarse de otra manera, como si primero interviniera Van Gaal con los galimat¨ªas de sus libretas y luego rompieran cadenas los futbolistas. Solo as¨ª se explica que se haya convertido en la primera selecci¨®n de la historia que, sin pr¨®rrogas mediante, haya remontado tres encuentros en un mismo torneo. O lo que es lo mismo, su entrenador haya tenido que rectificar un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n. Ya lo hizo con Espa?a y Australia. En Fortaleza, en un partido marcado por el calor, le toc¨® a M¨¦xico.
Cuesta determinar si el plomizo arranque de partido de Holanda tuvo que ver con el embrollo del laboratorio de Van Gaal, la insoportable solana o la buena disposici¨®n del adversario. De lo primero, no hubo mayor s¨ªntoma que Kuyt, un discreto delantero de toda la vida, cabeceador y revoltoso para la nada, al que su seleccionador emple¨® de lateral izquierdo, luego un rato por la derecha y hasta tuvo momentos para brincar como ariete. Se lesion¨® De Jong -son muchos ya los jugadores a los que no responden los m¨²sculos, europeos la mayor¨ªa- y lejos de tocar un puesto Van Gaal alter¨® dos l¨ªneas, con Martins como lateral y Blind reclutado para el pivote del medio campo. No estaba a la vista Van Persie, Robben era un solitario y Sneijder estaba tan extraviado como su t¨¦cnico.
M¨¦xico, mejor adaptado al clima, se anclaba con la firmeza de M¨¢rquez en su cuarto Mundial, respiraba con el eterno Salcido en el medio, amenazaba con el habilidoso Lay¨²n, incordiaba con Peralta cerca de la meta contraria y esperaba el momento de Giovani. Con m¨¢s intensidad y mejor formato, el partido era de los verdes. El ¨²nico consuelo holand¨¦s, con muchos treinta?eros en sus filas, eran esos dos tiempos de refresco que un tribunal brasile?o ha impuesto a la FIFA cuando la temperatura sobrepasa los 30 grados. A la media hora y a falta de un cuarto de hora, agua bendita durante tres minutos que luego se agregan en cada periodo de tiempo. En Qatar, si no hay remedio, har¨¢n falta uvis m¨®viles a pie de campo.
Holanda nada quiso saber del bal¨®n y cuando se lo entregaron no desaprovech¨® el recado
Todo iba a favor de M¨¦xico y la consecuencia fue el estupendo gol de Giovani. Con dos rivales como muro, se gir¨® en el balc¨®n de ¨¢rea y enrosc¨® la pelota junto al poste izquierdo de Cillessen, un joven portero del Ajax que en varias jugadas precedentes pareci¨® necesitar una tila. Herrera no tard¨® en relevar a su goleador por Aquino y para cuando ech¨® el lazo a Chicharito, los suyos ya estaban bajo el techo de Ochoa y hab¨ªan concedido el subsidio de la pelota a los holandeses. Van Gaal hab¨ªa relevado al inoperante Van Persie por Huntelaar y el partido entr¨® en otro nivel, el que quiso Robben. M¨¦xico era Ochoa y diez m¨¢s, nada que ver con su primera hora. El meta hasta despej¨® con la frente un remate de De Vrij en su flequillo que solo pod¨ªa ser gol, gol o gol. Tambi¨¦n se interpuso ante Robben y el holand¨¦s que le retara. Hasta que lleg¨® la pesadilla final para su equipo, que estaba tan refugiado que dej¨® libre a Sneijder para un remate al pie de ¨¢rea tras un c¨®rner. Robben, al que al filo del descanso hab¨ªan hecho un doble penalti M¨¢rquez y Moreno -los mexicanos tambi¨¦n reclamaron un juego peligros de Vlaar-, le dio la puntilla con su desmayo ante el estorbo de m¨¢s del capit¨¢n mexicano.
M¨¦xico primero perdi¨® la pelota y m¨¢s tarde el partido. Holanda nada quiso saber del bal¨®n y cuando se lo entregaron no desaprovech¨® el recado. Los mexicanos se sintieron ganadores antes de tiempo y acabaron otra vez sin consuelo por culpa de este f¨²tbol tan desalmado en ocasiones por culpa de un maldito bal¨®n al que conviene no perder de vista. Queden los minutos que queden.
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