Messi es un rayo que no avisa
El hilo conductor entre los grandes cracks del f¨²tbol ¡ªDi St¨¦fano, Cruyff, Maradona¡ª es la influencia en lo profundo de su equipo, al que le contagian su coraz¨®n. Es el factor diferencial de los elegidos. Y, sin embargo, Messi te gana los partidos desde otro lugar. No pertenece a esa estirpe, pero s¨ª es letal. El f¨²tbol es un deporte colectivo, pero Messi lo hace individual. Es capaz de darle la Copa del Mundo a Argentina con sus apariciones. Tal es el da?o que puede ocasionar. Me genera controversia en alg¨²n punto. Es un enigma. No tiene condici¨®n de l¨ªder, de impactar en el desarrollo. Hay que dejarlo estar feliz y te resuelve. Es una rara especie, va con la cabeza baja, camina, pero de repente es un rayo sin anunciar. Sin pre¨¢mbulo.
Aparece Messi y puede resolver desde cualquier parte del campo. No logro interpretarlo muy bien. Los tres partidos los ha ganado ¨¦l pr¨¢cticamente, y, a veces, en el juego se evapora, se a¨ªsla, y da ganas de preguntarle: ¡°Todo esto que haces tres veces, ?por qu¨¦ no lo haces ocho?¡±. Todo lo puede cuando agarra la pelota, todo es muy sencillo para ¨¦l, y, sobre todo, el gol. ?Por qu¨¦ se toma esos ratos?, ?por qu¨¦ no quiere desmarcarse o recibir la pelota, venir, rebotar y estar integrado en el partido? No s¨¦ c¨®mo puede aparecer despu¨¦s de 20 minutos en el ostracismo. Es parte de su personalidad. En medio del partido no tiene la cantidad de participaciones para un jugador en ese puesto. No creo que un jugador se reserve 90 minutos para marcar en el minuto 90 contra Ir¨¢n. Eso forma parte de la f¨¢bula.
El f¨²tbol es un deporte colectivo, pero Messi lo hace individual
Para el duelo ante Suiza, Argentina tiene un gran inconveniente: defiende en 70 metros, alejados los jugadores entre s¨ª, no pudiendo neutralizar al rival cuando conduce por el centro. Si Lavezzi entra por Ag¨¹ero, deber¨¢ tener un poco m¨¢s de disciplina t¨¢ctica. Mantener a los tres delanteros hace a Messi m¨¢s imprevisible. Por eso lo elige Sabella. Argentina est¨¢ resignada a esos dos equipos. Uno temible capaz de hacer goles con facilidad abrumadora a cualquier rival, por el desequilibrio de sus jugadores, sin necesitar un sinf¨ªn de pases.
Si agarra la pelota Messi o Di Mar¨ªa, el panorama cambia. Atacan por su cuenta. El primer pensamiento es el gol. No es el pase o la asociaci¨®n. El conjunto queda muy disperso y le cuesta presionar cuando pierde la posesi¨®n. Se tiene que reorganizar reculando.
Argentina prob¨® con subir al equipo, pero cuando el ataque se frustra, el rival atraviesa el campo por la zona central y los centrales quedan a la intemperie. Los volantes arrancan para adelante, no se encuentran entre s¨ª, pierden la pelota y el adversario sale. Di Mar¨ªa se acopla a los ataques, Gago sigue el bal¨®n como un im¨¢n, solo defiende Mascherano. En definitiva, un equipo, m¨¢s que con la t¨¢ctica, tiene que ver con las relaciones de los jugadores entre s¨ª. Prevalece lo espont¨¢neo, lo que el jugador tiene adentro. Educar eso se logra con mucho tiempo y mucho entrenamiento. Es antinatural. Si a Di Mar¨ªa le quito eso de su f¨²tbol, no es Di Mar¨ªa, es otro.
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