Al f¨²tbol no hay quien lo entienda
En este Brasil de juego angustiado y febril, los centrales se convirtieron en los pilares que gobiernan su propia ¨¢rea y se sienten con autoridad para conquistar el ¨¢rea contraria
El viernes fue un mal d¨ªa para el talento. Todos los goles llegaron con pelotas detenidas, los centrales se dieron un fest¨ªn en el ¨¢rea contraria (Hummels, Thiago Silva y David Luiz marcaron tres de los cuatro goles de la tarde) y al final del d¨ªa Neymar, el futbolista pop, y James, delicioso y letal, quedaron fuera del Mundial, uno por lesi¨®n y otro por eliminaci¨®n. Terminaba el peor d¨ªa del mejor Mundial de los ¨²ltimos tiempos.
Alemania y Francia defraudaron. El partido, falto de imaginaci¨®n, de gracia t¨¦cnica y hasta de intensidad, no estuvo a la altura del Maracan¨¢, un mito del f¨²tbol sudamericano que pareci¨® al¨¦rgico a una propuesta europea. El calor h¨²medo de la una de la tarde en R¨ªo no contribuy¨® al entusiasmo de los dos equipos, pero creo que la falta de pasi¨®n estuvo m¨¢s relacionada con la poca convicci¨®n al servicio de una idea, que con factores externos. Francia estuvo tan preocupada en encontrar el equilibrio durante todo el campeonato que los picos de buen f¨²tbol alcanzados en algunos partidos parecieron preocupar a su entrenador. Cuando el resultado les oblig¨® a atacar, se dieron cuenta de que les faltaba gimnasia para el riesgo. En cuanto a Alemania, tuvo que elegir entre el volumen y el criterio de juego que aporta Lahm en el medio centro, o la profundidad que aporta Lahm en el lateral. Eligi¨® lo segundo para comprobar que, con menos juego, hay menos de todo, incluido profundidad. Gan¨® Alemania por una cabeza y remiti¨¦ndonos m¨¢s a su fiabilidad hist¨®rica, que a esa intenci¨®n m¨¢s atrevida que viene mostrando desde hace tiempo y que ha insinuado en varios partidos de este Mundial. La responsabilidad excede al entrenador. El talento tiene que aparecer para honrar la nueva idea atrevi¨¦ndose y asoci¨¢ndose.
Luego Brasil sali¨® a atropellar a Colombia y lo logr¨® en un primer tiempo trepidante que tuvo poco que ver con el f¨²tbol y que el ¨¢rbitro no supo descifrar en ning¨²n momento. Volvi¨® a su mejor versi¨®n, que es la de la Copa Confederaciones y que consiste en marcar un gol antes del cuarto de hora y en hacer m¨¢s o menos 30 faltas por partido (en esta ocasi¨®n fueron 31).
Gan¨® Alemania remiti¨¦ndonos m¨¢s a su fiabilidad hist¨®rica, que a esa intenci¨®n m¨¢s atrevida que viene mostrando desde hace tiempo y ha insinuado en Brasil
A esa fiesta del exceso f¨ªsico no fue invitado Neymar, que s¨®lo apareci¨® en escena para salir en camilla cuando Colombia descubri¨® que hab¨ªa permiso para pegar y reclam¨® su parte. Una pena para Brasil, que pierde a su jugador m¨¢s optimista, y para el campeonato, que pierde a uno de los escasos artistas que elimina rivales por la v¨ªa del regate, suerte en extinci¨®n.
En este Brasil de juego angustiado y febril, los centrales se convirtieron en pilares que comenzaron el Mundial gobernando su propia ¨¢rea y ya se sienten con autoridad para conquistar el ¨¢rea contraria con goles que son gritados como si se tratara de un exorcismo. Colombia demostr¨® coraje, pero para desactivar la fiebre competitiva que propon¨ªa Brasil hac¨ªa falta juego. F¨²tbol. Y no se march¨® del partido sin mostrar que lo ten¨ªa, pero ocurri¨® muy al final, cuando cada minuto duraba 30 segundos. Porque Brasil, que hab¨ªa empezado el partido como si cada segundo fuera el ¨²ltimo, lo termino perdiendo tiempo y pidiendo la hora. Con dos a cero en contra se rebel¨® James, que meti¨® una pelota profunda y clara que Carlos Bacca busc¨® con desesperaci¨®n para provocar penalti de Julio C¨¦sar. James lo tir¨® con categor¨ªa y desde ese momento puso a temblar a Brasil cada vez que su zurda tocaba la pelota como si fuera un viol¨ªn. No alcanz¨® ni la rebeli¨®n final de Colombia ni el magn¨ªfico talento de James ni el tiempo, que le perteneci¨® siempre a Brasil. Cuando quiso lo aceler¨® y cuando quiso lo detuvo.
Lo que nos deparar¨¢ el pr¨®ximo Alemania (con su perfil abrasile?ado) y Brasil (con su f¨²tbol germanizado) es una inc¨®gnita. Visto lo visto en los dos ¨²ltimos partidos, dan ganas de pedirles que se devuelvan los papeles.
El s¨¢bado parec¨ªa venir m¨¢s generoso porque en la cancha estaba Messi y porque apenas iniciado el Argentina-B¨¦lgica, Higua¨ªn decidi¨® hacer suya una pelota perdida. Todo empez¨® con una jugada en la que Leo burl¨® a dos rivales a c¨¢mara lenta para terminar descargando en Di Mar¨ªa, que pretendi¨® alargar la jugada hacia el desmarque en profundidad de Zabaleta, pero se interpuso una pierna y la pelota sali¨® hacia el ¨¢rea sin due?o... Higua¨ªn pasaba por ah¨ª y se encontr¨® con un bal¨®n inesperado con el agravante de que el perfil le imped¨ªa la visi¨®n del arco. Si alguien pesta?e¨® en ese momento, no habr¨¢ entendido el desenlace. Porque El Pipa hizo algo inesperado que me sobresalt¨®: tirar de primera con la fe de los iluminados a la porter¨ªa que hab¨ªa en su imaginaci¨®n, para clavar la pelota en un rinc¨®n inalcanzable para Courtois. Higua¨ªn lo grita con el alma. Creo que es un jugador importante para Argentina, a¨²n sin meter goles, pero el festejo indica que ¨¦l se sent¨ªa en deuda. Por fin un gol con pelota en movimiento en cuartos y apenas se llevaban ocho minutos.
Pero ah¨ª acab¨® la fiesta y empez¨® un partido que vari¨® la percepci¨®n sobre Argentina, que no cambi¨® su estilo, pero si su intenci¨®n. Poco despu¨¦s del gol de Higua¨ªn y v¨ªctima del l¨®gico cansancio muscular cay¨® el estajanovista Di Mar¨ªa, que hab¨ªa contribuido como nadie a la vitalidad atacante del equipo revolucionando los partidos con su velocidad y atrevimiento, y a compensar el centro del campo con su sentido solidario. Ag¨¹ero ausente, Di Mar¨ªa ca¨ªdo en combate y Messi a un cincuenta por ciento. Todo ello obligaba a repensar la relaci¨®n de fuerzas de Argentina, que lleg¨® al Mundial con certezas arriba y dudas atr¨¢s.
Holanda se olvid¨® de la inteligencia t¨¢ctica y atac¨® por todo el frente de ataque con una posesi¨®n abusiva, sin concesiones para la ordenada y heroica Costa Rica
El partido fue agrandando las figuras de Mascherano y Biglia al tiempo que la defensa respond¨ªa con puntual eficacia y sobriedad al bombardeo a¨¦reo de una B¨¦lgica repetitiva (s¨®lo fue agregando cabeceadores a su f¨®rmula atacante: Lukaku, Fellaini, Van Buyten...), algo ingenua y muy respetuosa con el escudo que ten¨ªa delante. El partido termin¨® con un mano a mano que Messi perdi¨® con Courtois y con una angustia m¨¢s relacionada con el reloj (la fiebre del ¨²ltimo minuto que afecta a la desesperaci¨®n de los dos equipos), que con el peligro. Argentina sigue adelante con la alegr¨ªa del sobreviviente m¨¢s que la del triunfador, pero en casa del enemigo la hinchada se ha ido poniendo ¨¦pica y parece satisfecha con esta versi¨®n en la que se ha fortalecido la idea de equipo por encima de las individualidades.
Holanda decidi¨® honrar los cuartos y a s¨ª misma con una actuaci¨®n irreprochable. Se olvid¨® de la inteligencia t¨¢ctica y atac¨® por todo el frente de ataque con una posesi¨®n abusiva, que tuvo la virtud a?adida de no concederle a la ordenada y heroica Costa Rica m¨¢s que una ocasi¨®n. Costa Rica achicaba con astucia, intentaba salir con pulcritud y no perd¨ªa su proverbial organizaci¨®n ni con el cansancio ni con los cambios ni con el acoso de una Holanda que parece cada d¨ªa m¨¢s en¨¦rgica y confiada. Siempre comandada por un Robben al que este Mundial confirm¨® como velocista y consagr¨® como futbolista y hasta como l¨ªder.
Tuvimos el placer del reencuentro con una Holanda que toc¨® la pelota con ritmo, hizo el campo ancho para distraer y fue profunda en la incansable b¨²squeda del gol. Ante cada ocasi¨®n respond¨ªa Keylor Navas con una eficacia espectacular que descorazon¨® a toda Holanda y hasta a la misma pelota: cuando super¨® a Navas ya no ten¨ªa ¨¢nimos para entrar y se puso a pegar en el palo una, dos, tres veces¡ Cualquier cosa, menos gol.
Keylor por lo humano y Keylor por lo divino fueron prolongando el mejor partido de cuartos hasta los penaltis. Ah¨ª, Costa Rica y su portero ten¨ªan una cita con la gloria. Pero el Mundial se puso extravagante y Van Gaal ayud¨® con una decisi¨®n inesperada: cambiar a su portero en el minuto 119 para jugar a la loter¨ªa con un especialista. A Van Gaal le sali¨® bien y Costa Rica se va de Brasil viendo c¨®mo el mundo aplaude como h¨¦roe a un portero que hab¨ªa visto desde el banquillo los prodigios de Keylor Navas. ?ltima prueba de unos cuartos en los que el f¨²tbol se volvi¨® definitivamente loco.
A esta gran Holanda le espera Argentina, mermada por las lesiones, en plena b¨²squeda de un nuevo equilibrio y con un Messi humano. Pero eso no es definitivo porque, desde hace unos d¨ªas, al f¨²tbol no hay quien lo entienda.
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