Brasil es el equipo pesadilla

No hay consuelo ni perd¨®n posible para Brasil. La herida provocada por el 1-7 no deja de sangrar por m¨¢s que jugadores y seguidores canten misa, v¨ªctimas ambos de las tretas del populista Scolari. Hay derrotas que no se borran con el curr¨ªculo ni con t¨ªtulos sino que demandan medidas estructurales inaplazables, y m¨¢s en caso del pentacampe¨®n. Brasil es ahora un equipo pasado de moda con el que ya se atreven incluso los mismos ¨¢rbitros que al inicio de la Copa le reverenciaban como se apreci¨® en determinados pasajes del partido con Holanda, que acab¨® tercera e invicta, despu¨¦s de ganar la final de consolaci¨®n, un partido impuesto por cuestiones econ¨®micas no futbol¨ªsticas: 22 millones de d¨®lares cobra el ganador por 20 millones el cuarto clasificado.

Holanda ha sido al fin y al cabo un equipo de autor desde su llegada hasta su salida de Brasil. Ten¨ªa principio y final en Van Gaal, pr¨®ximo t¨¦cnico del Manchester United, as¨ª que afront¨® la despedida con la misma liturgia que el debut: la defensa de cinco y los dos delanteros de costumbre, Robben y Van Persie. ?nicamente variaban los jugadores de acompa?amiento y esta vez falt¨® Sneijder, lesionado en el calentamiento del Man¨¦ Garrincha. La ausencia del volante del Galatasaray no afect¨® a la personalidad de la selecci¨®n, ni a su mec¨¢nica, m¨¢s efectiva a la contra, especialista en atacar el espacio m¨¢s que en tomar la iniciativa, tambi¨¦n contra un equipo disparatado como Brasil. La Holanda que gan¨® a la anfitriona es la misma que gole¨® a Espa?a.

Hasta centrales de la categor¨ªa de Thiago Silva y David Luiz empeoran cada d¨ªa en el plantel de Scolari. Robben no tard¨® nada en tomar la espalda del capit¨¢n brasile?o, vencido ante la carrera del 11 despu¨¦s de un saque de Cillessen. Aunque Robben fue derribado fuera del ¨¢rea, el ¨¢rbitro pit¨® penalti y le perdon¨® la expulsi¨®n a Silva. Acert¨® Van Persie: 0-1. La pifia de David Luiz lleg¨® un cuarto de hora despu¨¦s, cuando su coronilla dej¨® la pelota centrada por De Guzm¨¢n en el punto de penalti para Blind: control con la zurda y tiro con la derecha, igual que estuviera en el comedor de su casa de ?msterdam: 0-2. El partido se puso a pedir de boca para las transiciones oranje y se convirti¨® en otra tortura para la verdeamarelha en Brasilia.

La anfitriona es la selecci¨®n pesadilla para sus hinchas en cualquier campo de Brasil. Aunque Felip?o cambi¨® a medio equipo, el f¨²tbol de Brasil provoc¨® el mismo dolor de cabeza que en su partido con Alemania. No sabe c¨®mo salir con la bola ni acabar las jugadas desde que se lesion¨® Neymar. Falto de medios de toque su ¨²nico recurso es atacar los centros a bal¨®n parado, sobre todo a la salida de las faltas t¨¢cticas cometidas de manera reiterada por Holanda. Los oranje no dejaron que los brasile?os alcanzaran su ¨¢rea y fueron efectivos ante el marco de Julio C¨¦sar. Igual da qui¨¦n juegue en Brasil: Hulk o Ramires, Marcelo o Maxwell, Fred o Jo, Fernandinho o Paulinho, Bernard o Willian. Todos parecen uno solo en manos de Scolari.

Acaso ?scar tuvo m¨¢s protagonismo y Fernandinho se super¨® como pateador de Robben y Van Persie. Quien no pega no juega con Felip?o y el volante del Manchester City se ha convertido en un cazador en Brasil. La misma situaci¨®n se dio con Hernanes. El descanso solo sirvi¨® para activar la vena agresiva de los locales, especialmente manifiesta durante el torneo, sobre todo en el partido contra Colombia. No era f¨¢cil transitar por la cancha de Brasil. La subcampeona del mundo apenas pudo atacar y por contra evidenci¨® sus dificultades habituales para defender, expresadas en dos posibles penaltis: uno por manos de Vlaar y otro por una entrada de Blind a ?scar que acab¨® con la lesi¨®n del zurdo holand¨¦s y la tarjeta amarilla para el delantero de Brasil.

El foco se puso sobre el colegiado Haimoudi, de Argelia, no solo por su decisiones controvertidas sino por su facilidad para entorpecer el juego, circunstancia que acab¨® por enojar a la afici¨®n, ya cr¨ªtica con su equipo, solo reanimada cuando apareci¨® Hulk, un b¨²falo que le pega al bal¨®n con violencia, acorde con la militarizaci¨®n impuesta por Scolari. No hubo manera de que Brasil metiera un gol, as¨ª que firm¨® su capitulaci¨®n con una segunda derrota, como si diera igual el rival que tenga enfrente, desnortada y rid¨ªcula como est¨¢ despu¨¦s de que se descubriera su enga?o en la b¨²squeda del Hexa. Necesita repensarse en f¨²tbol en Brasil despu¨¦s del rid¨ªculo de la familia Scolari.

La ¡®oranje¡¯ ha sido un equipo de autor, desde su llegada hasta su salida

El seleccionador que se va seguro es Van Gaal, que ser¨¢ sustituido por Hiddink, quien tiene tambi¨¦n asignado su relevo en la figura de Blind. La programaci¨®n holandesa contrasta con la improvisaci¨®n brasile?a. No es casual que Holanda fuera subcampeona en 2010 y haya sido tercera en 2014 con dos t¨¦cnicos diferentes, el ¨²ltimo Van Gaal. Los oranje inician una nueva etapa en el banquillo y en la cancha: se supone que sus jugadores de referencia, Van Persie, Robben o Sneijder, dif¨ªcilmente volver¨¢n a jugar una fase final de un Mundial. El futuro est¨¢ en los pies de jugadores como Wijnaldum, que firm¨® el 0-3 ante el desespero de la afici¨®n, quejosa con su Brasil.

El final fue tan esperp¨¦ntico que Van Gaal se permiti¨® sacar a su tercer portero, Worm, ante la rechifla generalizada en el Garrincha. No hay quien consuele a Brasil, irreconocible en cualquier parte del mundo, hasta en su casa.