El brit¨¢nico que escap¨® de Copacabana
Whelan, cerebro de la red de reventa de entradas en Brasil 2014, compromete a la FIFA
En la biograf¨ªa conocida de Ray Whelan (Reino Unido, 1950) destacan dos datos: el primero es que fue agente de Sir Bobby Charlton; el segundo, que la semana pasada, en los d¨ªas cruciales del Mundial, se fug¨® del hotel m¨¢s caro de R¨ªo de Janeiro por una puerta de servicio cuando la polic¨ªa acud¨ªa a detenerle (por segunda vez) como sospechoso de dirigir una red de reventa ilegal de entradas vinculada a la FIFA. La operaci¨®n policial, llamada Jules Rimet, se hab¨ªa iniciado hace tres meses, sin informar a la propia FIFA. La polic¨ªa hab¨ªa grabado con autorizaci¨®n judicial 50.000 conversaciones telef¨®nicas en las que estaban involucrados algunos de sus socios m¨¢s directos. Las conexiones apuntaban a figuras relevantes de la organizaci¨®n. Portavoces de la FIFA negaban cualquier implicaci¨®n y aseguraban colaborar con la polic¨ªa, pero algunos balbuceos en los briefings matinales denotaban un creciente nerviosismo. ¡°Hablen de f¨²tbol, hablen de f¨²tbol¡±, dec¨ªa a los periodistas Blatter cuando sal¨ªa del lujoso hotel Copacabana Palace, frente a una de las playas m¨¢s famosas del mundo, el mismo del que escap¨® Whelan cuando la situaci¨®n parec¨ªa a punto de explotar.
Cien horas despu¨¦s, ya terminada la Copa, el fugitivo se entreg¨® a la Justicia. Se proclam¨® inocente y dijo querer ¡°ejercer su defensa¡±. Desde entonces, preso en la c¨¢rcel carioca de Gericin¨®, lucha contra la acusaci¨®n de haber dirigido a una red de 30 personas desde hace 16 a?os y que en cada Mundial pod¨ªa obtener beneficios ilegales por valor de 40 millones de euros. Es decir, m¨¢s de 150 millones de euros en cuatro Copas; centenares de miles de entradas desviadas del sistema oficial y hurtadas a los aficionados. Ray Whelan es director ejecutivo de Match Hospitality, la empresa a la que FIFA otorg¨® los derechos exclusivos de paquetes de lujo (450.000 entradas y servicios VIP) para el campeonato del Mundo: un negocio de cientos de millones de d¨®lares. Match Hospitality, a su vez, es filial de Match, compa?¨ªa que tiene derechos exclusivos para la venta de todas las entradas del Mundial (tres millones, 64 partidos) desde 1998. Uno de los accionistas de Match Hospitality es Philippe Blatter, sobrino del presidente de la FIFA.
La trama podr¨ªa haber generado 150 millones de euros de beneficios ilegales en cuatro Mundiales
De los 50.000 registros telef¨®nicos, 900 corresponden a conversaciones y mensajes entre Whelan y el empresario argelino Lamine Fofana, apresado unos d¨ªas antes que ¨¦l y considerado el n¨²mero dos de la red. En una o m¨¢s de ellas est¨¢ demostrada la reventa de entradas por decenas de miles de euros y la promesa de una recompensa econ¨®mica. ¡°Yo le pago al de la FIFA¡±, dice en una de ellas Fofana. Match alega que no hablaban de entradas, sino de servicios VIP. Tambi¨¦n sostiene la inocencia de Whelan. Pero Fabio Barucke, comisario jefe de la Delegaci¨®n 18 de la Polic¨ªa de R¨ªo, opina lo contrario y ha recabado incluso la ayuda del periodista brit¨¢nico Andrew Jennings, autor del libro Juego sucio: el mundo secreto de la FIFA, seg¨²n el cual ¡°Whelan sabe absolutamente todo sobre el esquema de corrupci¨®n de la FIFA¡±. La polic¨ªa ha arrestado hasta el momento a 12 personas.
Los investigadores acusan a Whelan de ser uno de los principales proveedores de las entradas que despu¨¦s se revend¨ªan a precios muy superiores al oficial. Fofana era el responsable de hacer llegar despu¨¦s estas a cambistas que negociaban con compradores individuales y agencias de turismo. ¡°Hab¨ªan montado un mercado paralelo de entradas¡±, afirma Barucke. El d¨ªa antes de la final, una entrada costaba en las calles de R¨ªo entre 7.000 y 10.000 euros. Los paquetes VIP, en Internet, costaban el doble. Si se confirmase el rol central de Whelan y decidiese contar lo que sabe, las consecuencias sobre la FIFA podr¨ªan ser decisivas en su momento de peor reputaci¨®n, con Blatter recibiendo abucheos en los estadios y se?alados patrocinadores exigiendo transparencia frente a las fundadas sospechas de corrupci¨®n en la forzada adjudicaci¨®n del Mundial 2022 a Qatar.
El caso salpica a un sobrino de Joseph Blatter y la polic¨ªa brasile?a ha detenido hasta ahora a 12 personas
Las ramificaciones del caso envuelven completamente a la FIFA. Whelan fue uno de los consultores contratados por la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol (CBF) para colaborar en la preparaci¨®n del Mundial 2014 cuando todav¨ªa era dirigida por Ricardo Teixeira, hoy emigrado a Miami y culpado por la FIFA de haber recibido sobornos millonarios junto con su exsuegro y expresidente de la organizaci¨®n Jo?o Havelange. Este, a su vez, introdujo en el negocio a los hermanos mexicanos Jaime y Enrique Byrom en 1986. Los Byrom son los propietarios de Match y, adem¨¢s, cu?ados de Ray Whelan. Controlan en exclusividad la venta de entradas para el torneo desde 1998. Forman parte del c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo de colaboradores de Philip Blatter. La FIFA presume de una colaboraci¨®n de 30 a?os con una empresa ¡°leal y respetable¡±. Pero la polic¨ªa sospecha que repart¨ªan lotes grandes de boletos entre sus aliados y sus clientes en un mercado il¨ªcito que amenaza con poner a la luz por primera vez.
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