El peor regate de Luis Enrique
Fueron el PSG, el Real Madrid y el Celta quienes tumbaron al Bar?a, no la prensa o el entorno, que tampoco jugaron los raqu¨ªticos partidos con el Apoel y el M¨¢laga. Fue Luis Enrique quien aline¨® a Ter Stegen en Par¨ªs y fue el t¨¦cnico asturiano, y no un periodista de turno o un pe?ista, quien modific¨® el medio campo en Chamart¨ªn. El mismo Luis Enrique que no acaba de enhebrar a Su¨¢rez en el once titular y el que se sorprende de que Mathieu se extra?e al jugar de lateral el cl¨¢sico. El mismo que, con intenci¨®n o no, fue intrigante con Montoya, pero dijo no haberse enterado de la actitud de Piqu¨¦ en el banquillo en la Supercopa catalana, solo pendiente del m¨®vil.
Fue el entrenador barcelonista el que tanto pens¨® en el cl¨¢sico que quiso cerrar antes de la cuenta el partido con el Ajax y casi se lleva un susto. Es el m¨ªster azulgrana el que no ha terminado por desencriptar las situaciones de Vermaelen y Douglas, el cuarto lateral derecho de un equipo que ya tiene a Alves, Montoya y Adriano. Fue el twitter oficial del Barcelona el que apunt¨®, despu¨¦s del duelo con el Celta, que los barcelonistas llevaban hasta entonces 56 partidos de Liga consecutivos marcando al menos un gol en el Camp Nou. Hay que rebobinar una d¨¦cada para ver al Bar?a cuarto en la d¨¦cima jornada.
Luis Enrique, como todo entrenador, es reh¨¦n de sus decisiones, las buenas, las malas y las regulares
Fue a Luis Enrique al que pillaron con ruegos a Messi para que aceptara una sustituci¨®n y fue el mismo preparador el que en julio, durante su presentaci¨®n, proclam¨®: ¡°En mis equipos el l¨ªder soy yo¡±. Por eso, es ¨¦l quien tiene que responder a las cuestiones que inquietan a los seguidores blaugrana. Luis Enrique, como todo entrenador, es reh¨¦n de sus decisiones, las buenas, las malas y las regulares. Puede dar explicaciones p¨²blicas o quedarse mudo, ¨¦l sabr¨¢. Pero si el equipo se gripa en el campo, deslizar que la prensa abrir¨¢ ¡°la veda¡± para atizarle es una pobre coartada, un mal regate a la hinchada. La afici¨®n se preocupa por cuestiones futbol¨ªsticas, no por lo que escriba o comente tal o cual periodista. Y, desde luego, los hinchas tienen otra visi¨®n de lo que es una ¡°semana simp¨¢tica¡±, como dijo ir¨®nicamente el m¨ªster ante un posible chaparr¨®n medi¨¢tico. Tras dos derrotas, el p¨²blico se preguntar¨¢ d¨®nde est¨¢ la diversi¨®n.
Luis Enrique no es el primer t¨¦cnico que toma a los medios como enemigo referente, lo que puede provocar que en alg¨²n momento puntual se desv¨ªe la atenci¨®n. Pero conviene recordar que el rival est¨¢ en el campo, o hasta puede que en la propia caseta. Aunque no lo crea, el asturiano a¨²n no ha dado motivos para que se dispare la cr¨ªtica. Solo lleva dos meses de competici¨®n y tiene que encajar las piezas, dar con la p¨®cima. Puede que lo logre. Por ahora, no hay por qu¨¦ dudar de su capacidad. Mientras tanto, es l¨®gico que se le pidan explicaciones, como a cualquier gestor.
?l es l¨ªder. ?O lo ser¨¢ Mascherano al abrir la veda y subrayar tras el tropiezo con el Celta que el equipo no funciona?
En un equipo sin rasgos definidos, la gente desear¨ªa saber c¨®mo piensa adaptar el sistema para Su¨¢rez-Messi-Neymar. Si vislumbra alg¨²n Di Mar¨ªa como el que hizo cuadrar un ataque campe¨®n de Europa con CR, Benzema y Bale. Y por qu¨¦ no da con una pareja de centrales, o por qu¨¦ un d¨ªa Xavi, otro Rakitic y al siguiente Rafinha. Cuestiones futboleras, no de Estado. Si es pronto para que se descarguen las tormentas sobre ¨¦l, m¨¢s a¨²n para que Luis Enrique se escurra a costa de un enemigo imaginario que nada tiene que ver con sus ¨®rdenes. Las de la ¨²ltima semana y las que daba cuando Bravo era imbatible, alumbraba Munir y Messi congeniaba con Neymar.
?l es l¨ªder. ?O lo ser¨¢ Mascherano al abrir la veda y subrayar tras el tropiezo con el Celta que el equipo no funciona?
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