El ¨¦xito de la generaci¨®n del asfalto

Cuando en 2010 tres pilotos espa?oles se proclamaron con pocas semanas de diferencia campeones del mundo de sus respectivas categor¨ªas del Mundial de motociclismo la haza?a provoc¨® admiraci¨®n. Pero no gener¨® demasiada sorpresa: aunque la asignatura pendiente era MotoGP, hac¨ªa ya muchos a?os que los espa?oles cosechaban buenos resultados en las categor¨ªas inferiores. Desde que ?ngel Nieto ¡ª13 t¨ªtulos repartidos entre los mundiales de 50cc y 125cc¡ª dej¨® de correr en 1986, siempre apareci¨® alguien dispuesto a recoger el testigo.

Hubo que esperar a ?lex Crivill¨¦ para presumir de corona de 500cc. Ocurri¨® en 1999. El de Seva fue pionero y el suyo fue un triunfo aislado. Hasta que Jorge Lorenzo bati¨® a Rossi aquel genial 2010 con su estilo fino y su fortaleza mental. Su ¨¦xito lo adornaron dos pilotos, campeones de Moto2 y 125cc, respectivamente: Toni El¨ªas y Marc M¨¢rquez.

Desde entonces, el dominio espa?ol no ha hecho m¨¢s que afianzarse y convertirse en modelo y referencia para otros pa¨ªses. El ¨¦xito de los corredores espa?oles, que este a?o, como el pasado, han ganado las tres categor¨ªas del Mundial, se explica por la cultura motera y la tradici¨®n de carreras en Espa?a. Pero no s¨®lo por eso. La puesta en marcha de copas de promoci¨®n, como las impulsadas por Aprilia (en la que compiti¨® Lorenzo), por Telef¨®nica (de donde sali¨® Pedrosa) o por Bancaja (ahora Cuna de Campeones) explica los resultados del presente.

Desde que Nieto dej¨® de correr en 1986, siempre hubo alguien para recoger el testigo

Tambi¨¦n la aparici¨®n de la empresa espa?ola Dorna. Due?a de los derechos del Mundial desde 1992, impuls¨® la profesionalizaci¨®n del campeonato y se implic¨® en la organizaci¨®n de algunas copas de promoci¨®n en los noventa o en el Campeonato Espa?ol de Velocidad (CEV) desde 1998. Y son responsables, especialmente, las federaciones territoriales (sobre todo la catalana y la valenciana), y la espa?ola, cuyo esfuerzo no tiene parang¨®n en el mundo: han desarrollado una estructura para trabajar con criterio desde la base y facilitar que los pilotos avancen paso a paso, formar a los chicos desde edades muy tempranas en circuitos de asfalto ¡ªalgo que no pudo hacer la generaci¨®n anterior¡ª y con motos que se adaptaran a las medidas y a las capacidades de ni?os menores de 13 a?os.

Una manera de trabajar ¨¦sta que hizo del CEV ¡ªhoy internacionalizado para dar, por ejemplo, oportunidades a ni?os japoneses o australianos: Miller, subcampe¨®n de Moto3, es una buena muestra¡ª el mejor trampol¨ªn para dar el salto al Mundial. Todo ello ha sido posible gracias al apoyo de empresas como Repsol o Movistar y de las instituciones, pues han proliferado en Espa?a en los ¨²ltimos a?os cantidad de circuitos de calidad y seguros como no los hay en ning¨²n pa¨ªs europeo. Es la semilla de los frutos que se recogen hoy. Es la causa por la que lo del 2010 no fue un ¨¦xito aislado. El enano que aquel a?o gan¨® el t¨ªtulo de 125cc se llama Marc M¨¢rquez y es hoy el chaval que marca el comp¨¢s en MotoGP. Tiene enfrente a otros dos espa?oles con quienes ya pele¨® por el Mundial el a?o pasado, Lorenzo y Pedrosa. Es el motivo por el que Espa?a es el pa¨ªs que m¨¢s veces ha logrado un triplete como aquel: tres. Los ¨²ltimos en dos temporadas consecutivas: en 2013 con M¨¢rquez, Pol Espargar¨® y Maverick Vi?ales y este a?o con el mismo M¨¢rquez, Tito Rabat y ?lex M¨¢rquez.

Las federaciones territoriales, sobre todo la catalana y la valenciana, decisivas

La de los tres ¨²ltimos campeones es la victoria de la generaci¨®n del CEV, una f¨¢brica de producci¨®n en cadena donde se moldean ganadores desde hace un decenio, comenzando por Marc M¨¢rquez.

La base es la misma. Luego, cada uno ha ganado a su manera. M¨¢rquez, impulsado por esa obsesi¨®n por encadenar victorias que marc¨® el inicio del campeonato en MotoGP, y por su hambre de nuevos retos, como en Arag¨®n o Phillip Island. Rabat, merced al trabajo duro, a entrenamientos interminables en el circuito de Almer¨ªa para entender c¨®mo dibujar la trazada perfecta, c¨®mo atacar las curvas, c¨®mo trabajar la confianza que otros le negaron. Y el peque?o de los M¨¢rquez, gracias a su infinita paciencia: sin la inteligencia y la calma, incluso cuando la Honda no era la mejor moto, no hubiera podido ganar. Piensa, mucho, tanto que irrita a su impulsivo hermano, pero es as¨ª como ha conseguido ganar a Miller. Y cerrar un a?o memorable para el motociclismo espa?ol.