Prisionero del f¨²tbol
Zahir Belounis, un jugador franc¨¦s que pas¨® 19 meses recluido en Qatar por reclamar sus sueldos atrasados, trata de recuperar su vida trabajando de camarero en Espa?a
¡°Mi lucha diaria era conseguir no suicidarme¡±. Reo de una prisi¨®n sin barrotes, Zahir Belounis, un futbolista franc¨¦s que pas¨® 19 meses atrapado en Qatar por reclamar sus sueldos atrasados, ya no soporta siquiera ver un partido por televisi¨®n. Deprimido y arruinado en un pa¨ªs que el trabajador no puede abandonar sin el permiso del empleador, Belounis fue finalmente liberado hace un a?o tras renunciar por escrito a sus derechos. ¡°He alejado el f¨²tbol de mi vida, sigo pensando en ello d¨ªa y noche. El club me dijo que me destruir¨ªan y lo consiguieron¡±, explica este exjugador, de 34 a?os y que abandon¨® Francia en febrero porque todo el mundo conoc¨ªa su historia para trabajar de camarero en el sur de Espa?a.
Belounis y su familia no salieron del pa¨ªs hasta que renunci¨® por escrito a sus derechos
Belounis es la punta del iceberg de la legislaci¨®n laboral catar¨ª, del denominado sistema Kafala. Un modelo muy criticado por las asociaciones de derechos humanos. Una forma de ¡°esclavitud moderna¡±, seg¨²n precisa una investigaci¨®n del diario The Guardian, en referencia a la muerte de cientos de inmigrantes nepal¨ªes que han perdido la vida en las labores destinadas a dar forma al Mundial de 2022. Una cita que organizar¨¢ Qatar, bajo sospecha tanto en el proceso de su designaci¨®n, en 2010, como por la explotaci¨®n de los trabajadores en las obras de los estadios.
La FIFA medi¨® para liberar a otros
El caso de Zahir Belounis no es el ¨²nico que ha despertado la indignaci¨®n de distintos sectores del f¨²tbol en los ¨²ltimos a?os. Al futbolista marroqu¨ª Abdeslam Ouaddou, el equipo catar¨ª en el que militaba (Lekhwiya) tambi¨¦n le frustr¨® su salida del pa¨ªs en 2011 por motivos laborales. Fue una denuncia ante la FIFA la que resolvi¨® su situaci¨®n, en noviembre de 2012, es decir, un a?o m¨¢s tarde. Tras un largo proceso judicial, Ouaddou obtuvo una peque?a recompensa en febrero pasado, cuando la FIFA fall¨® a favor de sus derechos, obligando al Lekhwiya a que le pagara el a?o de sueldo pendiente.
Otros deportistas e incluso directivos prefieren renunciar al enfrentamiento. Fue el caso de St¨¦phane Morello, un entrenador franc¨¦s contratado en 2009 por el comit¨¦ ol¨ªmpico catar¨ª. A Morello los servicios diplom¨¢ticos locales le devolvieron su pasaporte en octubre de 2013, cuatro a?os despu¨¦s de que aterrizara en el pa¨ªs ¨¢rabe. ?El motivo? Morello firm¨® un acta que certific¨® que el Gobierno de Qatar no ten¨ªa ninguna deuda pendiente con ¨¦l, una manera de renunciar a sus cuatro a?os de salario. El sindicato internacional de los futbolistas (FIFPro) denunci¨® en varias ocasiones el car¨¢cter abusivo de los contratos y pretende presionar a las autoridades a medida de que se acerque el Mundial de 2022. Tres espa?oles disputan actualmente la Superliga de Qatar: ?lvaro Mej¨ªa (Al Shahaniya), Pablo Hern¨¢ndez (Al Arabi) y Chico Flores (Lekhwiya).
El futbolista franc¨¦s, presa del Kafala, pidi¨® ayuda en una carta p¨²blica a Pep Guardiola y Zinedine Zidane, embajadores del evento de 2022. Las autoridades han tomado cartas en el asunto, pero las reformas prometidas no han ido ¡°lo suficientemente lejos¡±, critica la ONG Amnist¨ªa Internacional en un informe publicado el pasado d¨ªa 12.
Tras haber jugado en las divisiones inferiores de Francia y en Suiza, Belounis, de origen argelino, hizo las maletas en 2007 rumbo a Qatar. ¡°Un amigo me habl¨® del equipo [El Jaish] y me dijo que pod¨ªa lograr un gran contrato¡±, explica a EL PA?S. Su esposa Johana le acompa?¨®. All¨ª nacieron sus dos hijas, que ahora tienen tres y cinco a?os. No hubo problemas hasta que le cedieron a un equipo de Segunda y el club se neg¨® a pagarle el dinero que le deb¨ªa. En febrero de 2012, Belounis llev¨® el caso a los tribunales catar¨ªes y en verano termin¨® su vinculaci¨®n con el club. Aunque sigui¨® entrenando dos meses por su cuenta, no tardar¨ªa en colgar las botas. No ha vuelto a vestirse de corto. ¡°Ni yo mismo me daba cuenta de lo que estaba pasando¡±, cuenta.
Belounis agot¨® los ahorros de su vida en esos interminables 19 meses. ¡°Mi familia y amigos me mandaron dinero. Todav¨ªa se lo estoy devolviendo¡±, detalla ahora. Estima que con lo que le debe el club podr¨ªa comprar una casa peque?a y tener unos buenos ahorros tras su retirada. ¡°No es por el dinero. No hice nada malo, solo ped¨ª que un tribunal decidiera si ten¨ªa raz¨®n y el club me dijo que si no retiraba los cargos no me dejar¨ªan marchar¡±, se?ala. La FIFA, rectora del f¨²tbol mundial, opt¨® por no intervenir porque, seg¨²n aleg¨®, el futbolista recurri¨® a la justicia ordinaria.
Belounis super¨® el calvario y logr¨® la libertad despu¨¦s de firmar un papel que tilda de ¡°chiste¡±. Su caso sigue abierto en Qatar y Francia. ¡°No quiero convertirlo en la lucha de mi vida. Tengo una familia y lo han pasado fatal¡±, indica. De vuelta a Par¨ªs, vivi¨® con su mujer y sus hijas en casa de su madre hasta que un amigo le ofreci¨® trabajar en su restaurante en Espa?a. ¡°Acept¨¦ sin pensarlo, aqu¨ª nadie me conoce¡±, argumenta.
Estaba destrozado y luchaba por no hacerme da?o. Fue un enorme sufrimiento¡±
Belounis no guarda rencor a Qatar. ¡°Hay cuatro o cinco como Al-Hamad [presidente del club y l¨ªder de la candidatura ganadora para los Mundiales de atletismo de 2019], pero me alegra que les dieran la Copa del Mundo. Estas cosas unen a la gente¡±, apunta el franc¨¦s.
El evento de 2022, sin embargo, est¨¢ plagado de sombras. Seg¨²n el informe de Amnist¨ªa Internacional, alrededor de 3.000 obreros norcoreanos trabajan en Qatar en condiciones de esclavitud para enriquecer al r¨¦gimen de Pyongyang.
Hoy d¨ªa, con una puerta abierta a la esperanza, el f¨²tbol solo se conjuga en pasado en la vida de Belounis. ¡°Solo quiero volver a sentirme bien conmigo mismo¡±, zanja el galo.
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