El b¨¦isbol se frota las manos ante el deshielo con Cuba
Los peloteros cubanos han llegado a poner su vida en manos de narcos mexicanos para jugar en la Liga de EE UU
La historia de Yasiel Puig, pelotero cubano de Cienfuegos, es insignificante en el oc¨¦ano de significados hist¨®ricos del restablecimiento de relaciones entre EE UU y Cuba. Pero, gracias a ese deshielo, puede que nunca vuelva a repetirse. El jardinero del equipo de b¨¦isbol de los Dodgers de Los ?ngeles lleg¨® a EE UU como mercanc¨ªa transportada por narcos mexicanos a cambio de dinero. No ha sido el ¨²nico. Yasiel es miembro de esa comunidad de exiliados cubanos que, seg¨²n dijo el presidente Barack Obama, ¡°contribuy¨® enormemente en la pol¨ªtica, los negocios, la cultura y los deportes¡±. El b¨¦isbol de Estados Unidos y Cuba se frota las manos, a la espera de nuevos e inciertos acontecimientos.
Puig escap¨® de la isla en 2012 a bordo de una motora que, en lugar de ir hacia Miami, enfil¨® hacia la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. No iba solo. Una modelo, un boxeador y un santero le acompa?aban. Seg¨²n las reglas de las Grandes Ligas y las restricciones por el embargo, la ¨²nica manera de que un jugador cubano pueda fichar por un club de EE UU como agente libre es pasar antes por un tercer pa¨ªs: M¨¦xico. Los encargados del transporte fueron matones de Los Zetas, uno de los peores grupos criminales. Cuando el cartel recibi¨® el dinero requerido por Puig, no sin antes amenazar con cortarle una mano si no se alcanzaba la cifra pactada, liber¨® al beisbolista, que acab¨® fichando por el equipo de Los ?ngeles. ?Qui¨¦n pag¨®? Nunca estuvo claro. Intermediarios y desaprensivos hacen su agosto en operaciones de este tipo.
Esta temporada, 25 jugadores cubanos han actuado en los equipos de Estados Unidos. El r¨¦cord estuvo en el a?o 1967 con 30. Desde 1995 han sido 59 los profesionales de la isla en la Major League Baseball. Todos han tenido que seguir el mismo camino: escapar, recalar en un tercer pa¨ªs y presentarse luego como agentes libres. Debido al embargo comercial estadounidense, un jugador que huya de Cuba tiene que obtener una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro.
Junto a Yasiel Puig destacan Yoenis C¨¦spedes o Aroldis Chapman. Los hay con largos y millonarios contratos. El m¨¢s alto es el que firm¨® en agosto Rusney Castillo con los Red Sox de Boston: siete a?os a cambio de 72,5 millones de d¨®lares. En los Chicago White Sox milita Jos¨¦ Abreu, mejor debutante de esta temporada, con un contrato de seis a?os y 68 millones. Yasmany Tomas acaba de firmar este mes con los Arizona Diamondbacks. Cobrar¨¢ 68,5 millones por seis a?os.
Tras 50 a?os de aislamiento a escasas 90 millas de distancia, el b¨¦isbol puede que sea el v¨ªnculo cultural m¨¢s importante que existe entre los dos pa¨ªses. Los expertos discuten sobre si lo sucedido el mi¨¦rcoles supone un cambio sustancial para la MLB o para la Serie Nacional cubana. La expectaci¨®n es m¨¢xima.
Solo dos horas despu¨¦s del anuncio del presidente Obama, la MLB emiti¨® un comunicado dirigido a sus 30 clubes en el que anunci¨® que seguir¨¢ con la m¨¢xima atenci¨®n los acontecimientos para ver en qu¨¦ medida pueden afectar a sus relaciones con la isla. Tambi¨¦n les record¨® que el embargo contin¨²a vigente y que la nueva composici¨®n del Congreso, de mayor¨ªa republicana a partir de enero, complica su levantamiento. El sindicato de jugadores tambi¨¦n emiti¨® su nota. ¡°Tenemos la esperanza de que el anuncio de hoy tendr¨¢ efectos muy positivos¡±, se?al¨® la Major League Baseball Players Association.
Reformas posibles
Siempre en el terreno de lo posible, son varias las reformas que podr¨ªan producirse, en funci¨®n de c¨®mo se desarrollen las futuras conversaciones entre el Departamento de Estado y el r¨¦gimen cubano. En primer lugar, los peloteros cubanos podr¨ªan fichar por clubes de EE UU sin arriesgar su vida o ponerse en manos de narcos mexicanos. Al igual que en la actualidad se hace con las Ligas coreana y japonesa, la MLB podr¨ªa pagar una tasa por los fichajes procedentes del campeonato cubano, de titularidad p¨²blica.
El Gobierno cubano podr¨ªa permitir que los jugadores de la isla en EE UU formen parte del equipo nacional, cosa que ahora no sucede, e incluso que disputen la Liga de invierno cubana, la Serie Nacional. Los venezolanos y dominicanos de la MLB gozan de ese derecho, aunque son pocos los clubes que acceden a ello por el riesgo de lesiones.
Finalmente, los clubes de EE UU podr¨ªan jugar partidos oficiales o de exhibici¨®n en Cuba, como ya hacen en China o en Australia, e incluso abrir escuelas de captaci¨®n de talentos, similares a las que funcionan en Rep¨²blica Dominicana. En 1999, los Orioles de Baltimore jugaron un partido de exhibici¨®n contra la selecci¨®n cubana en la isla al que asisti¨® Fidel Castro. Entre los proyectos m¨¢s osados o¨ªdos y le¨ªdos en las ¨²ltimas horas est¨¢ el de trasladar a los Rays de Tampa, donde la afici¨®n es escasa, a La Habana, donde, creen los promotores de la idea, causar¨ªan sensaci¨®n. La ¨²ltima franquicia de un club de EE UU en la isla fue el Havana Sugar Kings entre 1954 y 1960.
Los hay que desconf¨ªan de que el Gobierno cubano vaya a realizar una apertura total. El experto cubano en b¨¦isbol Peter Bjarkman cree que el futuro est¨¢ en Jap¨®n. ¡°No creo que Cuba est¨¦ dispuesta a entregar su b¨¦isbol a las Grandes Ligas de EE UU. Quieren utilizar los recursos del b¨¦isbol para llevar dinero al pa¨ªs, pero no quieren vender su liga¡±, declar¨® a varios medios de comunicaci¨®n. La Habana permite a algunos jugadores jugar en M¨¦xico y Jap¨®n, pero siempre y cuando vuelvan a la isla para la temporada de invierno y paguen impuestos a La Habana por las ganancias que reciben.
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