At¨®mico Campazzo
El base argentino del Madrid, de 23 a?os y 1,79m, luce impulso antes de medirse al Bar?a ¡ñ Los blancos no ganan en el Palau en Liga Regular desde 2006
A 1,79 metros del parquet, el baloncesto es deporte y supervivencia, intrepidez y sacrificio. Facundo Campazzo lo refrenda cada vez que se pone una camiseta de tirantes. En apenas tres meses, el base argentino, de 23 a?os, se ha convertido en una de las piezas m¨¢s carism¨¢ticas del Madrid de Laso, que ma?ana se mide al Barcelona por segunda vez en una temporada en la que los dos grandes pueden llegar a enfrentarse hasta en 12 ocasiones.
La ¨²ltima vez que el Madrid venci¨® al Bar?a en el Palau Blaugrana en Liga Regular ¡ªun 9 de abril de 2006 (66-69), con Ivanovic y Maljkovic en los banquillos y Navarro y Rakocevic como artilleros de cada bando¡ª, Campazzo ten¨ªa 15 a?os reci¨¦n cumplidos y correteaba por las canchas de su C¨®rdoba natal con la camiseta del Uni¨®n El¨¦ctrica, presumiendo de corriente continua, intensidad y energ¨ªa; los valores que le llevaron a destacar entre los talentos de su generaci¨®n. Las virtudes que le convirtieron este verano en uno de los cinco fichajes con los que el Madrid emprend¨ªa, sobre todo, su tercer asalto a La Novena. Entre las incorporaciones para la misi¨®n, cuatro veteranos con expedientes baqueteados y una media de edad de casi 30 a?os ¡ªNocioni, Ay¨®n, Maciulis y Rivers¡ª y una apuesta joven y menuda para el puesto de tercer base, vacante tras la salida de Draper al Efes. ¡°Le ven¨ªamos siguiendo desde hace tiempo. Es muy h¨¢bil, muy din¨¢mico y puede mantenernos en el ritmo de partido que queremos¡±, explica Laso sobre Campazzo, al que encarga mantener la intensidad y programar la agitaci¨®n. ¡°Tiene mi personalidad, se lleva el mundo por delante. Prefiero que se pase de rosca a que le falte¡±, le elogia Nocioni, su camarada y tutor en Madrid.
Un esguince de tobillo ante el Baloncesto Sevilla en la octava jornada fren¨® su impulso cuando comenzaba a encontrar su hueco en el equipo y el Palacio ya coreaba su nombre. Pero a su vuelta y aprovechando la ausencia de Sergio Rodr¨ªguez ¡ªde baja desde hace 20 d¨ªas por una pubalgia¡ª ha retomado la faena donde la hab¨ªa dejado (3,4 puntos, 2 asistencias y 0,9 recuperaciones de media en Liga Endesa y 3,5 puntos, 3,5 asistencias y 0,8 recuperaciones en Euroliga, en 13 minutos de media), con el Bar?a como siguiente objetivo. ¡°Es un partido que se entrena f¨ªsica y mentalmente¡±, dice con tono ambicioso. ¡°Hay que estar concienciado de que estos choques se ganan por uno o por medio, pero se tienen que ganar. Nos jugamos quitarle la confianza al rival¡±. Facu presume de humildad mientras gestiona con discreci¨®n su rebeld¨ªa. ¡°En Argentina estaba acostumbrado a jugar muchos minutos y a ser protagonista, pero s¨¦ que aqu¨ª ven¨ªa a otro rol. Intento aprender lo m¨¢ximo posible de estas dos bestias que son los dos sergios [Llull y Rodr¨ªguez]. Ellos dos tienen un talento incre¨ªble, yo soy un poquito m¨¢s r¨²stico¡±. M¨¢s claro tiene a¨²n el libro de instrucciones propio: ¡°Tengo que defender duro y no equivocarme en ataque¡±, y el del equipo: ¡°Tenemos que estirar la concentraci¨®n lo m¨¢ximo posible. Si defendemos como animales vamos a conseguir cosas buenas¡±. Palabras que resumen un car¨¢cter audaz y abnegado forjado a contracorriente desde ni?o.
¡°Campazzo contagia porque da la vida por cada pelota, sin importarle si es un partido o un entrenamiento¡±, resume Julio Lamas
Su madre le llev¨® al polideportivo municipal para matricularle ¡°en lo que fuera¡±. Necesitaba canalizar su hiperactividad, ¡°s¨ªndrome hiperquin¨¦tico¡± fue el diagn¨®stico que le lanz¨® a un deporte que abraz¨® con pasi¨®n desde el equipo de infantiles. ¡°All¨ª todos ¨¦ramos bajitos, no daban ni dos pesos por nosotros, pero cuando jug¨¢bamos contra los mejores les gan¨¢bamos por puro coraz¨®n. A m¨ª me llamaban la bomba at¨®mica¡±, rememora Facu, el cuarto de cinco hermanos, hincha de Chacarita en f¨²tbol y devoto de Pablo Prigioni en su oficio. En 2006, durante un torneo en Mar del Plata, cautiv¨® a Osvaldo Echeverr¨ªa, el entrenador de Pe?arol, que lo fich¨® para su equipo, donde hizo carrera. No fall¨®. El chico debut¨® en Primera dos a?os despu¨¦s y, en 2012, con 21 a?os, se subi¨® a la expedici¨®n de los Juegos.
En la preparaci¨®n de la cita de Londres, Manu Gin¨®bili se qued¨® prendado del descaro del chaval. Lejos de elogiarle, eso s¨ª, busc¨® espolearle a su manera. ¡°Jam¨¢s vi a un chico de tu edad con esa panza¡±, le solt¨®. La chanza le sonroj¨®, pero no cay¨® en vano. Jug¨® los ocho partidos del torneo, fue el sexto hombre con m¨¢s minutos y asumi¨® la titularidad cuando falt¨® Prigioni por un c¨®lico. Al regreso a Argentina, empez¨® la dieta paleol¨ªtica que le recomendaron los t¨®tems de la generaci¨®n dorada. Suprimi¨® harinas, l¨¢cteos, az¨²cares y frituras en las comidas, perdi¨® siete kilos, gan¨® musculatura y se lanz¨® a perfeccionar su ambici¨®n y a liderar la camada de Laprov¨ªttola, Del¨ªa, Gallizi y Bortol¨ªn. ¡°Campazzo contagia porque da la vida por cada pelota, sin importarle si es un partido o un entrenamiento¡±, resume Julio Lamas, seleccionador argentino. Facundo Campazzo, inventiva entrenada en la b¨²squeda de atajos entre gigantes, un genio a cinco pies y 10 pulgadas del suelo.
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