¡°Ha sido un d¨ªa para disfrutar¡±
El delantero rojiblanco saborea su noche de gloria en Chamart¨ªn
¡°He marcado en un campo en el que no hab¨ªa marcado a¨²n y estoy muy contento¡±, dijo Fernando Torres tras el partido en los micr¨®fonos de Canal +. Ajenos a los fastos del Bal¨®n de Oro de Cristiano Ronaldo, aislados del dorado con el que se engalanaron las gradas del Bernab¨¦u, los jugadores del Atl¨¦tico escuchaban atentamente las instrucciones del Profesor Ortega. El preparador f¨ªsico uruguayo, ante la caldera que ya era el Bernab¨¦u, apur¨® su presencia en el c¨¦sped hasta segundos antes de que Clos G¨®mez se?alara el inicio del encuentro. Recib¨ªa Cristiano la centelleante esfera dorada y Ortega segu¨ªa arengando a los jugadores colchoneros, a los que crey¨® necesitados de apoyo ante el estruendo de Chamart¨ªn.
Entraron los rojiblancos muy enchufados al partido. A la primera que pudieron apagaron la algarab¨ªa de las gradas. Dibujaron la secuencia y el registro que explica el fichaje de Fernando Torres: el contragolpe. Una mala entrega del Madrid se la dio Siqueira a Koke y este a Griezmann. Lanzado como una daga hacia la porter¨ªa, el menudo franc¨¦s vio por el rabillo que Torres corr¨ªa en paralelo por el otro flanco. Su centr¨® medido, buscando el contrapi¨¦ de Ramos, lo caz¨® El Ni?o con su pierna izquierda para mandarlo a la escuadra m¨¢s lejana de Keylor Navas. El primer gol del s¨ªmbolo regresado en un escenario como Chamart¨ªn aumentar¨¢ a¨²n m¨¢s el ruido que ha generado su regreso.
En un minuto el Atl¨¦tico parec¨ªa haber sofocado toda la m¨ªstica de las remontadas que hab¨ªa aireado el Madrid. No estaba prevista su alineaci¨®n desde el principio, pero la fiebre de Mandzukic le coloc¨® en el once titular. Los 20 minutos que Torres jug¨® en el Camp Nou fueron del agrado de su t¨¦cnico. Aunque a¨²n se le nota un tanto pesado en las arrancadas, Simeone lo vio afilado. Le gustaron sus movimientos de desmarque, aunque no le sirvieron. Entre las razones que esgrime el t¨¦cnico argentino para explicar su contrataci¨®n est¨¢ la de la jerarqu¨ªa, la de contar con un delantero acostumbrado a competir y a definir bajo presi¨®n. A la primera que tuvo, le puso la eliminatoria cuesta arriba al Madrid.
El primer gol del s¨ªmbolo regresado en un escenario como Chamart¨ªn aumentar¨¢ a¨²n m¨¢s el ruido que ha generado su regreso
Ese primer gol de Torres desencaden¨® un bombardeo de centros laterales del Madrid. Un acoso a¨¦reo que hizo recular al Atl¨¦tico. En esos momentos, sin apenas precisi¨®n en el pase, sufri¨® el Atl¨¦tico y tambi¨¦n se apreci¨® en un par de pases que buscaron la velocidad de Torres. De esa cascada de centros y saques de esquina brot¨® el empate del Madrid. Midi¨® mal el portero Oblak en una de esas salidas que va con su virtud de intentar anticiparse a los remates antes que pararlos. Hasta entonces se hab¨ªa mostrado seguro. El gol increment¨® los decibelios y la fe del Madrid, que lleg¨® al descanso a¨²n convencido de la remontada.
Fue Torres el que de nuevo volvi¨® a apagar al Bernab¨¦u. De nuevo, una contra, de nuevo Griezmann como un cohete, que aprovech¨® otra mala entrega del Madrid, esta vez de Ramos. ¡°A Griezmann hay que disfrutarlo¡±, a?adi¨® El Ni?o. Acompa?¨® Torres otra vez la contra y cuando recibi¨® el bal¨®n, sent¨® y puso a Pepe mirando a las vallas publicitarias con ese recorte previo al disparo raso que super¨® la salida de Navas. No es casualidad que los dos goles del Madrid fueran de cabeza y los del Atl¨¦tico al contragolpe. Con Torres ha vuelto un s¨ªmbolo y el hist¨®rico estilo del Atl¨¦tico. Con Mandzukic es imposible.
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