Aqu¨ª est¨¢ Espa?a
Plet¨®rico, el equipo de Cadenas somete a T¨²nez (28-20) y se clasifica para los cuartos, en los que se medir¨¢ al vencedor del Dinamarca-Islandia
Frente a la hostilidad y el primer cara o cruz en este Mundial, la mejor de las reacciones. Espa?a, esa Espa?a que comenz¨® su andadura en Qatar un tanto tibia y destemplada, como si le costase poner a punto el motor y arrancarlo, ha cogido temperatura. Lo fue haciendo en los partidos previos, ante Qatar y Eslovenia sobre todo, pero ha entrado en combusti¨®n cuando el gui¨®n competitivo verdaderamente lo exige, cuando se avecinan curvas y el b¨®lido requiere de la mejor puesta punto para medirse con las grandes. El careo con T¨²nez lo solvent¨® en un suspiro, lo que dur¨® el ¨ªmpetu africano y que los Hispanos pisasen el acelerador hasta el fondo y soltasen el freno de mano.
Espa?a, 28; T¨²nez, 20
Espa?a: P¨¦rez de Vargas; Rocas (2), Maqueda (2), Ra¨²l Entrerr¨ªos (3), Ca?ellas (3, 1p), Ugalde (6) y Aginagalde (2) -equipo inicial- Sierra (ps), V¨ªctor Tom¨¢s (4, 1p), Andreu (-), Chema Rodr¨ªguez (-), Morros (-), Antonio Garc¨ªa (3), Rivera (1p), Gede¨®n Guardiola (1) y Dujshebaev (1)
T¨²nez: Majed; Touati (2), Tej (2), Hmam (-), Gharbi (2), Hedoui (-) y Ben Salah (1) -equipo inicial- Maggaiz (ps), Bannour (1), Alouini (3), Jallouz (-), Sanai (-), Megannem (1), Boughanmi (5), Hamed (1) y Chouiref (2).
Marcador cada cinco minutos: 3-0, 6-2, 9-4, 11-5, 15-7 y 18-9 (descanso). 20-10, 21-13, 23-15, 24-16, 27-17 y 28-20 (final).
?rbitros: Nachevski y Nikolov (MKD). Excluyeron por dos minutos a Gede¨®n Guardiola (2), Morros, Ca?ellas y Aginagalde por Espa?a; y a Touati, Hmam y Chouiref por T¨²nez.
Lusail Hall de Doha: Unos 6.000 espectadores
Espa?a tem¨ªa una emboscada. Y, desde luego, T¨²nez hizo bien poco por camuflarla. Para empezar, el factor intimidatorio. La puesta en escena fue atronadora. Casi todo el anillo inferior del pabell¨®n estaba ocupado por los hinchas tunecinos, que una hora antes del duelo ya hab¨ªan tomado la voz. En los dos fondos, de pie y brincando, dos grupos repletos de color, tambores y banderas. En ambos, desde la zona baja, un cabecilla dirig¨ªa la coreograf¨ªa y los c¨¢nticos que rebotaban con fuerza en todos los recovecos del recinto.
Los Hispanos saltaron a la pista entre un alud de bramidos en su contra. Vaya chillidos. Despu¨¦s vinieron los himnos y el tarareo de los 60 seguidores espa?oles parec¨ªa un siseo al lado de los rugidos africanos. Luego, tras la propaganda y el crochet emocional que buscaban los tunecinos, la historia cambi¨® por completo. Ca?ellas se elev¨® en suspensi¨®n y abri¨® el marcador; Viran Morros bloque¨® un zambombazo de Hamed y lo celebr¨® con rabia, como si hubiese marcado otro gol; Aginagalde activ¨® el taladro y Rocas tambi¨¦n percuti¨®, pero ¨¦l desde el extremo, que el centro es cosa del vasco.
Como se presupon¨ªa, T¨²nez sali¨® a morder y a enredar, pero una vez superado el efecto disuasorio Espa?a fue a lo suyo, que es practicar un magn¨ªfico balonmano. Altern¨® una defensa 6-0 con un 5-1 y Ugalde en el avanzado. Sobre ruedas. Mantuvo a raya a T¨²nez con rentas c¨®modas de cinco y seis goles, y rebaj¨® la carga medioambiental en su contra a base de juego. Encima, P¨¦rez de Vargas, ese ¨¢ngel vestido de rosa, estuvo de nuevo colosal bajo los palos. Sac¨® una tras otra, a los extremos y a los bombarderos. Cerr¨® el primer periodo con un 47% de efectividad y el partido con un 41%. Por segunda vez fue designado el mejor, con 14 paradas.
¡°?Eso es, eso es!¡±, les gritaba Manolo Cadenas a sus hombres, muy centrados todo el rato, bien sincronizados tanto en la fase defensiva como en el ataque. Ugalde, ese extremo silencioso y p¨ªcaro, estuvo soberbio. Todo fiabilidad y temple el catal¨¢n, adentro un bal¨®n tras otro. Por eso el seleccionador le dio carrete y dosific¨® a Rivera. Hay tiempo para todos. Igualmente fino estuvo el joven Dujshebaev, presente y futuro del balonmano espa?ol, un central con una interpretaci¨®n del juego exquisita. No as¨ª la de T¨²nez, obcecada en golpear por la v¨ªa de en medio, a trav¨¦s de los tiros de sus ca?oneros y olvid¨¢ndose pr¨¢cticamente de los extremos.
El 18-9 con el que concluy¨® el primer acto fue tan rotundo como la superioridad de los Hispanos, jer¨¢rquicos tambi¨¦n en el segundo tiempo. T¨²nez busc¨® las cosquillas por el extremo derecho, terreno de Boughanmi, pero la campeona no admit¨ªa respuesta. Que t¨² me das, yo te respondo; por partida doble si hace falta. Ugalde, cien por cien de acierto (6/6), sigui¨® ara?ando al contragolpe; Antonio Garc¨ªa, otra garant¨ªa de solvencia, refresco de Ca?ellas (3/6), cobr¨® protagonismo en el eje; Viran y Guardiola estuvieron en su salsa, de bloqueo en bloqueo; y V¨ªctor Tom¨¢s disfrut¨® a toda mecha, de arriba abajo, en su especialidad.
Al final, los seguidores espa?oles se dejaron o¨ªr con sus ol¨¦s y los tunecinos se fueron a rega?adientes, mansos, bajo el ritmo de la voz de Manolo Escobar que desprend¨ªan los altavoces. Podr¨¢ ocurrir lo que sea en cuartos, donde enfrente esperan Dinamarca o Islandia, presumiblemente la primera. Pero, pase lo que pase, la selecci¨®n de Cadenas ya no deja duda alguna. Sigue ah¨ª, con la chispa a punto, hambrienta y corajuda. Y envi¨® un mensaje sin paliativos a las otras aspirantes al trono que a¨²n ostenta: aqu¨ª estoy. Pues as¨ª es. Aqu¨ª est¨¢ Espa?a.
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