Thibodeau, en el punto de mira

Al tiempo que los Chicago Bulls pegaron un baj¨®n a mitad de temporada, sus aficionados se afanaron en se?alar con el dedo acusador a su entrenador Tom Thibodeau. ¡°Se le ha ido el equipo de las manos¡±, ¡°ha sido demasiado duro¡±, ¡°sus jugadores le han perdido el respeto porque se han dado cuenta de que parece un personaje de Dick Tracy...¡±. Pero ?es ¨¦l el culpable de la marcha del equipo o podemos achacarlo a la inevitable fragilidad del cuerpo humano? ?Alguien se sorprende de que un conjunto basado en la defensa se haya visto perjudicado por las continuas lesiones de tobillo de Joakim Noah, EL MEJOR JUGADOR DEFENSIVO de la temporada? ?Y de verdad a alguien le llama la atenci¨®n que el rendimiento de los Bulls, un grupo conocido por su dureza, se haya visto afectado por LAS MALTRECHAS PIERNAS de su base estrella, Derrick Rose? Uso may¨²sculas porque, para m¨ª, es rid¨ªculamente obvio. O al menos lo era hasta que entr¨® en escena Barack Obama para dar su discurso anual sobre el estado de la Uni¨®n y volv¨ª a ser consciente del comportamiento de los seres humanos.

El discurso estuvo en la l¨ªnea habitual de Obama: intercala apuntes progresistas y momentos de empat¨ªa con alg¨²n arranque de audacia. Tambi¨¦n mantiene otro elemento com¨²n a sus mensajes a la naci¨®n: est¨¢ salpicado de promesas que dif¨ªcilmente cumplir¨¢. De acuerdo, es el presidente, no el rey de los EE?UU: no puede entrar en su palacio anunciado por un cornet¨ªn y empezar a recitar decretos de obligado cumplimiento. A pesar de eso, mucha gente sigue creyendo que las palabras del presidente anticipan que sus mejores sue?os (o sus peores pesadillas) est¨¢n a punto de cumplirse. ?Por qu¨¦? Simplemente porque parecen necesitar a un hombre (o una mujer) a la que se?alar como l¨ªder, gu¨ªa, ¨ªdolo. Y eso aunque se declaren fervientes creyentes de una democracia que, en su aspecto m¨¢s genuino, se supone que est¨¢ basada en la soberan¨ªa del pueblo.

Poco importa si hablamos de programas de recuperaci¨®n econ¨®mica o de la NBA. Muchos saben la cabeza de qui¨¦n exigir¨¢n si sobreviene una recesi¨®n o una eliminaci¨®n en? playoff.

Siendo malpensado, no puedo evitar darle vueltas, que su comportamiento prueba la poca fe que tienen en ellos mismos. Siendo un poco menos malpensado dir¨ªa que lo que demuestra es su fobia a la complejidad. No est¨¢n interesados en saber los pormenores de c¨®mo funciona la pol¨ªtica, tampoco en entender los pormenores de los factores que afectan al proceso de recuperaci¨®n de un ligamento lesionado. Es much¨ªsimo m¨¢s f¨¢cil echarle la culpa a alguien. Poco importa de si hablamos de programas de recuperaci¨®n econ¨®mica o de la NBA, saben (o creen saber) qu¨¦ mano es la que hay que estrechar para que las cosas vayan bien. Lo que s¨ª tienen claro es la cabeza de qui¨¦n exigir¨¢n si todo se tuerce y les sobreviene la recesi¨®n o una eliminaci¨®n en primera ronda de playoff.

Tom Thibodeau, Barack Obama¡­ No importa de qui¨¦n se trate o lo que haya dicho. En muchos casos incluso ni lo que haya hecho. Lo que importa es lo que ha pasado mientras estaba al mando.