Noche de locos en el Calder¨®n
El Bar?a elimina al Atl¨¦tico tras un choque volc¨¢nico y una extensa cr¨®nica de sucesos
De un partido volc¨¢nico, macizo y neur¨®tico, pasado de rosca en muchos momentos, sali¨® airoso el Barcelona, sometido a un choque al que no acostumbra, lleno de chispas, inflamado desde el pitido inicial y resuelto con dos contras y un gol ajeno en propia puerta tras un c¨®rner, esa suerte que los azulgrana dominan bien poco. El Bar?a se impuso por una v¨ªa inusual en un encuentro en combusti¨®n m¨¢s propio del Atl¨¦tico. Hubo incendios por todos los lados, piernas de m¨¢rmol, broncas y m¨¢s broncas, reproches y m¨¢s reproches. De la caldera no sac¨® provecho el cuadro rojiblanco, que mientras hubo partido, o lo que fuera, se vio por dos veces a un gol de superar la eliminatoria. Luego, tras un tiempo de calentones, ya no le qued¨® otra que aceptar su suerte. No hubo segundo tramo, el reto se hab¨ªa liquidado en el cuadril¨¢tero del primer tiempo y en su derivada en el t¨²nel de vestuarios, donde Gabi fue expulsado. Tal fue la temperatura del choque que de la cr¨®nica de sucesos no se libr¨® ni Ansaldi, que no estaba convocado, pero acab¨® en comisar¨ªa por un incidente policial fuera del estadio. De traca.
Atl¨¦tico, 2-Barcelona, 3
Atl¨¦tico: Oblak; Juanfran (Jes¨²s G¨¢mez, m. 58), Miranda, Gim¨¦nez, Siqueira; Garc¨ªa, Gabi, Su¨¢rez, Arda Turan (Cani, m. 63); Torres y Griezman (Sa¨²l, m. 46). No utilizados: Moy¨¤; Lucas, Mandzukic y Jim¨¦nez.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqu¨¦, Mascherano (Mathieu, m. 62), Alba; Rakitic (Rafinha, m. 70), Busquets, Iniesta; Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar (Pedro, m. 77). No utilizados: Masip; Adriano, Bartra y Xavi.
Goles: 1-0. M. 1. Torres. 1-1. M. 9. Neymar. 2-1. M. 30. Ra¨²l Garc¨ªa, de penalti. 2-2. Miranda (propia puerta). 2-3. M. 42. Neymar.
?rbitro: Gil Manzano. Expuls¨® a Gabi en el descanso y a Mario Su¨¢rez (m. 84) por doble amarilla. Amonest¨® a Ra¨²l Garc¨ªa, Mascherano, Messi, Turan, Alves, Siqueira, Gim¨¦nez, Cani
Unos 55.000 espectadores en el Calder¨®n.
La trama pill¨® a un ¨¢rbitro superado, tan capaz de ver penaltis donde no hab¨ªa como de pasar por alto los fet¨¦n. Tan comprensivo para perdonar patadas flagrantes de Mario Su¨¢rez a los tobillos de Messi como inflexible para condenar a La Pulga por desairar al bal¨®n con un punterazo. Atiza que atiza la hoguera, no estuvieron a salvo ni los linieres, que lo mismo arrearon sin querer a Jordi Alba con el m¨¢stil del bander¨ªn que se libraron de un zapatazo de Arda, que, desquiciado en medio de tanta turba arroj¨® uno de sus botines contra un asistente. Antes, ya hab¨ªa sido expulsado Gabi en el t¨²nel de vestuarios, rumbo al descanso tras otra gresca, esta vez incendiada por Ra¨²l Garc¨ªa y Neymar.
A todo esto, cinco goles en un cap¨ªtulo, alguno propio de este Billy El Ni?o en que se ha convertido Fernando Torres, al que en esta Copa le ha dado por marcar goles a la velocidad de Bolt, con el cron¨®metro en fr¨ªo. Una locura de primer tiempo, un combate silvestre en el que se libraron mil batallas. Con 2-3 y el Atl¨¦tico en inferioridad, ya no hubo m¨¢s partido, solo cab¨ªa cruzar los dedos por una tregua que evitara m¨¢s disgustos para unos u otros. Los t¨¦cnicos protegieron a Neymar y Arda, que se hab¨ªan puesto en la diana. Pero no se contuvo Mario Su¨¢rez, que a la tercera que caz¨® a Messi, Jes¨²s Gil, que as¨ª se llama el colegiado, le expuls¨®. Por entonces, el Bar?a ya se limitaba a evitar zonas de conflicto.
El gol supers¨®nico de Torres al medio minuto anticip¨® el zafarrancho que se avecinaba. Los centinelas de Simeone no estaban dispuestos a que el tiempo menguara su destino. A toda mecha desde la primera bocanada. Mascherano fall¨® un pase diagonal hacia Messi, Siqueira lleg¨® como una manada y revent¨® el bal¨®n. La pelota, con las costuras pateadas, le lleg¨® al Ni?o, que se sacudi¨® al propio Mascherano y ajust¨® el remate a la red. Como en la vuelta anterior en el Bernab¨¦u, otra vez Torres como el mes¨ªas rojiblanco. El Bar?a apenas lograba ni ganar las cuerdas para el refugio. Su adversario met¨ªa mecha en cada jugada. Hasta que Messi recibi¨® por primera vez con aire, sac¨® la cadena a Mario Su¨¢rez, combin¨® con Su¨¢rez y el uruguayo adivin¨® el atajo hacia el gol de Neymar por la v¨ªa central. El brasile?o, que encima est¨¢ afilado, no es de los que tiriten con el gol a la vista.
De la cr¨®nica de sucesos no se libr¨® ni Ansaldi, que no estaba convocado, pero acab¨® en comisar¨ªa por un incidente policial. De traca
Pese al empate, no se rebaj¨® el cuadro local. En el "cholismo" no se concibe la rendici¨®n. Eso es un ultraje, as¨ª que al Bar?a le cost¨® hasta discutir la posesi¨®n, su principal credo. Sin migas de Busquets e Iniesta, el conjunto azulgrana cuidaba como pod¨ªa el rancho a la espera de sus tres tenores de ataque, a los que ten¨ªa tiesos Gim¨¦nez, ese prometedor God¨ªn, ganador de casi todos los asaltos. Enfrente, el Atl¨¦tico presionaba al toque de corneta de Torres, muy activo, el cord¨®n emocional con la hinchada. Su¨¢rez y Gabi apretaban muy alto, con claros a sus espaldas, pero nadie recomend¨® a Messi claudicar en la banda para ocupar la espalda de los dos medios centros colchoneros, lo que hubiera abierto una fuga considerable en las filas locales. Messi siempre es la mejor salida de urgencia. Colapsado el Bar?a, al que le anularon un gol a Neymar por un presunto fuera de juego, por un me?ique si acaso, el Atl¨¦tico, a lo suyo, con la vida en juego en cada jugada, encontr¨® la recompensa en un penalti que no lo fue. Acert¨® Ra¨²l Garc¨ªa y de nuevo el equipo estaba a un gol de la cumbre.
Tan tenso y dislocado iba el partido que no hab¨ªa pron¨®stico posible. La prueba es que desde los tiempos de Altamira los saques de esquina son patrimonio rojiblanco en las dos ¨¢reas, mientras que para los azulgrana son puramente accidentales en ataque y un engorro en defensa. Esta vez, hizo bingo. Por supuesto, sin voluntad, porque Miranda se equivoc¨® de porter¨ªa y dio carrete hacia su red a un cabezazo de Busquets. Otra cima que salvar para el Atl¨¦tico, que tampoco esta vez sac¨® bandera blanca. Griezmann tuvo el 3-2, pero su remate lo desvi¨® Jordi Alba con los codos. Con el franc¨¦s desga?itado por el evidente penalti y Jordi Alba en estampida hacia la meta de Oblak, el Bar?a arm¨® una contra con Messi al frente y Neymar cerr¨® el marcador a pase del lateral zurdo azulgrana, que lleg¨® con el turbo. Del posible 3-2 al 2-3 instant¨¢neo.
El tumultuoso partido requer¨ªa un poco de sosiego. Cab¨ªa prever que el descanso enfriara el asunto. Pero el encuentro no estaba para templar gaitas. De ida al vestuario se arm¨® la marimorena y Gabi fue expulsado. "Solo le pregunt¨¦ si lo de Alba no era penalti y expulsi¨®n", dijo el capit¨¢n, que desliz¨® que los piques con Neymar obedec¨ªan, seg¨²n ¨¦l, a la teatralidad. Jes¨²s Gil se tom¨® a mal las palabras de Gabi, por lo que se vio. Fin de partido y fin de eliminatoria. Y, de paso, el tel¨®n para un duelo inflamado como pocos. Una tormenta que tendr¨¢ consecuencias tras una noche de locos en el Calder¨®n.
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