La m¨¢quina de correr
Las pruebas de Bale exaltan condiciones que no tiene ning¨²n otro en la plantilla, pero Ancelotti observa que el f¨²tbol no es atletismo
El presidente madridista, Florentino P¨¦rez, se qued¨® admirado de las pruebas m¨¦dicas que demostraban que Gareth Bale era un genio del atletismo. Siguiendo la estela del entusiasmo presidencial, el a?o pasado la directiva del Madrid envi¨® un emisario para que hablara con el entrenador, Carlo Ancelotti, y le sugiriera que explotara las cualidades f¨ªsicas del futbolista emple¨¢ndole en el mediocampo. El t¨¦cnico fue consultado por las posibilidades de Bale de desempe?ar el papel que hizo Di Mar¨ªa durante tres temporadas en el club, recorriendo la banda derecha en defensa y en ataque en funciones de interior o extremo. Di Mar¨ªa salvaba kil¨®metros como un keniata. Pero Bale, seg¨²n los registros, ten¨ªa m¨¢s coraz¨®n, m¨¢s pulmones, y m¨¢s piernas que el argentino. ?Entonces por qu¨¦ no pod¨ªa jugar de volante en el 4-4-2? Hace m¨¢s de un a?o que Ancelotti se da ma?a para conseguir que Bale juegue en el mediocampo. A duras penas.
Bale lleg¨® a Espa?a precedido por la fama de prodigio. Los funcionarios del Real Madrid sab¨ªan que el gal¨¦s pose¨ªa unas condiciones cardiovasculares excepcionales. Cuando el club le fich¨®, en septiembre de 2013, la revisi¨®n m¨¦dica se convirti¨® en un acontecimiento. Puestos a examinar un organismo raro, inspirados por el af¨¢n cient¨ªfico, los doctores dispusieron una prueba de esfuerzo singular. Normalmente programan la cinta para que los futbolistas corran 15 minutos como m¨¢ximo, y a partir de los diez minutos iniciales inclinan la rampa hasta los 12 grados. Esos ¨²ltimos metros cuesta arriba son los m¨¢s exhaustivos. Obligan al coraz¨®n m¨¢s resistente. Los m¨¢s fuertes se agitan y sudan. Pero Bale fue diferente. Seg¨²n los testigos, Bale, si acaso, sud¨® un poquito porque en el hospital ¡°hac¨ªa calor¡±.
La constituci¨®n f¨ªsica convierte al gal¨¦s en el corredor ideal de entre 100 y 400 metros
En lugar de programar la cinta para 15 minutos, los m¨¦dicos elevaron la rampa a 12 grados a partir de los diez minutos y mantuvieron a Bale corriendo hasta que el cron¨®metro se?al¨® 20 minutos. Cinco minutos extra pueden indicar muchas cosas. Nadie hab¨ªa corrido tanto en esa m¨¢quina. Y nadie acab¨® m¨¢s indiferente al esfuerzo. El jugador brit¨¢nico daba zancadas como si no esperase un final. Cuando le frenaron la cinta se mostr¨® casi desconcertado. Los m¨¦dicos tuvieron la sensaci¨®n de que habr¨ªa seguido trotando cuesta arriba una hora m¨¢s. No hab¨ªan visto nada igual. El hombre estaba fresco.
La constituci¨®n f¨ªsica, la forma de sus miembros, los apoyos, convierten a Bale en el corredor ideal de distancias de entre 100 y 400 metros. Los preparadores f¨ªsicos opinaron que en estos segmentos es m¨¢s completo incluso que Cristiano. El portugu¨¦s tiene m¨¢s fuerza explosiva, pero no es tan eficaz para sostener la velocidad m¨¢s all¨¢ de los 30 metros.
La noticia de la prueba de esfuerzo de Bale alcanz¨® el vestuario y destil¨® en chanzas. Los compa?eros comenzaron a llamarle Forrest Gump. Los dones atl¨¦ticos de Bale eran y son fabulosos. Pero Ancelotti despach¨® los informes cient¨ªficos con incredulidad. Aleg¨® que no es lo mismo correr sin bal¨®n que correr con una pelota que se disputan otras 21 personas con los pies. Y no es lo mismo Bale que Di Mar¨ªa porque Bale no fich¨® por el Madrid para hacer lo que hac¨ªa Di Mar¨ªa. La voluntad es determinante. Hasta el capit¨¢n, Iker Casillas, le pide a Bale que baje a ayudar en defensa. A veces con ¨¦xito. Otras no. El d¨ªa de la visita del Sevilla al Bernab¨¦u, el gal¨¦s hizo callar al portero con un gesto intempestivo.
¡°Siempre jugamos con un 4-4-2 en defensa, con Isco a la izquierda y Bale a la derecha¡±, dice Ancelotti. Esos son los planes. Isco cumple siempre. Bale, a veces. Florentino P¨¦rez est¨¢ convencido de que si hay un responsable de que Bale no corra hacia atr¨¢s no es el jugador. Y Ancelotti, que parece resignado a asumir culpas, lo sabe perfectamente.
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