De lo que hablan los que corren
Zapatillas, entrenadores, maratones: lo que late debajo del fen¨®meno del ¡®running¡¯
Cuando los publicitarios de Pao, gimnasia facial, le pidieron a Cristiano Ronaldo que probara en su boca el aparatito que iba a promocionar y que millones de japoneses menean a diario ¡ªuna especie de bola que se mete en la boca con dos enormes h¨¦lices a ambos lados de la esfera que se agitan al ritmo de la cabeza que asiente: as¨ª, dicen los fabricantes, se fortalecen los m¨²sculos de los maxilares y la sonrisa surge enorme y espont¨¢nea¡ª, el delantero portugu¨¦s se ech¨® a re¨ªr y les dijo que ¨¦l estaba para cobrar, no para hacer el rid¨ªculo, que ¨¦l ten¨ªa su dignidad.
Por ello, en todos los grandes almacenes de Tokio, en la estanter¨ªa de Pao se proyecta un v¨ªdeo en el que cantidad de an¨®nimos mueven el artilugio con la boca y en el que Cristiano aparece como estrella final, con el Pao en la mano y luciendo sonrisa, amplia, musculada y falsa.
En un d¨ªa fr¨ªo, h¨²medo y gris, 35.000 corredores participan en el marat¨®n de Tokio
Al mismo tiempo, ayer, domingo fr¨ªo, h¨²medo y gris en la capital japonesa, hermosa la hierba amarilla en los jardines del Palacio Imperial bajo los pinos, los podados bons¨¢is gigantescos observan silenciosos la carrera de miles de maratonianos que suben y bajan por la inmensa recta de Uchibori Dori. Son 35.000, algunos espa?oles. Solo unos cuantos, 5.000 o 6.000 de entre todos, los que aceleran vestidos de Naruto, ni?as de manga, Doraemon y hasta de Michael Jackson con c¨¢mara de selfie grabando, corren con la sonrisa de extra?a felicidad que les pide el disfraz; los dem¨¢s, con la m¨¢scara de dolor no fingido que procura el esfuerzo ag¨®nico y la voluntad de no parar. Seguramente, todos ellos habr¨¢n le¨ªdo, no dejan de ser japoneses, el Murakami ese de qu¨¦ hablo cuando hablo de correr, y habr¨¢n respondido que, siguiendo a Carver como el escritor local, ellos hablan de amor (y de sufrimiento, claro, unidos sin remedio).
O de religi¨®n y patria, de c¨®mo, desde hace 100 a?os casi, desde el primer ekiden (pruebas por relevos que ocupan a millones de japoneses, sus empresas, institutos y universidades), la carrera de fondo en asfalto ¡ªen Jap¨®n no hay parques para practicar el cross, solo ciudad tras ciudad¡ª forma parte de su japonesidad. Otros que no corrieron pero viven del correr, habla de otras cosas.
En Jap¨®n no hay parques para practicar el cross, solo ciudad tras ciudad
Cuando habla de correr, Tsuhoshi Nishiwaki habla tambi¨¦n de coraz¨®n, pero su coraz¨®n no es de sangre y pasi¨®n, sino de goma, caucho, qu¨ªmica, y pl¨¢sticos sint¨¦ticos, pol¨ªmeros y poros espumosos de decenas de colores, resilencias, durezas y blanduras, de almohadillado, estabilidad, agarre, flexibilidad, ajuste, duraci¨®n, ventilaci¨®n y ligereza. Su coraz¨®n es una esponja que su ni?a deslizaba en la ba?era, lo que le permiti¨® descubrir c¨®mo la deformaci¨®n conduce a la comodidad, y un donut, un anillo de espirales, la base de la estabilidad y del gel Kayano, ya va por su 21? versi¨®n. Su coraz¨®n es una zapatilla de deporte de marca Asics, que ¨¦l, que dirige el instituto cient¨ªfico y de investigaci¨®n en Kobe, junto a Osaka, se encarga de dise?ar a?o tras a?o. Y ¨¦l, el se?or Nishiwaki cree que sus zapatillas no son solo su vida, sino la raz¨®n de que si los maratonianos sufren no es porque les duelen los pies, sino el cuerpo.
Y son tan importantes para ¨¦l, la zapatilla y el laboratorio biomec¨¢nico, que ha invitado a una veintena de periodistas de todo el mundo, entre ellos, al de EL PA?S, a visitarlo y admirarse. Son importantes por razones sentimentales, como se comprueba visitando el museo de la marca tambi¨¦n en Kobe, que parte de unas zapatillas de baloncesto imitaci¨®n de las Converse norteamericanas, el primer producto que en la posguerra fabric¨® el fundador, Kihachiro Onitsuka, y las llam¨® Tiger. Y sigue con las zapatillas de voleibol que tanto les gustan a los saltadores de longitud, o las Tiger que machac¨® hace casi 50 a?os Derek Clayton para convertirse en el primer atleta que baj¨® de 2h 10m en marat¨®n o las que le ensambl¨® de un d¨ªa para otro al Lasse Viren de las dos medallas de oro en Montreal 76. Lo que demuestra, tambi¨¦n, que el coraz¨®n sigue siendo el alma del atleta. Asics vende unos 100 millones de pares de zapatillas de fondo al a?o en todo el mundo, a unos 100 euros de media por par, lo que da una idea tanto del negocio que representa para la que es la tercera marca del mundo tras Nike y Adidas, como de la extensi¨®n de la as¨ª llamada moda del running, que tanto transforma el paisaje urbano dominical en tantas ciudades, espa?olas tambi¨¦n.
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