Las ca?er¨ªas del Bar?a funcionan muy bien
El ca?o no es una jugada cualquiera en el f¨²tbol. No es una provocaci¨®n aunque lo parezca, ni una ocurrencia manierista
Cuando yo era un cr¨ªo de nueve a?os, en mi barrio del Abasto de Buenos Aires, exist¨ªa una forma de distracci¨®n que consist¨ªa en hacer un c¨ªrculo y pasarnos un bal¨®n unos a los otros con alguien en el medio tratando de quit¨¢rnoslo. El que interceptaba el bal¨®n dejaba el centro para pasar a disfrutar con su nueva posici¨®n. As¨ª, hasta que nos cans¨¢bamos y pas¨¢bamos a jugar un partidillo. Todo esto ocurr¨ªa en la calle. A ese ejercicio le llam¨¢bamos ¡°medio¡±. ¡°?Hacemos un medio?¡±, era la pregunta de rigor, cada tarde, despu¨¦s del colegio. As¨ª que el famoso rondo que hizo escuela en el Bar?a, en mi barrio se llamaba medio. En el partidillo se impon¨ªa otro ejercicio m¨¢s insolente. Y m¨¢s necesario, porque adem¨¢s de contrarios, hab¨ªa que sortear coches. El ca?o.
En el Bar?a de los ¨²ltimos a?os, el medio, adem¨¢s de clave de su filosof¨ªa futbol¨ªstica, es esa exasperante minis-asociaciones que urden sus jugadores para controlar el partido, para ralentizarlo o para llegar a la porter¨ªa contraria, donde sus defensas ven la pelota cuando ya los ha esquivado. ?ltimamente en el Bar?a comienza a contagiarse el uso indiscriminado del ca?o. Cre¨ªmos por un momento que Aimar era el due?o absoluto del invento. Pero en recientes partidos, Messi se sum¨® a la fiesta. Ahora, desde el partido contra el PSG, parece que Luis Su¨¢rez, no queriendo ser menos, le propin¨® dos consecutivos a David Luiz como para retirar al zaguero m¨¢s intratable.
Cre¨ªmos por un momento que Aymar era el due?o absoluto del invento del ca?o. Pero en recientes partidos, Messi se sum¨® a la fiesta
El ca?o no es una jugada cualquiera en el f¨²tbol. No es una provocaci¨®n aunque lo parezca, ni una ocurrencia manierista. Es la ¨²nica que puede atravesar a una figura de carne y hueso. Y es la ¨²nica que hace que bal¨®n y jugador se separen y se reencuentren en fracci¨®n de d¨¦cimas de segundos para acortar distancia hacia la porter¨ªa adversaria. El ca?o parece un adorno, pero no lo es. Es un dispositivo para ahorrar tiempo y espacio. Es una elipsis.
Aimar, Su¨¢rez y Messi entregados al mismo arte del escapismo. Ni Houdini lo hubiera mejor har¨ªa mejor.
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