Ensayo general en los Alpes
Victoria del franc¨¦s Pinot en la etapa reina, en la que Froome controla y Quintana aguanta
Suele decir Nairo Quintana que los ataques los debe dictar la cabeza del ciclista, no sus piernas, que enga?an con s¨²bitos sentimientos de invencibilidad. Subiendo Champex-Lac, el ¨²ltimo gran puerto de la gran etapa del Tour de Romand¨ªa, la cabeza del escalador colombiano le dijo donde deb¨ªa atacar, y donde realmente atac¨®. Las piernas, sin embargo, no obedecieron, lo que muestra lo complicado que es el ciclismo.
Seguramente Chris Froome se proclamar¨¢ ma?ana domingo, despu¨¦s de una contrarreloj de 20 kil¨®metros quebrados en Lausana, entre el lago y su estaci¨®n, se proclamar¨¢ ganador por tercera vez consecutiva del Tour de Romand¨ªa, lo que le permitir¨¢ afrontar las concentraciones del mes de mayo con la moral reforzada y pensando en el Tour con optimismo. Para ello, el brit¨¢nico de Kenia solo necesitar¨¢ superar los 14s en que le aventaja el sorprendente corredor que los Alpes de Valais y sus vi?edos de pinot noir eligieron como l¨ªder de la carrera bajo la lluvia y el fr¨ªo en la etapa reina, el ruso Ilnur Zakarin, conocido como el ?guila de Naberejnie Tchelny, alto y zancudo, puro hueso y fibra. Zakarin, de 25 a?os, purg¨® dos a?os de suspensi¨®n por dopaje entre 2009 y 2011 y ya se luci¨® hace un mes en la Vuelta del Pa¨ªs Vasco. En Romand¨ªa no gan¨® la gran etapa, premio que se llev¨® el que m¨¢s lo mereci¨®, el escalador franc¨¦s Thibaut Pinot, quien atac¨® lejano y fuerte, a cinco kil¨®metros de la cima de Champex-Lac, cuando en el grupo de cabeza solo quedaban los m¨¢s fuertes. Pinot, tde 24 a?os y tercero en el pasado Tour, volvi¨® a ganar una gran etapa tres a?os despu¨¦s de su impresionante irrupci¨®n entre los mejores en el Tour de 2012.
Quedaban, sobre todos, dos ganadores de Tour, Vincenzo Nibali, a quien acompa?aba su fiel Michele Scarponi, y Chris Froome, quien debi¨® manejarse solo. Y quedaba uno que aspira a formar parte de su clan, el colombiano Nairo Quintana, para quien el d¨ªa m¨¢s importante del Tour de Romand¨ªa termin¨® convirti¨¦ndose en una jornada de ensayo general pensando en el Tour. Y ello, quiz¨¢s, a su pesar, pues su equipo trabaj¨® para conseguir algo m¨¢s.
El equipo de Quintana, el Movistar dirigido por Jos¨¦ Luis Arrieta, endureci¨® la carrera en el pen¨²ltimo puerto, la Petite-Forclaz, corto, estrecho y muy duro, el m¨¢s duro del d¨ªa. All¨ª sufri¨® Froome y sigui¨® sufriendo al comienzo de la ¨²ltima subida, en su tramo m¨¢s duro, cuando entre Jonathan Castroviejo y Winner Anacona consiguieron la gran selecci¨®n. Sus compa?eros le dejaron a Quintana d¨®nde estaba previsto y con qui¨¦n estaba previsto: el ataque deber¨ªa ser lejano porque el objetivo no era ganar la etapa, sino la clasificaci¨®n general.
Quintana intent¨® atacar a falta de siete kil¨®metros para ganar la etapa y la general, pero no logr¨® despegarse
Y, a poco m¨¢s de siete kil¨®metros para la meta, en el repecho m¨¢s duro, Quintana atac¨® aparentemente f¨¢cil. Lo prob¨® dos o tres veces, pero no pudo sino descremar el grupo, dejarlo en poco m¨¢s de media docena de corredores de los que no pudo despegarse. ¡°Y entonces decidi¨® que para que todos fueran a su rueda no ten¨ªa sentido seguir tirando¡±, dice Arrieta, su director. Y entonces decidi¨® dejar la responsabilidad. Primero la tom¨® Scarponi, que aguant¨® hasta que su jefe, Nibali, le dijo que no pod¨ªa m¨¢s; despu¨¦s fue Froome, que sab¨ªa que solo as¨ª ganar¨ªa su tercer Romand¨ªa. No sali¨® el brit¨¢nico a por Pinot ni despu¨¦s a por Zakarin. Simplemente mantuvo, con el viento de cara en la ya ancha y tendida carretera, el ritmo, con los fugados siempre a vista. Quintana, que hab¨ªa esperado que alguno le llevara hacia los fugados, se coloc¨® a rueda y aguant¨®, (¡°estuvo ah¨ª¡±, dice Arrieta) y estudi¨®, sabiendo que la situaci¨®n corrida en los Alpes suizos se podr¨¢ repetir seguramente en el Tour.
Quien no aguant¨® fue el otro gran colombiano, Rigo Ur¨¢n, quien, con Nibali, cedi¨® 33s al grupo de Froome y Quintana, ahora quinto en la general, siempre a 40s del brit¨¢nico, los cedidos en la contrarreloj por equipos.
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