El ecosistema Messi
El argentino, abrigado por sus compa?eros, se mueve a su antojo por el campo para desequilibrar los encuentros
El protocolo del Barcelona dice que durante los viajes del equipo Messi ¨Ctambi¨¦n Neymar y espor¨¢dicamente Luis Su¨¢rez y Alves- debe tener a su lado un guardaespaldas, al menos en los pocos tramos que los jugadores se exponen al aficionado, en el paseo dentro del aeropuerto hasta alcanzar el mostrador del vuelo; en los escasos metros desde que abandonan el autob¨²s hasta llegar al hotel. Es por seguridad y tambi¨¦n es por liberar un poco el paso del argentino, solicitado por todos para un selfie, para que les firme una camiseta o simplemente para pasarle el brazo por encima. Y Messi, paciente, se deja hacer una foto, estampa alguna firma y reparte sonrisas como hizo al llegar al hotel de C¨®rdoba. Luego, se escabulle y desaparece. Es una habilidad que tambi¨¦n logra en el c¨¦sped, casi siempre atado por uno o por dos y casi siempre airoso de los retos que le plantean. Como demostr¨®, una vez m¨¢s, frente al C¨®rdoba.
Leo tiene esa capacidad y esa libertad para poder moverse desde la derecha al centro¡± Mascherano
Al iniciar la temporada, Luis Enrique fue de lo m¨¢s expl¨ªcito cuando le requirieron por la movilidad de Leo, si seguir¨ªa en el frente del ataque o actuar¨ªa m¨¢s de enganche. ¡°Tiene la libertad para moverse por donde quiera, ¨¦l decide¡±, resolvi¨® el entrenador azulgrana; ¡°lo ¨²nico que ha de vigilar es que no se desequilibre el equipo¡±. Ocurre que a Messi poco le importa eso, sobre todo porque el equipo juega para ¨¦l tanto con el bal¨®n como sin ¨¦l. Es decir, que en el ataque es la referencia y en defensa tiene otro tipo de guardaespaldas porque rara vez no corre Luis Su¨¢rez o el volante m¨¢s pr¨®ximo a ocupar su hueco. Todo un ecosistema Messi que funciona de rechupete y que se traduce en un Bar?a de lo m¨¢s incisivo en la fase ofensiva y solidario en la defensiva. ¡°Leo tiene esa capacidad y esa libertad para poder moverse desde la derecha al centro. Y teniendo jugadores delante hace que se libere su juego y tenga m¨¢s chances de uno contra uno. As¨ª se le ve m¨¢s¡±, explica Mascherano, que mueve las manos en zigzag como si fuera el 10.
La expresividad de Messi en el campo, sin embargo, se ha acentuado en este curso. ¡°Es que en la banda no lo fijan los centrales y no hay otros dos mediocentros que le encimen. All¨ª s¨®lo tiene a uno y entonces es imparable¡±, cuenta Piqu¨¦. Pero que recalara en el costado fue una decisi¨®n del propio futbolista, que entendi¨® que Luis Su¨¢rez era m¨¢s bien torp¨®n lejos de su h¨¢bitat, lejos del ¨¢rea. As¨ª, le transmiti¨® a Luis Enrique su decisi¨®n y as¨ª se hizo porque era un movimiento por el bien com¨²n. ¡°Estamos hablando de alguien que entiende este deporte como ninguno. Dentro del campo ve cosas que los normales no vemos y por eso es el mejor del mundo¡±, se deshace Mascherano.
Inteligente y maduro, le dej¨® tirar el penalti a su amigo Neymar sin mirar la lucha por el Pichichi con Cristiano Ronaldo
Inteligente y maduro, que por algo ante el C¨®rdoba le dej¨® tirar el penalti a su amigo Neymar sin mirar la lucha por el Pichichi con Cristiano Ronaldo, Messi se acoge a la libertad absoluta sobre el tapete para reivindicarse cada d¨ªa como un futbolista nuevo: en ocasiones hace de ariete; en otras, ayuda en la composici¨®n del juego; pocas veces se limita al carril derecho; y las m¨¢s act¨²a de enganche con diagonales imparables y pases definitivos (lleva 18 asistencias en la Liga, cuatro en Copa y otras tantas en la Champions). Ante el Atl¨¦tico en Copa, por ejemplo, martiriz¨® al lateral G¨¢mez, lo mismo que a Clichy frente al Manchester City en el Etihad Stadium; y, sin ir m¨¢s lejos, ¨¦l solo se ha bastado para descomponer al Espanyol y al C¨®rdoba como mediapunta, con pases filtrados por dentro a las carreras de Alba, Neymar o Su¨¢rez.
Messi tiene la palabra y la decisi¨®n ¨C¡°es un escoge¡±, como dir¨ªa el t¨¦cnico Louis Van Gaal en su ¨¦poca azulgrana- y el equipo encaja el resto de las piezas. Y Leo es feliz y se preocupa de que no se resquebraje su libertad ni su ecosistema, como demostr¨® al final del encuentro cuando cogi¨® la pelota y se preocup¨® de d¨¢rsela a Luis Su¨¢rez, que firm¨® su primer triplete con el Barcelona.
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