Donde naci¨® el mito

Cuando termin¨® la etapa y Pedro Delgado, su Perico, nuestro Perico, levanta los brazos como ganador inesperado de la Vuelta, Txomin Perurena, el director del Orbea, su equipo, proclama: "Ha sido la victoria del patriotismo". Detr¨¢s resuena el vozarr¨®n de Rafa Carrasco, director del Kelme, cuyo gigantesco rodador, Pepe Recio, ha ayudado en el llano al segoviano. "Ha ganado Perico, que es de otro equipo, pero para m¨ª es como si fuera del Kelme, porque es espa?ol. Ha ganado un espa?ol y yo le he ayudado".

Era el 11 de mayo de 1985. Nac¨ªa un mito. Las huestes nacionales encabezadas por un escalador segoviano con personalidad y valor han derrotado a un escoc¨¦s con coleta y pendiente, un brillante en una oreja, de quien, cuando a?os despu¨¦s dej¨® de ser Robert Millar para convertirse en Philippa York con una operaci¨®n de cambio de sexo, aquellos dijeron: "Ya sab¨ªa yo que el chico ten¨ªa algo raro".

Cuando termin¨® la etapa, el chico, que hab¨ªa sido Rey de la Monta?a en el Tour, se meti¨® en el coche de su equipo y solo dijo una palabra, "?Shit!".

Treinta a?os m¨¢s tarde, Perurena, recordaba ese d¨ªa. "C¨®mo para no decir lo del patriotismo", dice el guipuzcoano, grande como ciclista y como director. "Si cuando hablaba Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa en la radio aquello parec¨ªa m¨¢s un mitin de Blas Pi?ar...".

Fue la pen¨²ltima etapa de la Vuelta del 85. Robert Millar, el l¨ªder del Peugeot, comienza el ¨²ltimo d¨ªa complicado vestido de amarillo con una ventaja de 10s sobre el segundo, el colombiano del Zor Pacho Rodr¨ªguez, y 1m 15s sobre Peio Ruiz Cabestany, compa?ero de Perico en el Gin MG-Orbea. El segoviano est¨¢ muy lejos en la general, a 6m 13s. Millar le conoce bien, pues hab¨ªa pugnado con ¨¦l por el maillot de Rey de la Monta?a en el Tour (perdi¨® Perico por abandono, con la clav¨ªcula rota bajando el Joux Plane), pero no le teme: est¨¢ demasiado lejos y entre ¨¦l y el podio final de Salamanca solo se interponen tres puertos de la sierra madrile?a, Morcuera, Cotos y el Alto del Le¨®n, antes de descender a las Destiler¨ªas DYC, junto a Segovia.

"Por eso, cuando, en el falso llano entre Cotos y Navacerrada, en medio de la niebla, atac¨® Perico, Millar no se movi¨®. Se qued¨® marcando a Pacho y Peio, que eran los peligrosos", dice Javier M¨ªnguez, entonces director del Zor. Millar estaba aislado, sin compa?eros de equipo, porque hab¨ªa sufrido un par de percances mec¨¢nicos subiendo Cotos y sus gregarios se hab¨ªan desgastado devolvi¨¦ndolo al pelot¨®n. "Y entonces, el director del Peugeot, Roland Berland, uno que hab¨ªa sido ciclista con Oca?a en el Bic y al que todos llam¨¢bamos Mortadelopor las gafas que llevaba, se me acerc¨® y me dijo que ¨¦l no pensaba tirar a por Perico, que si quer¨ªa que tirara yo para defender el segundo puesto de Pacho... Y yo le dije que se le estaba yendo la carrera de las manos y que yo no pensaba mover a los m¨ªos. Con la que se estaba liando, si pongo yo a tirar a mi equipo habr¨ªa cometido un pecado mortal. Me habr¨ªan expulsado de Espa?a".

El gesto de permitir la fuga de Perico le cost¨® a M¨ªnguez que el colombiano terminara tercero. "Berland era un ignorante", dice el t¨¦cnico. "En la etapa de Alto de Campoo iban en fuga Millar y Pacho, y va Millar y ataca al m¨ªo, una bobada, porque pod¨ªan haber subido juntos. Y va y me dice Berland, 'mira, mira a Millar, sube como Merckx, como Merckx'. Pacho recuper¨® el terreno y alcanz¨® al escoc¨¦s. Y le dije a Berland: 'S¨ª, como Merckx, ya veo...".

"La verdad es que ning¨²n equipo espa?ol se atrevi¨® a perseguir a Perico", recuerda Perurena. "Ten¨ªan miedo a lo que dijeran las radios, y del Panasonic, el ¨²nico equipo extranjero que pod¨ªa ayudar a Millar, ya me encargu¨¦ yo...".

La verdad es que ning¨²n equipo espa?ol se atrevi¨® a perseguir a Perico" Txomin Perurena,? director del Orbea

Perico recuerda, 30 a?os despu¨¦s, peque?os detalles, no de la etapa, sino del ambiente que se cre¨® los d¨ªas siguientes. "Como la etapa acababa en una destiler¨ªa de whisky, se dec¨ªa aquello de que el whisky espa?ol es mejor que el escoc¨¦s, y cosas as¨ª", dice. "Pero lo que no creo es que yo ganara por la alianza espa?ola, sino porque el director de Millar no estuvo a la altura. Pese a que Ram¨®n Mendiburu, por radio vuelta, fuera dando las referencias que a m¨ª me contaban los de las motos de las radios y mi entrenador, Jos¨¦ Luis Pascua, que iba en el coche del equipo con la fuga, Berland no supo reaccionar. Pens¨® que ten¨ªa la Vuelta ganada y no avis¨® a Millar de que yo me acercaba a los seis minutos. Por eso Millar ni aceler¨® ni apret¨®, ya estaba de festejo, hasta que a falta de muy pocos kil¨®metros se dio cuenta su director de lo que pasaba, pero ya era tarde".

Perico, segoviano y escalador, solo hab¨ªa intentado ganar la etapa para alegrar a sus paisanos, pero hab¨ªa terminado ganando la Vuelta imposible y convertido en un personaje ¨²nico por el que se pegaban todos los medios: el ciclismo era entonces el deporte m¨¢s popular. Sobre ¨¦l, sobre Perico, un chico de ideas claras y sin miedo a la hora de pronunciarse, intent¨® construir Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, el dios de las ondas, un ¨ªdolo a su manera. Y tropez¨®, claro. "Esta noche te he organizado una fiesta en el acueducto con el alcalde de Segovia", le dijo a Perico al d¨ªa siguiente, el domingo 12 de mayo, en Salamanca, donde hab¨ªa terminado la Vuelta. "Te llevar¨¦ en helic¨®ptero. Ser¨¢ un espect¨¢culo sensacional". Y Perico le mir¨® fijo y le dijo: "Lo siento, Jos¨¦ Mar¨ªa, pero me han llamado antes de Televisi¨®n Espa?ola, me quieren en sus estudios a las nueve para entrar en el Telediario". Delgado fue capaz de decirle no a Garc¨ªa: el mito ya estaba completo.