En M¨²nich se sue?a con Berl¨ªn
La expedici¨®n del Barcelona y los aficionados de ambos equipos viven la jornada del partido con intensidad y con la final europea en el entrecejo
Las calles de M¨²nich huelen a f¨²tbol. Seguidores locales y 3.500 aficionados barcelonistas que han ido llegando de manera escalonada a la ciudad, la han te?ido de rojo y tambi¨¦n de azulgrana, convirtiendo la capital b¨¢vara en un sue?o camino de Berl¨ªn, donde el pr¨®ximo d¨ªa 6 de junio se disputar¨¢ la final de la Champions. Parte con ventaja el Barcelona y eso se ha notado incluso en la expedici¨®n oficial del Barcelona, que desembarc¨® ayer en la ciudad con 10 directivos y con el presidente Josep Maria Bartomeu a la cabeza, dispuestos a descorchar botellas de cava esta medianoche cuando regresen. En el vuelo, adem¨¢s, viajaron los familiares de algunos futbolistas, no muchos, y las esposas del cuerpo t¨¦cnico, tambi¨¦n la madre de Luis Enrique, que dijo tomarse el partido como uno cualquiera aunque no lo sea.
De hecho, Luis Enrique se ha tra¨ªdo a M¨²nich a todos los futbolistas del primer equipo, incluido Vermaelen, que por vez primera aparece este a?o en un viaje. Del mismo modo, tambi¨¦n ha invitado a los tres futbolistas del filial que han participado al menos en un minuto en el camino a este punto de la competici¨®n, es decir, Sandro, Munir y Samper. Entre tanto jugador y los 30 componentes del staff, el autocar oficial del equipo se qued¨® en Barcelona porque no cab¨ªan todos.
El sue?o de la final de Berl¨ªn se ha vivido en paz entre litros de cervezas, codillos y salchichas en una exhibici¨®n de respeto y deportividad que traspasa fronteras, m¨¢s all¨¢ de Catalu?a y Alemania. En el metro, la l¨ªnea U-6, la que va de Garching a Klinikum y para en Fr?tmanning, la parada que acerca al Allianz Arena, aficionados locales y catalanes se mezclaban con muchos sudamericanos que compart¨ªan experiencias de su viaje a M¨²nich para vivir el partido. ¡°Vine de M¨¦xico para ver al Bayern y para ver a Messi¡±, confesaba Juan, llegado de Monterrey, en el tren, camino del Allianz. ¡°Yo, en realidad, quiero ver a Messi¡±, confesaba otro mexicano, Pablo, llegado de Luxemburgo. Pedro Le¨®n Forte, argentino, con una camiseta de Boca en las manos, residente en S?o Paulo, les daba r¨¦plica: ¡°Esto es el mejor partido del mundo. Juega el Bar?a y juega el Bayern. Y ser¨¢ lo que Messi quiera¡±. Camino al estadio, por la cabeza de los protagonistas del duelo se barruntaba algo parecido. El sue?o de Berl¨ªn s¨®lo se har¨¢ realidad para uno de los dos equipos. Bayern y Bar?a lo vivieron ayer en M¨²nich.
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