Messi y los misterios del amor

El amor es un misterio, se da o no se da. Tantos siglos de estudios y reflexiones filos¨®ficas sobre el tema al final quedan reducidas a una frase tan simple como contundente. Ocurre entre dos personas, pero tambi¨¦n de un modo m¨¢s amplio, entre la gente y los personajes p¨²blicos.

¡°Si no te quieren como t¨² quieres que te quieran, ?qu¨¦ importa que te quieran?¡±, se pregunt¨® alguna vez Amado Nervo. No consta que Lionel Messi conozca la cita, pero sin dudas que interpretar¨ªa perfectamente su sentido. Hab¨ªan pasado pocos d¨ªas desde los dos ¨²ltimos recitales del 10 del Barcelona, las finales de Copa del Rey y Champions League, cuando comenz¨® a circular por las redes sociales un curioso mapamundi. La explicaci¨®n indica: ¡°En rojo, los pa¨ªses que todav¨ªa discuten a Messi¡±. El ¨²nico pintado con ese color es Argentina.

Las razones del desamor, o tal vez sea mejor describirlo como un amor condicionado, que buena parte de sus compatriotas expresan hacia el un¨¢nimemente considerado mejor jugador del mundo en la actualidad ¡ªy hasta de la historia seg¨²n sostienen muchas voces¡ª han sido varias veces analizadas. Van desde la falta de hinchada propia hasta la consideraci¨®n de ¡°extranjero¡±, debido a que desarroll¨® toda su carrera en el exterior, pasando por la imposibilidad de que los argentinos puedan albergar dos idolatr¨ªas de manera simult¨¢nea.

En el pa¨ªs futbolero, m¨¢s all¨¢ de las discusiones y las l¨®gicas disidencias, el amor ilimitado sigue siendo patrimonio de Diego Maradona. El chico de Villa Fiorito ya era amado desde "Cebollita" y el hincha le extendi¨® un certificado de amor con garant¨ªa de por vida. A Maradona se le celebraron los ¨¦xitos con la camiseta que fuese. Y por supuesto, se le disculparon sus m¨²ltiples pecados.

Nada de esto se dio ni se da con Messi. No se festeja de manera generalizada sus triunfos y t¨ªtulos con el Bar?a, no se le perdona absolutamente nada.

Durante a?os, Messi sufri¨® cada partido con la Albiceleste, por m¨¢s que para ¨¦l sea lo m¨¢s importante de su vida futbol¨ªstica, o quiz¨¢s justamente por eso. Desde hace un tiempo ya no es as¨ª. La madurez le redujo la ansiedad, le calm¨® el esp¨ªritu, y autom¨¢ticamente subi¨® sus rendimientos jugando para su pa¨ªs. Pero sabe, m¨¢s que nadie, que no ha alcanzado su meta.

?Conseguir¨¢ Messi que los argentinos lo quieran como ¨¦l quiere que lo quieran? Parece dif¨ªcil

La final del mundo el a?o pasado pudo ser la bisagra que cambiara esta extra?a relaci¨®n de admiraci¨®n distante que el 10 del Bar?a siente como amor no correspondido. Pero Messi no brill¨® aquella tarde del Maracan¨¢ y todo volvi¨® a empezar de cero: ¡°No hay caso, con nosotros nunca es el mismo que en el Bar?a¡±, ha sido siempre el comentario general. As¨ª, no extra?¨® que en las encuestas previas a la final de la Champions ante la Juventus, en la Argentina haya recibido m¨¢s apoyos Carlos T¨¦vez, figura de los italianos, que el capit¨¢n de la selecci¨®n.

?Conseguir¨¢ alg¨²n d¨ªa Messi que los argentinos lo quieran como ¨¦l quiere que lo quieran? Parece dif¨ªcil. No ser¨¢ por levantar la Copa Am¨¦rica, si consigue hacerlo, y habr¨ªa que ver qu¨¦ ocurre en caso de t¨ªtulo en el siguiente Mundial.

El amor, tan misterioso, se da o no se da, y ni siquiera el futbolista m¨¢s grande del planeta puede torcer esta realidad. Porque esta vez, el insaciable depredador de r¨¦cords pretende uno que no depende de ¨¦l, sino de los corazones, exigentes y retorcidos, de los hinchas argentinos.