Carnaval sin percusiones
Lo del partido ante Colombia, ratific¨® la aridez de una naci¨®n que sol¨ªa tener artistas
Una palabra brasile?a de dif¨ªcil traducci¨®n: ginga. Forma de jugar futbol que si no ha caducado en el inmenso pa¨ªs sudamericano, al menos lleva buen rato desterrada de su selecci¨®n nacional.
?Qu¨¦ es ginga? Una t¨¦cnica de la capoeira consistente en avanzar y retroceder con acompasados movimientos de cadera. Se relaciona con el futbol (y, sobre todo, con la brasilinidad), al utilizarse desde hace al menos ochenta a?os para describir el r¨ªtmico drible, el mitificado jogo bonito, el bailar con la pelota en los pies, el desempe?o en modo saudade que sol¨ªan considerarse intr¨ªnsecos a los verdeamarelas.
No en vano se dec¨ªa que Garrincha jugaba capoeira, por la evidente presencia de esa enga?osa danza en cada uno de sus lances. El legado africano, el triunfo de ese mestizaje, el nuevo brasile?o henchido de m¨²sica y bal¨®n, generaban esa arma ¨²nica.
Del ginga escribi¨® mucho Mario Filho (quien da nombre al Estadio Maracan¨¢) en su libro de 1947 El Negro en el futbol brasileiro, as¨ª como Gilberto Freyre en un art¨ªculo de 1938: ¡°Nuestros pasos, nuestros dribles, nuestros enga?os, nuestras florituras con la bola, tienen una cosa de danza o capoeiraje que marca el estilo brasile?o de jugar futbol¡±.
Precisamente ginga, es lo que ya no hay en el scratch. ?Cu¨¢ndo y c¨®mo se extingui¨®? Acaso cuando en un af¨¢n de ser modernos (o de competir con los planteamientos europeos), los brasile?os dejaron de jugar en su selecci¨®n como lo siguen haciendo en sus playas, calles y favelas.
En un af¨¢n de ser modernos, los brasile?os dejaron de jugar en su selecci¨®n como lo siguen haciendo en sus playas, calles y favelas
Lo de este mi¨¦rcoles ante Colombia, ratific¨® la aridez de una naci¨®n que sol¨ªa tener artistas encabezando a los m¨¢s importantes equipos del mundo y que hoy, como en el pasado Mundial, vive prendida por un par de fr¨¢giles alfileres del ¨²ltimo capoeirista, Neymar. Figuras que todav¨ªa durante la d¨¦cada pasada gozaron de escasas oportunidades con la selecci¨®n, porque simplemente hab¨ªa sobrecupo de virtuosos (pienso en Juninho Pernambucano) hoy ejercer¨ªan roles medulares. Brasil posee cada vez menos y se exaspera en la cancha al notarlo.
Dunga, en su momento un mediocampista de nulo ginga y mucho orden, en esta segunda etapa como seleccionador vive atascado en dos premisas: no s¨®lo es que reh¨²ya a ese tipo de futbol, es que ni siquiera cuenta con elementos para ¨¦l. Hubo Brasiles con arte a destajo que se amarraba o castraba; el actual, ya no tiene que someter esos impulsos y m¨¢s bien implora por ellos.
Un documental de Fernando Meirelles se llama Ginga, El alma del futbol brasile?o. Visto lo que comienza a ser costumbre, la verdeamarela se ha quedado sin alma. Gane o pierda, ser¨¢ con esa ausencia, ser¨¢ desde ese exilio.
Twitter/albertolati
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