Contador y Nairo Quintana se santiguan en Lourdes
Los dos favoritos del Tour afinan su puesta a punto en la Ruta del Sur, una peque?a carrera en los Pirineos
En Lourdes hay una gruta y una Virgen ante la que se arrodillaba Gino Bartali en 1948 para rezarle. Gan¨® aquel Tour Bartali, justo entre los justos, un santo, pero no cre¨® escuela. Los ciclistas de ahora, los que corren esta semana la Ruta del Sur, se pasean entre los hipermercados del rosario, las tiendas de garrafas de pl¨¢stico para el agua milagrosa y cirios de todos los tama?os y las entradas a los hoteles, uno cada dos portales, mirando abstra¨ªdos las pantallas de sus m¨®viles. Alberto Contador y Nairo Quintana, delante de todos en la pancarta de salida de la primera etapa, se santiguan antes de dar la primera pedalada. Luego hablan un segund¨ªn entre ellos, sonr¨ªen y tiran para adelante. El Tour comienza dentro de dos semanas. Para los dos favoritos que hablan espa?ol ha comenzado la cuenta atr¨¢s.
A Quintana los periodistas franceses le preguntan si en Colombia dan valor al Giro o si solo el Tour les importa, Y el ciclista de C¨®mbita les responde con su gran sonrisa blanca: ¡°Para los colombianos todas las carreras son importantes. Hasta la Ruta del Sur les importa¡±. A ¨¦l, que se descubri¨® ante la afici¨®n en esta carrera de los Pirineos franceses un d¨ªa de Tourmalet y victoria hace tres a?os, la Ruta del Sur es solo una oportunidad para volver a coger el ritmo de carrera. ¡°No compito desde primeros de mayo y regres¨¦ de Colombia el lunes¡±, dice. ¡°En 2012 gan¨¦, pero ahora vengo con otras ideas, aunque el s¨¢bado, con las subidas a Val Louron y Bal¨¨s ser¨¢ un d¨ªa importante para hacer un buen test, ver c¨®mo est¨¢ el cuerpo y sacar conclusiones¡±.
A Contador, dice, le dolieron las piernas hasta hace tres d¨ªas, tan duro fue el Giro que gan¨® y que termin¨® el 31 de mayo. Sus ideas en la carrera pirenaica son las mismas que las de Quintana: pedalear en carrera, ver c¨®mo est¨¢ el cuerpo, probarse. ¡°Tambi¨¦n aprovech¨¦ para ir a Cauterets, a ver el repecho final de la etapa del Tour¡±, dice el chico de Pinto en el hotel de carretera de habitaciones min¨²sculas, entre Lourdes y Tarbes, en el que pasar¨¢ la semana. Y sonr¨ªe cuando se le pregunta si se picar¨¢ con Quintana el s¨¢bado en Bal¨¨s, el interminable puerto en el que gan¨® al Andy Schleck averiado el Tour del 10. ¡°Es una etapa dura y ser¨¢ importante hacerla bien, pero siempre sabiendo que nuestro objetivo est¨¢ a¨²n a dos semanas. Ser¨¢ un buen entrenamiento¡±. Y el orgullo de ganar a un rival, ?d¨®nde lo dejamos? ?Para qu¨¦ corremos? ¡°Hombre, moralmente puede venir bien ganarle¡±, dice Contador. ¡°Pero a veces una victoria puede ser peligrosa, pude hacer que te conf¨ªes y no acabes de hacer todo el trabajo que debes. En cambio, una derrota, te obliga a seguir¡¡±
Por los altavoces suena Daniel Mangeas, hace calor en Lourdes. Hay ruido de Tour. Ambiente de Tour y el sol del Tour. Pero no es el Tour. En el parking, el m¨¢s democr¨¢tico del ciclismo, reposa junto a los autobuses del Movistar o del Tinkoff la peque?a caravana del Murias Taldea, el equipo que Jon Odriozola, su fundador y hombre para todo, quiere convertir en el nuevo Euskadi. A ellos s¨ª les parece importante la Ruta del Sur. ¡°Somos un continental, de tercera, pero gracias a nuestro trabajo podemos competir en carreras como esta, con los mejores del mundo¡±, dice Odriozola, empe?ado en un proyecto que solo el romanticismo da fuerzas para llevar a cabo: partiendo de la nada llevar a sus chavales, que crecen poco a poco, sin sobresaltos, hasta lo m¨¢s alto, hasta el Tour.
Entre sus chavales est¨¢ un navarro de Igantzi llamado Be?at Txoperena, un tallo alto, generoso y sonriente, de familia de madereros y pelotaris, que ha estado junio concentrado en La Mongie, la estaci¨®n del Tourmalet, sin wifi y con tiempo de sobras para lamentar c¨®mo han asfaltado y ensanchado el gigante de los Pirineos. Pocas horas despu¨¦s se le puede ver junto a otros tres en la fuga del d¨ªa, ense?ando el maillot verde a todo el mundo por Eurosport. En la meta de Auch, la ciudad de D¡¯Artagnan y capital del foie, y la antigua Gascu?a, reciben al pelot¨®n vestidos de mosqueteros. El grupo de Txoperena, quien se llev¨® el premio de la combatividad, ya ha sido absorbido. Gana al sprint un franc¨¦s, Steven Tronet, del Auber 93, un equipo para el que la Ruta del Sur es tan importante como para Colombia y los colombianos.
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