El peruano Zambrano, ¨ªdolo de Chile
La expulsi¨®n del defensa abre el camino a los de Sampaoli (2-1), que llega a la final por primera vez desde 1987
Ya tiene Chile su final so?ada en la Copa Am¨¦rica. Nadie repara en su f¨²tbol sino que el pa¨ªs est¨¢ obsesionado con ganar un t¨ªtulo. El fin justifica los medios, y m¨¢s cuando por medio andaba Per¨². La ¨²ltima versi¨®n del Cl¨¢sico del Pac¨ªfico disputada en Santiago no fue gran cosa y la rivalidad fue m¨¢s bien discreta, aunque hubo el contencioso de costumbre por la expulsi¨®n de Zambrano. Una tonter¨ªa del central emborron¨® la buena declaraci¨®n de intenciones de Per¨². El equipo de Gareca se bati¨® con grandeza, personificada en Guerrero, mientras que el de Sampaoli aprovech¨® las circunstancias a favor para resolver el choque con dos goles de Vargas. La condici¨®n de local puede ser decisiva para que a Chile se le quite de una vez la cara de equipo perdedor despu¨¦s de juntar a un buen plantel con Sampaoli.
CHILE, 2 - PER?, 1
Chile: Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel, Jos¨¦ Rojas, Miiko Albornoz (m.45, Eugenio Mena); Marcelo D¨ªaz (m.45, David Pizarro), Charles Ar¨¢nguiz, Arturo Vidal; Jorge Valdivia (m.84, Felipe Guti¨¦rrez), Alexis S¨¢nchez y Eduardo Vargas.
Per¨²: Pedro Gallese; Luis Adv¨ªncula, Carlos Ascues, Carlos Zambrano, Juan Manuel Vargas; Carlos Lobat¨®n (m.72, Yoshimar Yot¨²n), Josepmir Ball¨®n, Christian Cueva (m.26, Christian Ramos), Jefferson Farf¨¢n; Andr¨¦ Carrillo (m.72, Claudio Pizarro) y Paolo Guerrero.
Goles: 1-0. M. .42. Eduardo Vargas. 1-1. M. .60. Gary Medel, en propia porter¨ªa. 2-1. M. 64. Eduardo Vargas.
?rbitro: Jos¨¦ Argote. Expuls¨® con tarjeta roja al peruano Carlos Zambrano (m.20).
Estadio Nacional de Santiago de Chile, 45.651 espectadores.
Per¨² arranc¨® con un delantero menos y un defensa de m¨¢s, Carlos Zambrano, que no dur¨® ni 20 minutos en la cancha, sobre pasado por la liturgia del partido, dispuesto a dejar huella en el Nacional de Santiago. Nada m¨¢s empezar defendi¨® la pelota en los dos m¨¢rgenes del campo como si fuera la ¨²ltima del encuentro, la jugada decisiva, primero ante Vidal y despu¨¦s contra Alexis, dispuesto a marcar la raya y a partirse la cara por Per¨². Tom¨® una tarjeta amarilla y al cuarto de hora se descolg¨® fuera del ¨¢rea para ponerle los tacos en la espalda de Ar¨¢nguiz. Ya cansado de advertirle de forma reiterada, el ¨¢rbitro mand¨® a Zambrano a la caseta y desmont¨® el plan de Gareca, que hab¨ªa decidido enfrentar a Chile con un delantero, circunstancia que no le hab¨ªa impedido a Farf¨¢n rematar al palo de Bravo (m.10).
No hay partido sin una acci¨®n se?alada y punible, digna de ser sometida al d¨ªa siguiente a juicio de la hinchada y del comit¨¦ de competici¨®n, en un torneo que a veces parece una cr¨®nica de sucesos. El inventario de tarjetas amenaza con ser m¨¢s importante que el cat¨¢logo de goles. El villano de la ¨²ltima noche responde al nombre de Zambrano, un futbolista irresponsable en la marca y en la patada, merecedora de castigo en Am¨¦rica y en Europa. La inferioridad num¨¦rica desajust¨® el buen posicionamiento exhibido hasta entonces por Per¨². La selecci¨®n de Gareca tiene buen pie, ocupa racionalmente la cancha y sus futbolistas se despliegan sobre las l¨ªneas de fondo como si fueran funambulistas, artistas que juegan sobre las rayas del campo de forma art¨ªstica y aseada, siempre en busca del remate terminal de Guerrero.
La selecci¨®n de Sampaoli es generosa, esforzada y productiva, respetuosa con el bal¨®n, independientemente de quien sea el contrario"
El encuentro se puso a pedir de boca para Chile por la mala cabeza de Zambrano. La selecci¨®n de Sampaoli es generosa, esforzada y productiva, respetuosa con el bal¨®n, independientemente de quien sea el contrario. La mayor¨ªa de sus jugadas se alargan, duran minutos, pero no siempre se visualiza una buena definici¨®n. Le cost¨® encontrar la porter¨ªa de Per¨². Jug¨® alejada del ¨¢rea rival mientras compitieron once contra once y s¨®lo marc¨® las diferencias cuando dispuso de un jugador m¨¢s, despu¨¦s que Gareca reorganizara a su equipo con Carrillo y la reubicaci¨®n de Ball¨®n. A Chile le costaba profundizar y el gol lleg¨® despu¨¦s de una jugada rocambolesca: Alexis centr¨® desde la izquierda, Ar¨¢nguiz dej¨® pasar la pelota, que dio en el poste y Vargas la control¨® para empujarla despu¨¦s a la red de Per¨².
Fue un gol con f¨®rceps, como el f¨²tbol de Chile. El bal¨®n entr¨® llorando, poco a poco, y Vargas estaba adem¨¢s en fuera de juego. El m¨¦rito de la jugada fue de Ar¨¢nguz, que se movi¨® muy bien al espacio para descontar al portero y habilitar al delantero sin tocar la bola, generando el espacio para el gol. Per¨², sin embargo, se neg¨® a capitular y propuso despu¨¦s del descanso un partido abierto, el estadio entero pendiente de Paolo Guerrero, convertido en futbolista total, punto de apoyo para el gol en propia puerta de Medel, despu¨¦s de un centro de Adv¨ªncula, y decisivo involuntario despu¨¦s en la contra finalizada por el trallazo monumental de Vargas. A Guerrero le rebanaron la pelota en mitad de capo y la contra chilena fue acabada con un tiro desde fuera del ¨¢rea de Vargas ante el que no tuvo respuesta Gallese.
El golazo del delantero chileno tuvo un peso decisivo sobre el partido. Ni los jugadores ni los espectadores salieron del asombro por el tiro de Vargas. No ten¨ªa el d¨ªa Alexis y de nada serv¨ªan los pases filtrados de Valdivia. No parec¨ªa haber otro delantero en Chile que Vargas y Guerrero por Per¨². A los muchachos de Sampaoli les cuesta descansar con el bal¨®n, no tienen pausa sino que juegan siempre con un ritmo taquic¨¢rdico, peligroso cuando se suceden las p¨¦rdidas y aparece la fatiga. A trompicones, los chilenos acabaron por cerrar su marco mientras los peruanos reclamaban un penalti como premio al esfuerzo de Guerrero. El mayor enemigo de Per¨² fue ayer su central Zambrano para suerte de Chile.
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