Nada separa a los cuatro grandes del Tour
Entre Nibali, el mejor de los cuatro aspirantes, y Quintana, que cerr¨® el pa?uelo, solo hubo 18s de diferencia. Dennis, primer l¨ªder a velocidad r¨¦cord
Cuando coincide con su hermano D¨¢yer en alguna carrera y observa que en la puerta del autob¨²s hay aficionados esperando para un selfie, un aut¨®grafo o un achuch¨®n caluroso, Nairo Quintana manda al peque?o por delante y crey¨¦ndole el hermano bueno los ansiosos pesados se lanzan a por ¨¦l como moscas, mientras, ri¨¦ndose entre dientes, el colombiano que quiere ganar el Tour se escabulle sin ser molestado.
?Maneja tan bien el juego de las falsas apariencias Quintana que hasta los grandes peri¨®dicos se someten y publican fotos equivocadas, tomando a uno por otro. Esta virtud del colombiano fue un lujo en Utrecht, la ciudad en la que, qui¨¦n podr¨ªa decirlo, para fiarse de las apariencias y los prejuicios, Tim Krabb¨¦ ¡ªun escritor que jugaba al ajedrez, quer¨ªa ser como Knetemann, tan contrarrelojista sobre su bici, y para probarlo escribi¨® un libro de culto llamado El ciclista¡ª paseaba junto a los canales su amor con Sylvia Krystel, la famosa actriz de Emmanuelle, nativa de la ciudad holandesa de la que en una tarde calurosa parti¨® el 102? Tour de Francia a velocidad r¨¦cord: el ganador, el joven especialista australiano Rohan Dennis (BMC), quien durante unos meses este a?o fue recordman de la hora, rod¨® a 55,446 kil¨®metros por hora de media, 300 metros m¨¢s que la anterior contrarreloj m¨¢s r¨¢pida (55,152 de Chris Boardman, otro hombre-hora, en el pr¨®logo de Lille de 1994, de 7 kil¨®metros, la mitad).
Las calles de una contrarreloj, como las de un descenso, son trazos en un plano sobre los que los ciclistas dibujan sus propias l¨ªneas, trazos dentro de un trazo, y, como un esquiador lanzado en un descenso, Dennis, de 25 a?os, lo hizo magn¨ªficamente, como tambi¨¦n trazaron espl¨¦ndidamente sus rivales ya tirando a viejos, Tony Martin, el potent¨ªsimo alem¨¢n, el prodigio de las contrarreloj que a¨²n no ha logrado vestirse de amarillo Tour, y el suizo Fabian Cancellara, ganador de cinco pr¨®logos en los ¨²ltimos 12 a?os. Se quedaron a 5s y 6s, respectivamente, del australiano, que se llev¨® por tan escaso margen el lote completo: victoria, r¨¦cord y maillot amarillo. La diferencia a su favor la cultiv¨® en los segundos siete kil¨®metros, los de vuelta a la casilla de salida, en los que soplaba el aire de cara. En esas condiciones son los que logran desarrollar mayor potencia absoluta los que ganan, y, aunque los tres, y algunos m¨¢s del campo de los potentes, parec¨ªan lavadoras en la fase del centrifugado moviendo fren¨¦ticos enormes desarrollos (platos de 58 dientes, la moda, pues combinados con un pi?¨®n tirando a alto permiten una cadena m¨¢s recta, menos fricci¨®n, m¨¢s eficiencia), fue Dennis el m¨¢s efectivo contra el viento, como poco despu¨¦s, siempre jugando con las apariencias, lo fue Nairo Quintana.
M¨¢s que un dibujante avezado de trazo firme, el colombiano parti¨® tartamudeando, dudando en algunas curvas, que parec¨ªa que le sobraban, y pas¨® por la mitad del recorrido marcando el 113? tiempo. Despu¨¦s, contra el viento, donde a falta de potencia m¨¢xima us¨® inteligencia de carrera y aerodinamismo, Quintana dio un salto hacia delante. Termin¨® a 1m 1s de Dennis y cuando los que se dejaron llevar por las apariencias le preguntaron si no estaba decepcionado, ¨¦l respondi¨® que hab¨ªa que esperar a ver qu¨¦ tiempo hac¨ªan los otros tres del grupo de los cuatro. Para ello hubo que esperar m¨¢s de dos horas, pues para ganar tiempo de descanso y para que no se le hiciera muy largo el d¨ªa, en su equipo, el Movistar, decidieron que saliera de los primeros. Cuando salieron los otros tres, Alberto Contador, Chris Froome y Vincenzo Nibali, que remataron la jornada, el tiempo no hab¨ªa empeorado ni hab¨ªa aumentado la velocidad del viento. Todo lo m¨¢s, hab¨ªa aumentado la densidad del aire, lo que no ser¨ªa suficiente para explicar por qu¨¦ todos ellos perdieron en ese tramo tiempo con el colombiano aparentemente tan fr¨¢gil, tan diminuto en medio de los gigantes. ?l acab¨® esprintado, mientras los dem¨¢s parec¨ªan no tener fuerzas para levantar el culo del sill¨ªn en la ¨²ltima recta.
Ninguno de ellos, un hecho hist¨®rico, pudo terminar entre los 20 primeros. Nibali, el m¨¢s s¨®lido aparentemente, pas¨® por la mitad el 18? y termin¨® el 22?, a 43s de Dennis; Froome, amante de dibujar eses por las calles, inseguro, pas¨® del 32? al 39?. Contador adelant¨® seis plazas, de la 52? a la 46?, y Quintana, que recort¨® tiempo a todos, de la 113? a la 57?. ¡°No es el tiempo lo que me preocupa, pues todos hemos estado bastante parejos¡±, dijo Contador, el tercero de entre los grandes, a 15s de Nibali, a 8s de Froome y con 3s menos que Quintana finalmente, m¨¢s pendiente del valor psicol¨®gico de las actuaciones.¡±"Pero me habr¨ªa gustado estar por delante de algunos m¨¢s. Las sensaciones, adem¨¢s, no han sido buenas. Ha sido un d¨ªa de mucho calor, muy explosivo, he salido ya con las pulsaciones bastante altas y he decidido regular para que no me cayera m¨¢s tiempo¡±. Y se despidi¨®, agorero, anunciando que hoy, cuando el pelot¨®n visite el famoso dique de Zelanda, entre el mar y el mar, llover¨¢ y bastante har¨¢ con salvar el d¨ªa. Y a¨²n quedan ocho etapas para llegar a la monta?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.