El Athletic arrolla al Barcelona y acaricia la Supercopa
San Mam¨¦s vive una noche inolvidable, con tres goles de Aduriz, y los rojiblancos golean (4-0) a un conjunto azulgrana que ve alejarse el sue?o del sextete
Las pretemporadas son como las prejubilaciones, periodos intermedios, peque?os limbos donde no hace ni fr¨ªo ni calor y por m¨¢s que se llame Supercopa a un t¨ªtulo de ida y vuelta, no deja de ser un territorio desconocido, en mitad de agosto ¡ªaunque Bilbao simulara un anticipado oto?o, suponiendo que esa estaci¨®n del a?o siga existiendo¡ª y con rivales de post¨ªn. El Bar?a, castigado por la Supercopa europea de Tbilisi ante el Sevilla, opt¨® por cambiar la bancada: frescura frente a talento, especialmente en el centro del campo, riesgo m¨¢ximo frente a seguridad, sobre todo en el eje de la defensa con la pareja Vermaelen-Bartra, de mediana edad y pinta de buena gente, que dir¨ªa Serrat. El Athletic fue con todo lo disponible, sin guardar para ma?ana lo que pudiera hacer hoy. Ya llegar¨¢ el Camp Nou el lunes y ya se ver¨¢ c¨®mo conviene cruzar el sem¨¢foro azulgrana. Depend¨ªa del viaje de ida, el de Bilbao, el de un San Mam¨¦s entregado a la causa.
ATHLETIC, 4; BARCELONA, 0
Athletic: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; Be?at, San Jos¨¦; Susaeta (B¨®veda, m. 85), Eraso (Gurpegui, m. 77), S. Merino (Lekue, m. 63); y Aduriz. No utilizados: Herrer¨ªn; Elustondo, Kike Sola y Aketxe.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Bartra, Vermaelen, Adriano; Rafinha (Iniesta, m. 52), Mascherano, Sergi Roberto (Rakitic, m. 63); Messi, Luis Su¨¢rez y Pedro (Sandro, m. 72). No utilizados: Bravo; Piqu¨¦, Sergio y Munir.
Goles: 1-0. M. 13. San Jos¨¦. 2-0. M. 53. Aduriz. 3-0. M. 63. Aduriz. 4-0. M. 67. Aduriz, de penalti.
?rbitro: Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Pedro, Eraso, Be?at, Etxeita, Alves, Mascherano, Gurpegui, Iniesta y San Jos¨¦.
Unos 50.000 espectadores en San Mam¨¦s. Partido de ida de la Supercopa
?Y como las pretemporadas son as¨ª, limbos donde lo mismo se es feliz en la inconsciencia que aburrido en la letan¨ªa, el Athletic se encontr¨® uno de esos goles insospechados como un sol de verano en Bilbao. Iraizoz, que despeja al tunt¨²n un bal¨®n cedido a su ¨¢rea por sus compa?eros. Y la pelota se va al centro del balc¨®n de la otra ¨¢rea donde no peligraba ninguna maceta. Ni un rival a proa ni a popa, ni a babor ni a estribar, y Ter Stegen, que decide cabecear el bal¨®n en la soledad de su nido. Y lo manda al centro del campo. Bueno, hab¨ªa una diferencia, que tras el portero alem¨¢n se abr¨ªa un mar de dudas, un desierto que acab¨® convertido en un valle de l¨¢grimas, cuando San Jos¨¦, desde el centro del campo, golpe¨® la pelota con el mismo tiento que tino en la pegada.
Hasta entonces, las ¨¢reas estaban inmaculadas, cuidadas como una especie protegida. Por all¨ª no anidaba Aduriz a pesar de las dudas que promet¨ªa la pareja de centrales barcelonistas. En las ¨¢reas prevalec¨ªa el invierno o m¨¢s bien un invernadero desvencijado. El Bar?a, sin liderazgo, decidi¨® pegar y pegar pases, todos horizontales, todos posesivos, sin que nadie diera un paso al frente. Ni Rafinha ni Sergi Roberto ten¨ªan la valent¨ªa para morder una esquina. Mascherano, bastante ten¨ªa con no descuidar a sus centrales. De Messi hab¨ªa poqu¨ªsimas noticias, acostado a la derecha en espera de un viento del este. Costaba adivinar un Bar?a tan improductivo, tan ajeno al ¨¢rea. Tanto que solo vio la luz con una falta en el ¨²ltimo segundo de la primera mitad que lanz¨® Messi y a la que respondi¨® Iraizoz estirando el brazo hasta casi casi agrietarse el sobaco.
El Athletic no lo bordaba, solo cos¨ªa, amparado por los pies laboriosos de San Jos¨¦, Be?at y Eraso, tres destajistas que le daban el equilibrio, sencillos y eficaces. Pero las tormentas en Bilbao vienen solas, hace falta poco para animarlas. Se antoj¨® amarilla ¡ªel color del Bar?a anoche¡ª cuando Pedro remat¨® al travesa?o y m¨¢s amarilla a¨²n cuando Messi remat¨® un centro del uruguayo Luis Su¨¢rez agrietando otra vez el sobaco de Iraizoz. Parec¨ªa que la tormenta ten¨ªa el color amarillo de los veranos interiores. Pero cambi¨® el viento. Aduriz, que como Messi, hab¨ªa transitado por donde habita el olvido, llam¨® a la puerta de Ter Stegen tres veces y las tres la encontr¨® abierta, con la cabeza toc¨® y la descerraj¨®, tras varios rebotes le dej¨® mansa en la red (en una gran jugada de Merino) y finalmente la aloj¨® de penalti tras una ridiculez de Alves en un saque de esquina.
Fue una tormenta en toda regla en pleno desconcierto barcelonista. Quien puso m¨¢s, m¨¢s se llev¨® en la puja. Poco importa si el bot¨ªn fue excesivo. Lo curioso es que fuera el Athletic quien jugando contra el Bar?a, con Messi y Su¨¢rez en el campo exhibiera mayor pegada y acercara la Supercopa a Bilbao hasta la misma orilla de la r¨ªa.
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